Que los productos de la huerta riojana y navarra son de una calidad especial, no es ningún secreto. ¿A quién no le gusta comer unos pimientos recién asados o unos espárragos frescos recién pelados? Pues desde hace siete años, ya es posible. Y es que desde hace este tiempo Amaya Perales decidió cerrar los ojos y cumplir su sueño “cuando peor estaban las cosas”. Perales es la propietaria de la Despensa del Ebro, mucho más que una establecimiento donde los clientes pueden encontrar una amplia variedad de productos ecológicos.
“Siempre me había gustado la idea de tener una tienda” y aunque su familia siempre ha estado muy vinculada a la agricultura, Perales se ganaba la vida como peluquera. Hasta que un día decidió abrir las puertas de la Despensa del Ebro, un establecimiento en pleno corazón de Logroño, en la calle Avenida de Portugal número 6, y poder así “llevar los productos de la huerta a la mesa directamente, sin intermediarios”.
Ahora son los pimientos, brócolis, acelgas, tomates... los que copan los estantes de la Despensa del Ebro y como la que manda es la huerta, todos los productos son de temporada. En plena época de pimientos como estamos, explica Perales, los clientes pueden llevarse a su casa el producto fresco o ya asado y pelado.
Y es que en la Despensa del Ebro hacen realidad el lema de la huerta a la mesa ya que también puedes comprar toda la verdura limpia y pelada. “Asamos pimientos, pelamos espárragos, limpiamos toda la verdura como el cardo, las acelgas, la borraja... así que la pereza de limpiar la verdura ya no es una excusa que valga”.
Pero además, toda la verdura de la Despensa del Ebro “es ecológica y procede de nuestra propia huerta”. El resto de productos tienen también
una calidad garantizada “como los caparrones de Anguiano, los fardelejos de Arnedo, la conserva que compramos a un chico de Lodosa que trabaja muy bien, los ibéricos de Villa Mayor del Río, las mermeladas de La Rioja, los huevos ecológicos de Arrúbal o el pan del día de Fuenmayor entre otros”.
Y para dar aún más facilidades a su clientela, en la Despensa del Ebro “también ofrecen los mismos productos que te puedes llevar frescos, congelados como es el caso de los pimientos del piquillo, las alcachofas, espárragos...”.
Todas las facilidades para una clientela que, sobre todo explica Perales, “son personas de mediana edad”. Reconoce que cuesta mucho que la gente se decida a probar sus productos pero “una vez que lo hacen, repiten y prueba de ello es la clientela fija y fiel que tenemos”.
Y así, “a pesar de que el camino ha sido duro”, Perales espera seguir levantando la persiana de esta Despensa del Ebro durante muchos más. Un sueño que, con mucho esfuerzo se ha hecho realidad, y que ha conseguido crear ya un nuevo puesto de trabajo.