Uno de cada cinco hogares españoles es pobre

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El índice de pobreza en España se mantiene constante, a espaldas del proceso de extraordinaria generación de riqueza al que hemos asistido en los últimos años. Ésta es una de las principales constataciones del VI Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en España 2008, en el que se hace una radiografía de la realidad social de nuestro país entre 1994 y 2007.

“Se ha consolidado en la estructura social una pobreza severa que se encuentra sin variación entre un 3 y un 4 % de la población, lo que supone un déficit estructural de distribución a los sectores más vulnerables de la sociedad de los bienes y servicios necesarios para garantizar el pleno ejercicio de los derechos sociales”. Este ha sido el mensaje de alerta lanzado por Silverio Agea, director ejecutivo de la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada) y secretario general de Cáritas Española.

Sus datos no tienen vuelta de hoja: la pobreza sigue afectando a una quinta parte de los hogares españoles y en la estructura social española permanece enquistado, además, un segmento de pobreza extrema que afectaría a entre un 2,6 y un 4% de la población.

A lo largo de más de 800 páginas, el VI Informe FOESSA hace un preocupante diagnóstico de la situación social actual al señalar que la precariedad alcanza a una amplia capa social, que la exclusión social es una realidad constatada en más de un 17% de los hogares españoles, y que las situaciones de exclusión severa afectan a un 5.3% de los hogares.

El umbral de pobreza manejado por el Informe es el mismo que utiliza la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística. Su cuantía está fijada en 6.895 euros (por persona/año) y es el 60 por ciento de los ingresos medianos netos por persona y año. Se consideran pobres a las personas cuyos ingresos están por debajo de esa cantidad.

LA RIOJA, PRIVILEGIADA

En lo que se refiere a la incidencia de los niveles de desigualdad a nivel estatal, Foessa constata que existe un grupo de Comunidades Autónomas que destaca por presentar niveles de desigualdad considerablemente inferiores al conjunto nacional. En este grupo se incluirían Navarra, País Vasco, Murcia y Castilla-La Mancha. En otras regiones, por el contrario, el proceso distributivo interno se ha traducido en niveles de desigualdad que superan el promedio nacional. Se trata de regiones como Andalucía, Canarias, Cantabria y Madrid, aunque sus indicadores son sólo ligeramente más elevados que los del conjunto español.

En cualquier caso, hay un grupo bastante uniforme de regiones que presentan los mayores niveles de desigualdad y que incluye a Ceuta y Melilla, Canarias, Extremadura, Andalucía y, con algo más de sensibilidad a la encuesta utilizada, Madrid. En el extremo opuesto se sitúan las regiones con menores diferencias internas en la distribución de ingresos y que son, básicamente, La Rioja, País Vasco, Baleares, Navarra y, dependiendo más de cada fuente, Asturias y Aragón.

A partir del miércoles, y a lo largo de tres jornadas, más de doscientos expertos participan estos días en Madrid en el Congreso sobre Exclusión y Desarrollo Social en España, organizado conjuntamente por la Fundación Foessa y Cáritas Española. En las sesiones, que serán inauguradas por Rafael del Río Sendino, presidente de ambas instituciones, los congresistas reflexionarán sobre los contenidos del VI Informe y elaborarán una serie de propuestas de acción que elevarán a los responsables políticos para su inclusión urgente en la agenda social.