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El PP desplaza a los 'cifuentistas' del núcleo duro del partido en Madrid

Nueva dirección del PP de Madrid. / PP de Madrid

Sofía Pérez Mendoza

Pío García-Escudero ya ha diseñado su nuevo PP del Madrid. Un nuevo organigrama a gusto de Génova que aparta a los nombres más cercanos a Cristina Cifuentes de la almendra de poder del partido en la región. En la foto no hay ni una cara que recuerde a la gestión de la expresidenta.

La consejera Rosalía Gonzalo y el senador y exconsejero cercado por la corrupción Jaime González Taboada han sido fulminados; el presidente del Gobierno, Ángel Garrido, se queda también sin cargo; y Carlos Izquierdo, responsable de Medio Ambiente, es desplazado de la Vicesecretaría de Organización a la Presidencia de Derechos y Garantías, un puesto que está fuera de la estructura principal de toma de decisiones.

El nuevo presidente del PP de Madrid confía en esta era post-Cifuentes en la consejera Engracia Hidalgo, a quien mantiene como tesorera; y en el recién nombrado vicepresidente Pedro Rollán, desplazado del Comité Electoral al Comité de Estrategia. Todos ellos, en todo caso, son cargos que exigen, como ha admitido el propio García-Escudero, “menor dedicación” al partido. No estarán en las reuniones del Comité de Dirección que el presidente pretende hacer ahora semanalmente en lugar de una vez al mes.

“No es una ruptura. En la Ejecutiva hay consejeros del equipo de Gobierno pero en órganos que le exigen menos dedicación al partido porque tienen que dedicarse a lo que se tienen que dedicar”, ha justificado el presidente del PP de Madrid en una rueda de prensa posterior al Comité Ejecutivo Regional del que han salido los nuevos nombres. García-Escudero ni siquiera los ha listado ante los periodistas. El más esperado era el de Pablo Casado, a quien finalmente se coloca como presidente del Comité Electoral, un cargo que no es incompatible con una posible candidatura para 2019 del vicesecretario nacional. Su misión será la de designar los cabezas de lista en los municipios madrileños.

“Continuidad y renovación”, así define García-Escudero a su nuevo PP de Madrid. El presidente hace gala de la “juventud” de los vicesecretarios, de una media de edad de 40 años, y evita mencionar al anterior equipo. Al construido por Cristina Cifuentes, elegida presidenta del partido a nivel regional en marzo de 2017 tras haber liderado provisionalmente la gestora creada con la salida de Esperanza Aguirre.

“Era otro equipo, estaba diseñado para durar hasta el siguiente Congreso, esta situación es diferente. Ni uno es mejor, ni otro es peor”, ha resuelto García-Escudero que, además de cambiar las caras, también ha retocado la estructura interna del partido en la Comunidad de Madrid.

El presidente prescinde de dos puestos creados por Cifuentes y que estaban ocupados por dos personas que ahora están cercadas por la corrupción: Jaime González Taboada y José de la Uz. Con ellos desaparecen las figuras de Coordinador General y de Vicesecretario de Innovación. La remodelación, por tanto, se salda en global con una vicesecretaría menos, “una estructura reducida” que funcione, ha dicho sin ambages García-Escudero, “casi como un comité de campaña”.

Porque si en algo va a enfocarse este equipo es en las elecciones de 2019. Exclusivamente, ha dicho el presidente. Un horizonte urgente e importante que preocupa, y mucho, al PP. El partido, así las cosas, aprovecha cualquier ocasión para reivindicar su experiencia y su espacio político adquirido a base de años de “ganar elecciones” frente a la amenaza de Ciudadanos.

“Este partido es sobradamente conocido por los madrileños, no tiene que buscar su espacio, cuáles son sus valores y sus políticas”, ha apuntado García-Escudero. El objetivo a corto plazo: “trabajar con ilusión” para poder permitirse, ahora que las cosas no están tan bien, “esa situación de privilegio de ganar unas elecciones”. “Que los tiempos no son fáciles –ha rematado– lo sabemos”.

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