El país sirio vive en un permanente estado de emergencia desde 1963 y la oleada de cambio en el mundo árabe no ha pasado desapercibido para los civiles que han salido a las calles para exigir más libertad y otra forma de gobierno.
Así las cosas el presidente sirio se ha visto obligado en las últimas horas a anunciar una nueva ley de partidos y una nueva ley de prensa, entre otras reformas, para aplacar los ánimos. La encargada de anunciarlo ha sido la consejera de prensa, Bouthina Shaaban, quien tildó de “muy importantes” esas reformas. Desde Damasco, una de las personas fuertes del gobierno de al Assad se comprometía a mantener el diálogo con los manifestantes de la ciudad de Deraa (muy próxima a la frontera con Jordania), uno de los focos principales de la protesta siria.
La corrupción es otro de los problemas que focalizan la ira de los sirios y uno de los compromisos que la consejera Shaaban enunció en la lista de problemas a subsanar.
Al Assad sustituye a su padre desde que éste falleció en el año 2000 y justo ahora con las protestas anuncia un “debate público” para que se reflejen “las aspiraciones del pueblo de más transparencia y libertad”.