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Ayuso escenifica la ruptura total con Ciudadanos y evita el choque con Vox

La candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, terminaba la noche de este miércoles su trámite más difícil de la campaña: el primer y único debate en el que participará antes de las elecciones del 4 de mayo. Parte como favorita a todas encuestas, pero su objetivo, “un gobierno en solitario”, como repitió este miércoles durante el cara a cara en Telemadrid, no lo refleja ninguno de esos sondeos. Ayuso tendrá que mirar a su derecha –a Vox– para reeditar su mandato si como dicen todos los pronósticos suman mayoría. Y es lo que hizo la noche de este miércoles la todavía presidenta de la Comunidad de Madrid: mirar a la extrema derecha, abrazar alguno de sus postulados y, sobre todo, evitar el choque con su candidata, Rocío Monasterio.

Al otro lado de los pactos, estaba el candidato de Ciudadanos, Edmundo Bal, quien tendía una vez más la mano a la presidenta de la Comunidad de Madrid para reeditar la coalición que Ayuso hizo saltar por los aires el 10 de marzo convocando el adelanto electoral. La candidata del PP acusó a Ciudadanos de formar parte de una operación orquestada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para sacarla de la Puerta del Sol “por la puerta de atrás”, según repitió durante el cara a cara. También dijo que había defendido una “política de cierres indiscriminados” en la hostelería y los comercios. Y situó a Ciudadanos como el responsable de que ella haya liderado un Gobierno en el que no se ha aprobado ningún presupuesto en dos años de legislatura y en el que solo ha salido adelante una ley –la enésima reforma del Suelo–.

Y aunque las alusiones no eran directas y Ayuso trató de evitar responder a las interpelaciones de Bal, a la pregunta de si pactaría con Ciudadanos de nuevo, la candidata del PP aseguró que su propósito el 4M es “gobernar con las manos libres” para poder ejecutar su programa y “tener pronto unos presupuestos”. En definitiva, vino a decir Ayuso, no quiere de nuevo un gobierno con aquellos que le impidieron gobernar.

Ayuso también culpó a Ciudadanos de haberle impedido llevar a cabo “la mayor rebaja fiscal de la historia” de la Comunidad de Madrid pese a que, en este punto del debate, ambos candidatos coincidieron en lo mismo: bajarlos y confrontar con la izquierda que quiere lo contrario. De hecho, los candidatos de la derecha compitieron en los anuncios de rebajas fiscales, pese a que ambos no las llevaron a cabo durante los dos años que gobernaron en Madrid. Y aunque Ayuso hoy señale a Ciudadanos, lo cierto es que ella misma aseguró hace pocos meses que “no era el momento” por la crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus.

Pero el verdadero cuerpo a cuerpo en la derecha se dio entre el candidato de Ciudadanos y la de Vox. Bal destacó la función de Ciudadanos al frente de las carteras de políticas sociales en la Comunidad de Madrid y pidió a los madrileños que “elijan” si quieren que las políticas sociales “las lleve Vox que dicen que las personas LGTBI tienen que pasar por terapias de conversión” o ellos a la vez que acusó a a la formación de extrema derecha de querer “adoctrinar” a los niños en las escuelas. Por su parte, Monasterio le criticó haber “traicionado” a sus votantes y le pidió el favor de que vuelva a su cargo de abogado del Estado.

Monasterio evitó sin embargo el enfrentamiento con Ayuso, con la que previsiblemente tendrá que pactar a partir del 5 de mayo si los números dan una mayoría entre ambos partidos. Solo la acusó en un momento del debate de cercenar la libertad de los ciudadanos con un toque de queda a las 23 horas. Monasterio pidió el voto para acabar con esa medida pero ahí terminó sus ataques a la presidenta. El resto de la gestión de la pandemia, incluidas las muertes en las residencias, Monasterio se las achacó al candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, hasta hace unas semanas vicepresidente del Gobierno.

También Ayuso evitó la confrontación con Vox y hasta incluso abrazó algunos de sus postulados. Por un lado, anunció la creación de un gobierno “austero” con tres consejerías menos –de 13 a 10– si logra reeditar el mandato, una de las exigencias de Vox durante la legislatura. Y en el momento de hablar de los menores extranjeros no acompañados, que la candidata de extrema derecha convirtió en su principal argumento del debate con un claro discurso xenófobo, la presidenta de la Comunidad recogió el guante para señalar que en Madrid “solo hay” 269 menas en una población de 7 millones.

A renglón seguido, Ayuso defendió que carece de competencias para “acabar con este problema” y apuntó al Gobierno de Sánchez y al Ministerio del Interior, el encargado, dijo, de controlar las fronteras, en línea con el planteamiento de la candidata de Vox. Por la mañana, en una entrevista en la Cadena Ser, la candidata del PP ya había dicho que Vox es “ultraderecha según para qué cuestiones” y se había abierto a negociar un gobierno tras el 4M.