El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha asegurado haber recibido el apoyo “unánime” de sus colegas europeos frente a las palabras “excesivas” de la comisaria de Justicia, Viviane Reding, comparando la situación de los gitanos en Francia con la Segunda Guerra Mundial, y adelantó que su país seguirá adelante con su política de desmantelamiento de campamentos ilegales “sin ninguna distinción de origen o cultura” y respetando los Tratados europeos.
“No se habla así entre socios europeos. Son declaraciones profundamente hirientes y mi deber como jefe de Estado era defender Francia”, dijo Sarkozy al término de un Consejo Europeo en el que la agria polémica desatada entre París y Bruselas monopolizó el debate. “Las palabras pronunciadas --asqueroso, vergüenza, Segunda Guerra Mundial, evocación de judíos-- es algo que nos ha impresionado”, ha agregado Sarkozy.
En su opinión, la comparación entre la Segunda Guerra Mundial y lo que ocurre en Francia “no es un argumento” sino “una injuria, una herida, una humiliación, una exageracion”.
El mandatario galo, que dijo “tomar nota” de las excusas presentadas por Reding, aseguró que Francia ha reaccionado y lo continuará haciendo “con arreglo al estricto respeto del derecho comunitario” y que aportará a la Comisión Europea toda la información que necesite sobre su política de expulsiones. “Los franceses tienen que saber que esta política continuará en el respeto estricto de las reglas republicanas”, avisó.
A renglón seguido explicó que Francia decidió a finales de julio actuar para hacer respetar el orden público y garantizar la seguridad en territorio francés y recordó que los ciudadanos tienen derecho de residencia en la UE “siempre que cuenten con recursos financieros suficientes y respeten el orden público”.
También alegó que la polémica circular del 5 de agosto ordenando el desmantelamiento de campamentos ilegales, especialmente los de los gitanos, fue firmada por un funcionario y se formuló de forma que pudo ser “maliterpretada” pero que cuando supo de su existencia fue “inmediatamente anulada” y reemplazada por otra firmada por el ministro del Interior.
Fue precisamente la aparición de esta directiva la que desató el enfado de la comisaria Reding, que se dijo engañada por las autoridades galas y anunció un inminente procedimiento de infracción contra Francia.
Sin embargo, además de no rectificar su política, Sarkozy ha aprovechado la polémica para reprochar a la Unión Europea que “cierre los ojos” ante las condiciones de vida de los campamentos ilegales y apeló a la responsabilidad política de los líderes para encontrar soluciones. Este análisis, dijo, es compartido por todos sus colegas, incluidos los presidentes rumano y búlgaro.
“Rechazamos que en las puertas de nuestras ciudades haya chavolas. Cuando vemos cómo viven esas familias, sin agua, sin luz, no es la idea que yo tengo de Francia como tierra de acogida”, prosiguió, presumiendo de que Francia es la primera tierra de acogida de exiliados en Europa y lo seguirá siendo pero respetando la ley.
“En resumen, Europa condena las declaraciones desproporcionadas y considera que la cuestión de los gitanos es muy preocupante y debe tratarse con un esfuerzo europeo de integración”, apuntó. Finalmente, se comprometió a hacer las modificaciones oportunas si se demostrarar que hay algún error en la trasposición de la normativa comunitaria sobre libertad de movimiento, uno de los motivos esgrimidos por Reding para abrir un procedimiento de infracción contra Francia.