El vino de Rioja ha sido el protagonista absoluto de la Declaración “Vino, Nutrición y Salud” que pone de manifiesto todos los beneficios saludables del vino y la necesidad de protegerlo.
La declaración ha sido impulsado por la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) y respaldada por 120 ayuntamientos de La Rioja.
Esta declaración quiere contribuir en la educación del buen uso del vino y en su defensa “contra los ataques que viene sufriendo desde diferentes flancos” como ha indicado el presidente de FIVIN, Enrique Rojas.
Rojas ha destacado la importancia del vino en la salud asegurando que su consumo responsable previene la hipertensión, la diabetes y hasta la ansiedad. Además ha recordado que el vino es un buen aliado contra la depresión.
Víctor Pascual, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja, ha incidido en la parte económica de la viticultura. Pascual ha recordado que el del vino es un sector clave para muchas familias de La Rioja y por tanto “el vino exige unión de todos para actuar en su defensa, todos los esfuerzos son pocos”.
El presidente del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz ha repasado la importancia del vino a lo largo de la Historia y de sus beneficios en la saludables. “Desde La Rioja vamos a seguir divulgando el mensaje de que el vino tomado moderadamente, no sólo es una fuente de placer y de conocimientos, sino también de salud”, ha dicho el presidente.
La declaración “Vino, Nutrición y Salud” tiene como objetivo proteger la cultura patrimonial, tradicional, gastronómica y mediambiental del vino, mendiante un decálago de intenciones.
Según los diez puntos de la Declaración, el vino es un alimento que forma parte de nuestra cultura y la viña configura un paisaje característico e integrado en el medio natural de La Rioja.
Además, numerosos estudios científicos han demostrado los beneficios para la salud del consumo moderado de vino a la vez que recomiendan abstenerse de su consumo en caso de enfermedad, embarazo o trastorno psíquico.
Todos estos puntos están avalados no solo por las administraciones locales y regionales sino también por la propia Fundación que fue creada en 1991 y desde entonces, no ha dejado de trabajar en la investigación del binomio vino-salud y su incidencia en la dieta mediterránea.