“Buenos días, a todos y a todas. No estáis en Caracas, estáis en Madrid. Y en Madrid se cercena el derecho a manifestación de forma voluntaria y consciente”, saludó el líder de CCOO, Unai Sordo, a los 2.000 sindicalistas que se agolpaban ante la sede de la patronal el pasado 26 de septiembre. El desconcierto era la tónica general. Los congregados, la prensa e incluso los diputados que se acercaron a la movilización contra la CEOE no sabían dónde situarse. En una acera estaba la mayoría de los manifestantes. En la opuesta, el escenario y los líderes sindicales. CCOO y UGT denuncian que se trata de la última maniobra de “boicot” de José Luis Martínez-Almeida a sus protestas en la capital, unas trabas que niegan en el Ayuntamiento.
“Creo que en un país democrático lo que no puede ser es que nos estemos encontrando tantas dificultades cada vez que queremos ejercer nuestros derechos y así se lo haremos llegar al señor Almeida”, lamentó en la mencionada protesta la secretaria general de UGT en la Comunidad de Madrid, Marina Prieto. Paloma López, secretaria general de CCOO en la región, denunció que desde el Ayuntamiento “se vulneran sistemáticamente los derechos fundamentales recogidos en la Constitución vinculados al derecho a la asociación, a la libertad sindical, a la concentración y a la huelga”.
Con “trabas administrativas” y las ordenanzas municipales en la mano, CCOO y UGT critican un aumento de las limitaciones a la ubicación de sus manifestaciones en Madrid en los últimos años y cada vez más restricciones para su celebración. Por ejemplo, en el uso de altavoces o megáfonos, de escenarios y en el reparto de panfletos informativos, algo que también han denunciado otros colectivos vecinales y sociales.
La protesta contra la patronal para exigir la reducción de la jornada laboral hizo estallar a los dirigentes sindicales contra el alcalde de Madrid, pero se trata solo del último capítulo de muchos más, sostienen desde las centrales de trabajadores.
El Ayuntamiento de Madrid lo rechaza. “El gobierno municipal del Ayuntamiento de Madrid niega rotundamente estar poniendo problemas ni trabas administrativas para los actos en la vía pública que organizan los sindicatos CCOO y UGT”, responden en el Consistorio.
El 8M y los cambios de ubicación
Entre los choques previos con el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida, los sindicatos mayoritarios destacan los cambios de ubicación y las restricciones para la tradicional concentración de los sindicatos en la mañana del 8M, Día Internacional de la Mujer. Una movilización que solían celebrar frente al Ayuntamiento, en la Plaza de Cibeles, y que el Consistorio de Martínez-Almeida les negó porque afectaba al Paseo de la Luz.
Tras proponer otra ubicación más, también denegada, “el Ayuntamiento nos mandó a la placita del Museo Reina Sofía”, indican fuentes sindicales. Tras celebrar ahí el acto durante los últimos años, en 2024 el Consistorio les negó además el uso de megafonía.
El Ayuntamiento sostuvo que la negativa a la autorización acústica se justificaba porque el acto estaba a menos de 150 metros de una escuela de la música, pero los sindicatos tacharon de “censura” la maniobra, por no dejarles margen para pedir otra ubicación al estar ya “fuera de plazo”.
Fuentes del gobierno municipal responden a este medio acusando a los sindicatos del incumplimiento de los plazos requeridos, por no presentar “toda la documentación oportuna” en la Oficina de Actos en la Vía Pública del Ayuntamiento “con un plazo de antelación de un mes”.
“No solo no se ha puesto traba alguna por parte del Ayuntamiento de Madrid a la celebración de estos eventos de CCOO y UGT, sino todo lo contrario: se ha facilitado su tramitación, al haberse presentado fuera de plazo y quedar un escaso margen de tiempo para revisar la documentación, pedir los informes preceptivos y autorizar la realización de la actividad”, sostienen en el Consistorio.
Los sindicatos advierten de que “es sencillamente imposible” cumplir con esos plazos “y el Ayuntamiento lo sabe”. Para organizar una manifestación, hay que comunicarla a la Delegación de Gobierno previamente, y esta impone un plazo máximo de 30 días. La Delegación consulta al Ayuntamiento en cuestión por si hubiera algún motivo por el que no se pudiera celebrar el acto. Por lo tanto, “no podemos presentar toda la documentación” con más de un mes, afirman en las centrales sindicales.
Primero de Mayo con escenario sin montar
Otro de los encontronazos más relevantes tuvo lugar el último Primero de Mayo, en el día grande del movimiento obrero. “Ya vale al Ayuntamiento de Madrid con los bloqueos y con los boicots a las manifestaciones sindicales. Que no viene de ahora, no es solo de hoy, sino que ya demostraron el Primero de Mayo”, dijo Unai Sordo en la protesta contra la patronal.
“Es un día en el que hay muchas cosas que preparar, un escenario con mucha complejidad y en el que se piden permisos con mucha antelación”, explican fuentes sindicales. Pese a tener autorización para la movilización desde las 7 y media de la mañana, “se nos impidió montar el escenario hasta casi las 10 de la mañana”, añaden estas fuentes, un retraso que consideran injustificable. El Ayuntamiento de Madrid no ha respondido a las preguntas de este medio sobre los motivos de la demora.
Así, la marcha que recorre la Gran Vía de Madrid tuvo que ir más lenta, con más parones de lo habitual, mientras los operarios montaban el escenario a toda prisa. “Íbamos por Callao [a pocos metros del escenario donde se leen los manifiestos finales] y estaba sin montar aún el sonido, la pantalla y demás”, apuntan los sindicatos, que denuncian que el Ayuntamiento les expuso a un riesgo en la seguridad de su equipo.
Los escenarios son otro de los elementos de confrontación con el Consistorio. El 3 de noviembre de 2022, CCOO y UGT celebraron una manifestación con delegados de toda España para exigir aumentos salariales a los empresarios en plena crisis inflacionista. Una marcha de tres columnas, que confluían en la Plaza Mayor de la capital. Los sindicatos habían solicitado instalar un escenario para la ocasión, que fue rechazado por el Ayuntamiento de Almeida.
“Nos negaban el camión por tema de peso, estuvimos reduciendo todo lo que pudimos y al final montamos algo sencillo, pero muy lejos de lo previsto”, explican fuentes sindicales, que recuerdan que sin embargo, en esa misma plaza se celebran conciertos con grandes escenarios en fiestas como San Isidro.
Protesta contra CEOE: permiso a última hora y denuncia
Y, por último, la gota que colmó el vaso fue la protesta contra los empresarios por la reducción de jornada. “Parece surrealista que la delegación nos dé permiso para manifestarnos de aquel lado, y esta mañana el Ayuntamiento de Madrid nos dé autorización para poner el escenario de este otro lado de la calle”, afirmó Pepe Álvarez, secretario general de UGT, para explicar el descontrol y tardanza al iniciar el acto convocado el pasado 26 de septiembre.
El permiso del Ayuntamiento de Madrid llegó además a última hora, poco antes de la celebración del acto. “Que el Ayuntamiento lo haga a las 9 de la mañana de hoy es un acto de boicot a esta concentración. No lo hacen porque sí, no es casualidad. Podrían haberlo hecho hace tres o cuatro días, seguramente hubiéramos tenido tiempo de cambiar la resolución de la delegación”, afirmó Álvarez.
El permiso no solo llegó en el último momento, sino que se plasmó en esa ubicación partida (con el escenario en la acera opuesta a la concentración) y sin permiso para poner altavoces, lo que impedía que los manifestantes del otro lado de la calle escucharan los discursos de los líderes sindicales. Los sindicatos optaron por ubicar algo de sonido, aunque aun así, “no se oía nada” al otro lado de la acera, explicaba a este medio una de las asistentes.
El Ayuntamiento de Madrid alega que “no se autorizó sonido” ante la sede de la patronal al “encontrarse a menos de 150 metros de un colegio”.
Finalmente, durante el desarrollo de los discursos, los manifestantes acabaron acercándose al escenario por la carretera, saltándose la ubicación permitida y cortando la calle, pese a los avisos del cordón policial. El resultado: una denuncia de la Policía a los sindicatos por infringir la autorización municipal de la protesta.
Paloma López denunció que el descontrol generado entre la Delegación y el Ayuntamiento “pone en una situación complicada a los compañeros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, para que al final pase lo que van buscando permanentemente, que tengamos enfrentamientos y se piense que tenemos un problema en la clase trabajadora, nada más lejos de la realidad”, defendió la secretaria general de CCOO en Madrid. “Esto se tiene que acabar. Esto incomoda a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y a nosotros”, coincidió el líder de UGT, Pepe Álvarez.