Carmena intenta cuadrar el puzle en sus últimos presupuestos: recortar el gasto y convencer al PSOE
En año preelectoral y en medio de sus delicados equilibrios internos, el Gobierno de Manuela Carmena se enfrenta a su reto más difícil: cuadrar unas cuentas municipales que cumplan con los recortes impuestos en el programa acordado con el Ministerio de Hacienda y convencer al PSOE -que ya votó en contra del pacto con Montoro- de que debe apoyar los presupuestos.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, anunció en noviembre que habría prórroga de presupuestos tras la intervención financiera por parte del Ministerio de Hacienda. A tres días de acabar el año, las cuentas de la capital para 2018 siguen en el aire, sin que el Gobierno de Ahora Madrid haya contactado todavía con el PSOE, cuyos votos son imprescindibles para sacarlas adelante.
El Ejecutivo municipal gobierna en minoría y necesita a los socialistas para aprobar sus cuentas. Un apoyo para los presupuestos de 2018 que no ha pasado el primer filtro, ya que deben enmarcarse en el plan de gasto que Carmena pactó con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y que recoge fuertes recortes para las inversiones, pero también para el gasto social. El PSOE, que hasta hace pocos meses había apoyado a Ahora Madrid en la parte económica, votó en contra de ese plan financiero, que solo salió adelante gracias al apoyo del PP y con el gabinete de Ahora Madrid fracturado.
La destitución del hasta entonces concejal de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, por no querer defender en el Pleno el plan económico, ha puesto al frente de la concejalía a Jorge García Castaño. Se trata de un dirigente que despierta más simpatías en la oposición, aseguran fuentes socialistas a eldiario.es. En el año de su debut se enfrenta a un reto titánico. El nuevo delegado tiene la experiencia de formar parte de la comisión de Economía pero, recién aterrizado hace apenas dos semanas en uno de los departamentos claves del Ayuntamiento, debe elaborar unos presupuestos impopulares que necesariamente han de incluir importantes ajustes en las partidas de inversiones e incluso de gasto social.
El PSOE sostiene que nadie de Ahora Madrid se ha puesto en contacto con su partido para negociar. “Hasta que ellos no tengan al menos un borrador preliminar de los presupuestos no nos podemos sentar porque no hay nada de lo que hablar”, aseguran. “Es una frivolidad que digan que los presupuestos van a estar en enero”, defienden las mismas fuentes, dando a entender que la negociación no va a ser fácil.
Los socialistas admiten que se trata de una situación “complicada” debido a los ajustes que se deben asumir. El presupuesto para 2018 bajará respecto a 2017 y todo en un año en el que los partidos tendrán un ojo puesto ya en las municipales de 2019. Las imposiciones del Ministerio de Hacienda a un Gobierno local que ha recortado el déficit 2.000 millones desde que llegó al poder en 2015, provocarán caídas en las partidas de inversiones: las destinadas a obra pública o la compra de autobuses. También la de transferencias de capital, que es el dinero que el Ayuntamiento destina a las empresas públicas para que estas realicen inversiones. Y también las partidas sociales.
Recorte de un 24% en gasto social
El plan económico cerrado entre la alcaldesa y el ministro de Hacienda, para sellar el grave conflicto abierto entre ambas administraciones, supone un recorte en el presupuesto para inversiones de 85 millones de euros para 2018 respecto a este ejercicio, un 28% menos. Si se compara con lo que se destinó en 2016, la reducción en esta partida es de 273 millones. La caída es muy relevante: 350 millones de euros en dos años.
Y una sentencia judicial derivada de las expropiaciones para la M30 contra el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón va a reducir todavía más el ya mermado presupuesto para obras públicas en 2018. Cerca de 70 millones de euros, de los 210 millones presupuestados para inversiones, tendrán que destinarse en enero a pagar la condena judicial. Esto supone que el Ayuntamiento de Madrid y todas las empresas públicas del mismo solo contarán con 140 millones para esta partida.
El motivo principal para ser las partidas más afectadas es que en las demás hay menos margen para reducirlas puesto que son las destinadas al pago de nóminas o gastos corrientes. Otro es que el Gobierno de Ahora Madrid espera poder utilizar su superávit para destinarlo a obras públicas y otras inversiones como ha hecho este año gracias a la disposición en los Presupuestos generales que han permitido a las administraciones con superávit destinarlo en inversiones financieramente sostenibles (IFS).
Pero como recuerda el PSOE, “el problema es que eso te permite hacer algunas cosas pero otras no, como son las ayudas a familias con rentas bajas, a la vivienda, a la pobreza energética o a la asistencia a domicilio”. Temen que “todo eso puede caer”.
La partida presupuestaria destinada a estos fines, la de Transferencias corrientes, sufre un recorte de más de 50 millones: pasa de 215 millones en 2017, a 163 millones en 2018. Serán recortes sobre recortes porque el Ayuntamiento ya ha tenido que realizar desde los últimos dos meses ajustes en las cuentas de este año. La liquidación de los presupuestos de 2016 en esta partida fue de 212 millones, por tanto para el último año antes de elecciones el gasto social se va a reducir un 24% menos.
Fuentes cercanas al Gobierno apuntan a que Carmena estaría incluso dispuesta a ofrecer cabezas al PSOE para sacar adelante las cuentas si llegado el momento este partido pusiese como condición la destitución de alguno de los concejales. Y todas las voces apuntan a la edil de los distritos de Arganzuela y Usera, Rommy Arce, una de las representantes del sector Anticapitalista y cuya gestión no acaba de convencer a la regidora. Una hipotética salida de Arce supondría agravar la crisis de Gobierno todavía no zanjada y que previsiblemente tendrá consecuencias sobre la candidatura de Ahora Madrid para 2019.