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Aruca Gómez, candidata desconocida de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid y asesora de Villacís

La candidata de Ciudadanos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Aruca Gómez.

Carmen Moraga

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En su perfil de Twitter ha grabado casi a fuego el hashtag #SeNecesitanValientes. Ella, de hecho, no ha parado de decir que se siente toda una “valiente”, como muchos otros compañeros que, frente a los que han dado la espantada, han aceptado ser candidatos de Ciudadanos en estos momentos tan complicados para la formación a la que casi todas las encuestas pronostican su posible desaparición. Y no es para menos porque la misión que tiene por delante Aruca Gómez (Toledo, 1974) no es baladí: intentar que Ciudadanos vuelva a tener representación de la Asamblea de Madrid en un duelo principalmente de mujeres en el que la actual presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, parece que tiene todas las de ganar.

Araceli Gómez (Aruca, como la conocen todos en el partido) fue elegida a principios de febrero como candidata de Ciudadanos a la Comunidad de Madrid no sin polémica ya que ni ella ni su mentora, la vicealcaldesa de la capital, Begoña Villacís, lograron recabar las firmas mínimas necesarias de los militantes para poder concurrir a unas primarias. Ante las extrañas circunstancias, la dirección del partido decidió proclamar a ambas candidatas a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento, respectivamente, al haber obtenido el mayor número de avales frente a sus rivales. En el caso de las autonómicas madrileñas se necesitaban un mínimo de 271 y Gómez se quedó en 265, mientras a Villacís le faltaron cuatro de los 126 que requería.

A partir de ese momento, su primer reto ha sido darse a conocer, porque pese a llevar cerca de dos décadas década en política, Aruca Gómez es una gran desconocida para los madrileños. Consciente de ello, a finales de abril organizó una performance en la plaza de Callao, donde un grupo de jóvenes voluntarios y simpatizantes de Ciudadanos se presentaron ataviados con camisetas blancas en cuyo reverso se preguntaba: “¿Quien es Aruca Gómez?”. En en la otra cara se desvelaba: “Yo soy Aruca”. Bailaron al son del I Wanna dance with somebody de Whitney Houston para presentar a la candidata, que defendió la necesidad de que Ciudadanos sobreviva para poder ser “decisivo” en Madrid.

Varias semanas después de aquel 'salto' en Callao su candidatura sigue sin levantar pasiones. Todas las encuestas le dejan fuera de la Asamblea de Madrid, donde en 2019 el partido logró 26 escaños con Ignacio Aguado como candidato. Ella misma salió elegida entonces como diputada. Pero dos años después, la repetición electoral decretada por Ayuso la despojó de su escaño, como al resto de sus compañeros. Inés Arrimadas había decido sustituir a Aguado como cabeza de cartel por el portavoz adjunto del grupo parlamentario en el Congreso, Edmundo Bal, que no pudo remontar los malos pronósticos. Y si entonces las cosas ya estaban bastante complicadas, ahora las perspectivas para Gómez son mucho peores, según todos los sondeos.

La trayectoria de la aspirante

Pero, ¿quién es Aruca Gómez? La candidata de Ciudadanos tiene un recorrido político inverso al de muchos de los compañeros de su formación: mientras ellos se quieren ir ahora al PP ella ya estuvo en el partido que ahora preside Alberto Núñez Feijóo. Fue concejala en Tres Cantos (Madrid) por este partido entre 1999 y 2003, año en el que decidió crear una marca independiente, Alternativa Popular de Tres Cantos (APTC), de la que fue su líder y portavoz.

En 2015, cuando Albert Rivera se lanzó a la expansión nacional de Ciudadanos, Aruca Gómez decidió unirse a él tras ser captada por el exsecretario de Organización Fran Hervías para crear la agrupación de Ciudadanos en Tres Cantos de la que fue nombrada su coordinadora y, más tarde, candidata a la Alcaldía municipal ya en representación de Ciudadanos. “Aruca era de la camarilla de César Zafra, de esa vieja guardia del partido en Madrid”, afirman quienes la han tratado que la definen como una persona de “carácter tozudo”, “muy preocupada por mostrarse abierta y empática”, aunque puntualizan que “no es muy popular entre los afiliados”.

En las elecciones autonómicas de mayo de 2019 la dirección del partido decidió que concurriera como número 12 de la lista a la Comunidad de Madrid, logrando un escaño en la Asamblea madrileña lo que le supuso abandonar definitivamente Tres Cantos. En el parlamento autonómico fue secretaria general del grupo, portavoz en las comisiones de Presidencia, Reconstrucción o Administración Local y vicepresidenta de la Comisión de Economía. Sin embargo, tras la repetición electoral decretada por Ayuso dos años después, Gómez, que iba como número 6 en la lista de Bal, no logró revalidar su escaño.

Tras ese contratiempo, Aruca Gómez fue enviada en 2021 al Ayuntamiento de Madrid como asesora del grupo municipal con un sueldo anual bruto de 61.023 euros, según desvela el portal de Transparencia del Ayuntamiento de Madrid. Allí estrechó lazos con Begoña Villacís, a la que se la considera su mentora política. Gómez es Diplomada en Lengua y Cultura China y Licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid.

Dentro del partido Gómez ha sido secretaria autonómica de Comunicación y de Acción Institucional. Fue elegida por Inés Arrimadas para encargarse de la coordinación de grupos institucionales, comunidades autónomas, Congreso, Senado y Parlamento Europeo y actualmente forma parte de la Ejecutiva Nacional como secretaria de Relaciones Institucionales.

Después de ser proclamada candidata a la Presidencia del Gobierno regional, afirmó que asumía ese reto “con agradecimiento y más ilusión que nunca”, comprometiéndose a que “no habrá un solo día” en el que no se deje “la piel por mejorar la vida de los madrileños”.

La tarea que tiene ahora por delante, y para la que le queda menos de un mes, es más que complicada ya que tiene todo en su contra: no solo unas encuestas que les reiteran que se quedan fuera de la Asamblea regional, o un PP que ella bien conoce y que no deja de lanzar el anzuelo a los pocos cargos que les quedan. También el casi nulo conocimiento que los madrileños siguen teniendo de ella. Pero eso no parece haberla desanimado.

Una de las medidas más recientes que ha lanzado ha sido apostar por el 'co-living', es decir, compartir piso, como “respuesta revolucionaria” al problema de la vivienda de los jóvenes para que se puedan emancipar. “Queremos que la Comunidad de Madrid sea una región integradora y que no deje a ninguna persona atrás”, destacó la candidata durante el encuentro que mantuvo hace unos días con el presidente del Consejo de la Juventud de la Comunidad de Madrid, Sergio López. “Tenemos claro que esta fórmula revolucionaria permitirá a nuestros jóvenes desarrollar experiencias que no obtendrían si se quedan en la casa de sus padres y que no sólo les dará acceso a una vivienda, sino que gracias a las experiencias compartidas que allí vivirán adquirirán las competencias para emprender en el medio plazo”, explicó.

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