Las Naciones Unidas y otras agencias humanitarias han solicitado hoy 543 millones de dólares para ayudar a la población desplazada tras las últimas ofensivas del gobierno contra los talibanes en el Valle de Swat, en la frontera de Pakistán con Afganistán. La Oficina de la ONU en Islamad ha insistido en su llamamiento en que los desplazados de la zona necesitan con urgencia alimentos, medicamentos, agua potable y refugio para protegerse de las altas temperaturas.
Pakistán ha alcanzado cifras insólitas de desplazados a causa del conflicto armado. Habría que remontarse a la guerra de Ruanda en 1994 para observar una movilización de refugiados tan grande como la que hoy vive el pueblo pakistaní, que registra una media de 85.000 desplazados al día. Según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), aproximadamente 1.740.000 personas han abandonado ya sus hogares desde el inicio de la ofensiva a principios de mayo.
Sobre la situación de los niños en Pakistán, la organización Save the Children afirma que necesitan desesperadamente ayuda a causa de la intensificación de los enfrentamientos en el noroeste del país. Muchos niños, además de estar traumatizados por las escenas de violencia vividas, se enfrentan ahora a graves problemas de salud, generalizándose las enfermedades relacionadas con el estrés o con el bajo peso, así como la malaria.
Save The Children teme que las condiciones en las que viven las familias desplazadas pueda provocar un brote de enfermedades altamente infecciosas. Según la portavoz de la ONG, Anna Ford, muchos niños tienen pocos alimentos y viven en condiciones insanas que alimentan el terreno para la aparición de enfermedades.
Más de la mitad de las clínicas públicas en la zona del conflicto han sido destruidas. Los equipos médicos viajan más de cuatro horas diarias para trasladar clínicas móviles a las aldeas más remotas. En Pakistán, la respuesta sanitaria llevada a cabo por ONG aumenta diariamente.
Aunque se han establecido 25 campamentos para albergar a los desplazados, más del 80 por ciento de los mismos vive con familias de acogida. Save the Children está colaborando con un gran número de familias que dan cobijo a más de 20 personas en sus casas. La organización trabaja junto con el Gobierno de la provincia de la Frontera del Noroeste y las autoridades locales, como parte de una respuesta coordinada, para entregar ayuda vital a las familias afectadas.