¿Recuerdan cómo caricaturizaban lo muñecos del guiñol de Canal+ al que fuera entrenador del Barcelona Van Gaal? Efectivamente. La cabeza del técnico holandés simulaba la de un muro, recordando lo cuadriculado de su forma de pensar. Algo parecido quiere Quique Setién. No para cuando hablen de él (su palabra fluida y tarnquila en nada se parece a la del ex culé), sino para cuando lo hagan de su defensa, la del Logoñés.
“En la segunda vuelta nuestra defensa tiene que ser un muro”. Una conclusión lógica cuando del análisis de la primera vuelta que se cerró este domingo en Zamora la primera y principal conclusión que se extrae es la del paupérrimo bagaje defensivo. “La portería y la defensa ha sido un desastre”, asume el santanderino que no duda en señalar a sus dos primeras líneas como “el gran lastre del equipo en la primera vuelta”. No achaca los males del equipo únicamente a los jugadores de retaguardia, sino al juego del equipo en bloque.
“Encajar 30 goles no es normal, y mucho menos que gran parte de ellos te los hagan a balón parado”. Tanto la cifra como las formas son para Setién algo incocebible: “No te pueden hacer gol en una jugada de estrategia cuando tienes a siete o más hombres por detrás del balón”, replica, con amargura el cántabro.
Del juego del equipo no recela Setién y el único pero que le pone es, como el de casi todos los aficionados, la falta de rentabilidad. “El juego del equipo sí que es positivo pero no lo hemos conseguido rentabilizar”. Y es que para Setién “el Logroñés es uno de los equipos que mejor juega de la categoría, por eso –insiste- es fundamental que en la segunda vuelta subamos el nivel defensivo. Que nos convirtamos en un muro”.
La situación económica que el club ha atravesado en los últimos meses y que llevó a los jugadores a denunciar el retraso de más de dos meses en cobrar sus nóminas, tampoco ha ayudado, según el técnico, al rendimiento del equipo. “Que cualquiera se pregunte cuánto tiempo estaría dispuesto a mantener el nivel de concentración y de rendimiento en su trabajo cuando no le están pagando”, replica. “Aquí se necesita frescura mental y no se puede lograr cuando lo estas pasando realmente mal porque no te pagan”.
En lo personal, cuestionado por la directiva a la que ya le ganó una bola de partido en Guadalajara, Setién asume que también tiene sus momento malos: “No soy de hierro. También tengo mi alma y me afectan estas cosas, pero trato de estar lo más motivado posible y transmitírselo a los jugadores para intentar sacar la situación adelante”. Y es que “encadenando un par de victorias y sumando seis puntos te vuelves a meter en la zona media a un paso de los de arriba”, analiza el de Santander. “Las distancias aún no son definitivas”. Será cuestión de tirar de llana.