Moscú ha desplegado un sistema de misiles antiaéreos S-300 en la región georgiana secesionista de Abjazia con el fín de proteger el espacio aéreo de Abjazia y de Osetia del Sur, tal como ha indicado el comandante de la Fuerza Aérea de Rusia, Alexander Zelin. El militar ha añadido que Moscú reconoce la independencia de estas dos repúblicas, que por el momento forman parte de la vecina Georgia.
Zelin precisó que con este sistema, que complementa las tropas terrestres, se pretende evitar “violaciones de las fronteras aéreas y destruir cualquier vehículo que penetre de forma ilegal en su espacio aéreo, cualquiera que sea su objetivo o misión”.
Rusia reconoció la independencia de Abjazia y Osetia del Sur tras una guerra que tuvo lugar en agosto de 2008. Desde entonces, Rusia ha reforzado su presencia militar en los dos territorios y ha firmado acuerdos con ellos para construir bases permanentes.
Por otro lado, el ministro de Asuntos Exteriores de Abjazia, Maxim Gvindzhia considera que el despliegue de los misiles se engloba en una cooperación bilateral entre ambas partes y llega en respuesta a las “constantes amenazas de Georgia y sus defensores”.
Por su parte, el gobierno georgiano ha denunciado esta decisión rusa. El Ministerio de Defensa ha comunicado que el sistema de misiles antiaéreos S-300 es un acto “extremadamente peligroso y una provocación”. Además, desde este organismo opinan que este acto ruso amenaza “no solo a la región del mar Negro, sino toda la seguridad europea”.
La secretaria del Consejo de Seguridad Nacional georgiano, Eka Tkeshelashvili, ha declarado, tras conocerse el despliegue, que Rusia está “reforzando su papel de país ocupante”. En declaraciones a Reuters, la secretaria añadió que “esto demuestra no sólo que Rusia no pretende retirar sus tropas de Abjazia y Osetia del Sur, sino que está reforzando su control militar sobre estos territorios”.