Las primarias en el PP de Madrid tendrán que esperar. El partido renuncia a entrar en un proceso de relevo complicado y que puede abrir duros enfrentamientos internos por los puestos de mando antes de las elecciones del 10N. Pablo Casado ha decidido prolongar una situación de interinidad en la primera planta de Génova, 13 que dura ya 16 meses, desde la abrupta salida de la política de Cristina Cifuentes acorralada por el caso Máster.
Sin embargo, el líder no ha esperado al futuro congreso para garantizarse el control del PP de Madrid y ha impulsado una renovación casi total de las vicesecretarías y de la secretaría general. De la estructura heredada del PP de Mariano Rajoy solo queda el presidente interino: Pío García Escudero. Él y Juan Carlos Vera, el ex número dos que acaba de dimitir, fueron nombrados por el Comité Ejecutivo Nacional del PP cuando todavía Rajoy lideraba el partido junto a María Dolores de Cospedal. Fueron los elegidos por la antigua dirección para aplacar los ánimos tras la dimisión de Cristina Cifuentes y controlar los roces internos derivados de la caída de la lideresa como representantes del aparato del partido.
Casi un año y medio después, la secretaría general pasa a manos de la senadora Ana Camins, de la máxima confianza de Casado y número tres de la lista con la que Isabel Díaz Ayuso concurrió a las elecciones en la Comunidad de Madrid. Fuentes del PP de Madrid aseguran que el cambio obedece únicamente a la “necesidad” de sustituir a Juan Carlos Vera tras su nombramiento como gerente del Club de Campo y no a la pérdida de confianza en el veterano fontanero de Génova, que ha sido una de las personas de máxima confianza de Casado durante las primarias de 2018 y también después.
El Club de Campo Villa de Madrid S.A es una sociedad mixta participada por el Ayuntamiento de Madrid. Es la corporación local, dirigida por José Luis Martínez-Almeida, la encargada de nombrar a dedo –es un puesto de libre designación– al gerente, que cobrará 97.166,60 euros anuales. Fuentes del partido justifican que Ciudadanos, socio de gobierno del PP en el Ayuntamiento, presionó para que el recién nombrado cargo público no compatibilizara el puesto con otro tan significado en el partido.
Vera, de 'número dos' a gerente del Club de Campo
Vera ya había sido desplazado al ser colocado como número dos en las listas del Senado, encabezadas por Pío García-Escudero. Pero el mal resultado electoral del 28A le dejó fuera de la Cámara Alta. Después vino su salida como secretario general del PP de Madrid. Un alto cargo del Gobierno regional asegura que, con este cambio, Casado estaría buscando un “cambio de aire” y de “imagen” en el partido regional de cara a los comicios del 10N.
No ha sido el único movimiento de Génova para tener bajo control la dirección regional, que aún mantiene resquicios del liderazgo de Cifuentes con una veintena de cargos electos que se han mantenido porque en mayo de 2018 no se disolvieron todos los órganos del partido regional. Entre los afines a Casado que ahora han sido recolocados en la dirección están David Pérez y Ángel Carromero. Ambos pasan a ocupar, a propuesta de Camins, tres de las seis vicesecretarías.
El primero, conocido por su mala relación con Cifuentes, fue rescatado por el nuevo PP de Casado y ahora es consejero de Vivienda en el Gobierno de la Comunidad de Madrid. El partido trata de relanzar también a otro relegado a la sombra, Ángel Carromero, con un cargo nuevo en la Ejecutiva, la Vicesecretaría Electoral (antes formaba parte de Organización), que compaginará con su puesto como director general en el Ayuntamiento de Madrid dentro del núcleo de máxima confianza del alcalde.
La dirección nacional del PP que pilota Pablo Casado justifica los nombramientos del partido en Madrid en los “cambios” realizados por el líder de los populares en la estructura estatal y que supusieron la incorporación de anteriores vicesecretarios regionales como el exalcalde de Boadilla Antonio González Terol o Valentina Martínez Ferro a la cúpula nacional de la formación. El primero es ahora vicesecretario general de Política Territorial del equipo de Casado, mientras Martínez Ferro fue nombrada este verano secretaria del Comité Ejecutivo Nacional del PP.
“Había que montar el comité de campaña y muchos vicesecretarios han pasado a nacional y dejaban responsabilidades en Madrid”, justifican fuentes del equipo de Casado consultadas por este diario. Camins aseguró este jueves en rueda de prensa que los cambios eran necesarios para “preparar al partido para sacar los mejores resultados en la Comunidad de Madrid y para el Congreso” futuro, teniendo en cuenta que los antiguos vicesecretarios tienen ahora otras responsabilidades.
Controlar Madrid, una prioridad
Casado siempre ha priorizado el control del partido en Madrid, una de las principales plazas donde él mismo militó durante años y donde el PP ha conseguido mantener el poder tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento –excepto el impasse de los cuatro años de la Alcaldía de Manuela Carmena– desde hace más de dos décadas. En las primarias fue, además, uno de los territorios que con más fuerza se posicionó a favor de la victoria del hoy líder de los populares. Una gran parte de sus apoyos entonces han sido compensados después con puestos de relevancia en la administración, el partido o en ambas.
Como evidencia de ese intento por controlar el PP de Madrid, Casado situó en enero al frente de la candidatura a la presidencia de la Comunidad de Madrid a Isabel Díaz Ayuso, una persona de su máxima confianza a quien ya había puesto al frente de la secretaría de Comunicación del partido tras ganar las primarias. Génova considera a Ayuso, que al principio se valoró como una apuesta arriesgada por los propios dirigentes populares, como un “ejemplo” de la capacidad del PP por entenderse “a izquierda y derecha” tras el acuerdo con Ciudadanos y Vox que le hizo presidenta en agosto.
Ayuso llegó a ese puesto después de que durante lustros el PP de Madrid tuviera cierta independencia de la dirección nacional y un poder propio que le permitía mantener esa autonomía. El predecesor de Casado en la Presidencia del PP, Mariano Rajoy, tuvo que lidiar con los liderazgos de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, ambas con personalidades y discursos propios dentro del partido y que ahora se encuentran imputadas por la supuesta financiación ilegal de los populares madrileños.
Con los cambios, Casado sigue apuntalando su control sobre la organización regional que prolonga la incógnita sobre el futuro liderazgo. Lo que parece ya claro a estas alturas es que el líder nacional es partidario de mantener la bicefalia. “Ha funcionado bien”, sostuvo Camins este miércoles al ser preguntada por ello tras la Junta Directiva Regional. Estos planes sitúan fuera de la primera planta de Génova a Isabel Díaz Ayuso y abren la batalla por el liderazgo del partido.