COVID-19

Ayuso trata de maquillar con la apertura nocturna del Zendal la lentitud en la vacunación de Madrid

“Si no hubiera sido por el Gobierno yo ya tendría Madrid vacunada al 100%”, dijo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la campaña electoral del 4M. Entonces, Madrid no estaba ni mucho menos a la cabeza de las comunidades con más vacunados. Tampoco lo está ahora casi dos meses después. La región gobernada por Díaz Ayuso se sitúa a la cola de inyecciones hasta el punto de que ha inoculado solo el 83,7% de las dosis que ha recibido hasta la fecha, la que menos. Madrid se queda rezagada y la presidenta madrileña ha encontrado una solución: pinchazos a altas horas de la madrugada, con los que intentar maquillar unos datos que cuestionan sus constantes críticas a la estrategia nacional de vacunación. 

Desde el próximo lunes, los mayores de 40 años podrán vacunarse en el hospital de emergencias Enfermera Isabel Zendal las 24 horas del día. A fecha del viernes, 1.000 madrileños se habían apuntado. De todas las opciones disponibles –Madrid cuenta con otros dos puntos de macrovacunación en el Wanda Metropolitano y el Wizink Center y más de 25 hospitales de la red pública que están desempeñando esta misma labor–, Ayuso ha escogido para esta nueva hazaña la opción menos accesible para los ciudadanos, ya que esta infraestructura carece de transporte público cercano y se encuentra a las afueras del norte de la ciudad junto a un conglomerado de oficinas. 

Ayuso trata de darle salida así a su proyecto estrella de la legislatura pasada una vez se han vaciado los hospitales de pacientes con COVID-19, también ese que ha costado a los madrileños más de 140 millones de euros, el triple de lo presupuestado y para el que no se contrató a un solo sanitario más. La dirigente madrileña levantó el polémico hospital durante la segunda ola de pandemia y le sirvió como herramienta de propaganda frente a la falta de rastreadores, médicos y medidas restrictivas para contener el virus. 

Una vez pasado el peor momento de la pandemia gracias al avance de la vacunación que ha supuesto el hundimiento de los contagios y los ingresos hospitalarios, el Zendal servirá de nuevo como un instrumento con el que Ayuso trata de contrarrestar sus datos de vacunación y tomar delantera después de ser la región que menos inyecciones de la vacuna contra la COVID-19 ha inoculado hasta la fecha. 

Madrid está a la cola con el 50,8% de la población vacunada con primera dosis, frente al 57% de la media nacional. La comunidad más aventajada es Galicia (64,1%), seguida de Castilla y León (63,8%) y Extremadura (63,2%). También es la comunidad autónoma que menos porcentaje de vacunas recibidas ha inoculado, por debajo del 85% (83,7%), pese a las críticas constantes de la presidenta madrileña al Gobierno al que pide constantemente más dosis pese a que no es capaz de administrar las que llegan.

El viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero, justificaba el nuevo horario asegurando que “había una demanda para ello y se ha buscado facilitarle el acceso a los ciudadanos”. 

La realidad es que la vacunación de la franja de edad de 40 a 49 años se ha estancado en la Comunidad de Madrid respecto a otras comunidades. Desde que empezaron los pinchazos en esta franja de edad –el pasado 8 de junio– en la región solo se han administrado dosis a 443.758 personas en la cuarentena (el 38,1%), mientras que en una comunidad con una cantidad similar de población en esta edad, como Andalucía, las inyecciones ascienden a 966.083 personas (69,7%) en el mismo periodo. En el caso de Cataluña, ha vacunado a 844.963 personas (64,2%) de entre 40 y 49 años.

Zapatero, que ha cuestionado en reiteradas ocasiones el objetivo del Gobierno de que el 70% de la población esté vacunada a final del verano por “falta de dosis”, criticaba este viernes que se esté montando “una especie de carrera de vacunación” entre las regiones. “Es muy importante señalar que se trata de vacunar bien”, añadía. Y para eso señalaba la estrategia de Madrid de adelantar la segunda dosis de AstraZeneca para los mayores de 60 años. 

“El problema de la mutación [de la variante Delta] es que personas susceptibles pueden contagiarse e ingresar, por lo tanto lo que Madrid decidió fue cerrar vacunaciones. No es lo mismo vacunar a un chaval de 16 años que a uno de 67 que está sin segunda dosis de AstraZeneca, desde el punto de vista de la gestión no es comparable”, defendió. En segundas dosis, Madrid deja de ocupar el último lugar con el 36,9% de la población con la pauta completa frente al 37,7% de la media nacional. 

No es la primera vez que los datos cuestionan las críticas constantes del Gobierno de la Comunidad de Madrid al Ejecutivo de Pedro Sánchez con respecto a las vacunas. También Madrid lideró las críticas al Ministerio de Sanidad en la estrategia para inocular segundas dosis a los trabajadores esenciales menores de 60 años que recibieron la primera de AstraZeneca. Madrid presionó para que Sanidad adelantase la decisión y amenazó con empezar a inyectar dosis si no había un pronunciamiento. Una vez lo hubo, fue la última comunidad en empezar a vacunar a este colectivo dos semanas después. 

Lo mismo ocurrió en enero cuando llegaron las miles de primeras dosis. Madrid empezó el proceso de vacunación contra la COVID-19 con lentitud a pesar de las expectativas creadas por Ayuso. La presidenta madrileña decidió entonces subcontratar parte de la vacunación a Cruz Roja. La solución que ha encontrado ahora ha sido vacunar 24 horas al día.