La otra cara de clausurar el gimnasio ilegal en suelo público cedido a un concertado: 37 despidos y 6.000 afectados
“Sí, lo siento, este viernes ya no abrimos”. Es la frase más repetida en la recepción del Centro Deportivo Newman, que se va convirtiendo en un hervidero de gente interesada en conocer el futuro inmediato del gimnasio al que acuden asiduamente. “O sea que los rumores eran ciertos”, comenta uno de los 6.000 clientes afectados. Estos “rumores” tienen que ver con la orden de precinto que pesa sobre este local de Avenida de Guadalajara, en el barrio de San Blas, que estaba previsto que se materializara este 1 de diciembre, con el consiguiente despido de sus 37 trabajadores.
Una clausura que el Ayuntamiento de Madrid iba a ejecutar porque el inmueble fue levantado en una parcela municipal de uso educativo, cedida a coste cero en 2003 al concertado adyacente, el Colegio Internacional J.H. Newman. “Tendrá que tener una actividad vinculada al centro escolar”, sentenciaba este martes en el Pleno de Cibeles el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante. La orden fue emitida el pasado 25 de enero (cuando el gimnasio apenas llevaba semanas abierto), pero no se consuma hasta ahora debido a que los responsables pelearon por su negocio en los juzgados, solicitando medidas cautelares en lo Contencioso-Administrativo para evitar posibles perjuicios irreversibles. Aunque en un primer momento les fueron concedidas, finalmente los tribunales las retiraban.
Poco después de la publicación de una primera versión de esta información, otro juzgado admitía de nuevo las medidas cautelares y el Centro Deportivo Newman anunció que permanecería abierto después de haber asumido la jornada anterior esta clausura.
Jaime Rosado, director gerente del centro deportivo, atendía horas antes a Somos Madrid. Respondía por una plantilla visiblemente afectada: “Tenemos nuestras familias y nuestras hipotecas y nos vamos a la calle. Hay gente que dejó otros puestos para venir aquí. No entendemos que no se pueda dar ninguna solución, porque como se han encargado de transmitir por carta muchos socios, la gente del barrio está encantada con el servicio que damos. El cierre es totalmente desproporcionado”. También subrayaba que no quieren verse inmersos en “luchas políticas”, pero lamentaba que se hubiera alcanzado esta situación “por la interpretación de una norma” y afirmaba que el gimnasio “tiende la mano al Ayuntamiento para encontrar una solución menos drástica”.
Desde el Club Deportivo Newman recuerdan que se asientan en un terreno “donde no se movió un gramo de tierra durante años”. El colegio concertado se construyó en 2005, pero quedó libre una esquina de casi 4.000 metros cuadrados hasta la edificación del gimnasio. Ahora la Fundación Internacional de la Educación (FIE), entidad a la que el consistorio cedió la parcela para construir el colegio concertado, deberá decidir qué hacer con esta instalación. Este medio contactó con la FIE para conocer el futuro del espacio y su postura general sobre lo ocurrido. Inicialmente guardó silencio, pero a última hora del jueves publicó un comunicado anunciando que intentarían evitar el cierre por vía judicial.
Hay una actividad que se suspende y la empresa deja de operar con su medio de vida, que son los abonados. Ante esta situación lo más lógico, por desgracia, es un ERE de extinción y todo el mundo a la calle
Según la orden para su precinto, el recinto incumple el uso dotacional educativo establecido en la cesión a la FIE. Aunque la normativa permite compatibilizarlo con otros usos como el deportivo, en estos casos solo está permitido cuando dicho uso alternativo ocupe un máximo del 25% de la edificabilidad total. En la actualidad la superficie total construida en el terreno es de 26.651 metros cuadrados y la de uso deportivo es de 10.148 (35%). Así, “no cumple con las condiciones generales y por tanto tampoco la ordenación”, exponen fuentes de Más Madrid a este medio.
Además, el carácter eminentemente comercial y no como apoyo al colegio (sus usuarios no tienen que tener relación alguna con él) engloba el gimnasio más bien en un local de uso terciario, la prestación de servicios con fines empresariales. Por todo ello la Agencia de Actividades, organismo encargado del control de las licencias municipales, ha interpuesto varias multas desde la apertura del negocio el 16 de enero, una de ellas por valor de 60.000 euros. Emitió orden de cierre solo nueve días después de que el gimnasio iniciara su actividad, un dictamen que ha tardado diez meses en materializarse.
Aunque dichas sanciones afectan a la FIE como concesionaria del terreno, la empresa propietaria del Centro Deportivo Newman es la cadena gallega Dos Deporte, que invirtió unos diez millones de euros en la obra. Según Rosado, la compañía se iba a ver abocada a plantear un ERE si se completaba la clausura: “No queda otra porque no habrá nada que pueda sujetar los salarios. Hay una actividad que se suspende y la empresa deja de operar con su medio de vida, que son los abonados. Ante esta situación lo más lógico, por desgracia, es un ERE de extinción y todo el mundo a la calle”.
Uno de los 37 afectados es Adrián, que estos últimos días dedicaba las horas a comunicar la noticia y a solventar dudas en la recepción: “Si existe una irregularidad política o jurídica hay que aceptarlo. Pero la realidad es que para nosotros es muy duro, desde los gerentes al personal de limpieza pasando por el de recepción o los monitores”. Recalcaba igualmente “la demanda social del barrio” y el apoyo que reciben de quienes van conociendo la información.
Contaba que aunque estaban al tanto de los problemas con la licencia no han tenido conocimiento de este cese inmediato de la actividad hasta el lunes, con el escaso margen de maniobra que eso conlleva. Como casi toda la plantilla, Adrián trabaja en el gimnasio desde hace casi un año, ya algo antes de su apertura. Hasta entonces formaba parte del equipo de otro centro de la misma cadena en Moratalaz. “Quedamos desamparados”, sentencia otro compañero.
Indignación en la clientela: “Un gimnasio como ninguno”
En cuanto a la afectación a los clientes, Rosado señala que de esos casi 6.000 usuarios “alrededor de 400 son niños que acuden a cursos de natación que no ofrecen sus colegios ni otros centros deportivos”. El recinto cuenta con 1.300 metros cuadrados de sala fitness, piscina y ofertaba más de 150 actividades dirigidas. Una trabajadora apunta que el polideportivo de La Almudena, cuya piscina se encuentra fuera de servicio por avería, les contactó hace unos días para alquilarles algunas calles y retomar así el servicio parcialmente. “Pero al final nada”, apostilla con resignación.
Entre la clientela también reinaba esta semana cierta resignación, aunque en algunos casos parecía más bien enfado. “Me parece fatal”, dice Paz, usuaria del gimnasio desde el primer día de apertura y madre de un alumno del colegio concertado con el que comparte parcela. “Estoy un poco informada de la polémica y yo lo que no entiendo es cómo se puso un solo ladrillo. Pero ahora que llevamos casi un año disfrutando de este lugar, que es maravilloso y está lleno de gente superprofesional, su cierre hace más mal que bien”, opina.
“Soy una persona muy vaga, pero aquí he encontrado un sitio que me gusta porque ofrece muchas actividades distintas. A ver ahora yo qué hago con mi cuerpo y con mi mente. Porque mentalmente esto le ha venido fenomenal a todo el mundo, desde peques hasta personas mayores”, añade. Paz se preguntaba además qué será de la inversión efectuada en acondicionamiento y maquinaria, así cómo el futuro uso que se iba a dar al recinto.
Lo que no entiendo es cómo se puso un solo ladrillo. Pero ahora que llevamos casi un año disfrutando de esto, que es maravilloso y está lleno de gente superprofesional, su cierre hace más mal que bien
Daniel, un joven que como Paz asiste a Newman desde enero, afirmaba estar “indignado”. Lo exponía así: “Es un gimnasio como ninguno en la zona. Hay uno en la calle Ginebra y otro en Las Rosas que son de calidad muy baja. Este tiene cuatro plantas y máquinas modernas. Una maravilla. Dicen que es suelo público aunque se cedió durante 75 años al colegio. De acuerdo, pero ya que es público que nos dejen disfrutar de él a los ciudadanos, porque no perjudica a nadie y beneficia a 6.000 personas”. Admitía que es “más caro” que el resto de espacios deportivos de la zona, pero “la gente decide pagarlo porque es calidad”. El abono mensual básico para cualquiera de las disciplinas deportivas ofertadas rondaba los 50 euros.
“Estábamos bastante contentos. Es una pena”, comentaba Ricardo, que acude a hacer ejercicio con su hijo. Una rutina adquirida en los últimos meses, desde que descubrieron el Newman: “Hay muchas más cosas mal gestionadas y muchos otros organismos que usan espacios públicos inadecuadamente. Este por lo menos aporta algo. Quizá su apertura no se ha llevado a cabo correctamente y se ha actuado indebidamente con su licencia, pero es un bien social con un buen servicio y un buen precio. Estamos pensando dónde encontrar algo similar y no se nos ocurre”. Considera que “los políticos deberían ponerse de acuerdo para alcanzar una solución que beneficie a todo el mundo” y dice sentirlo muy especialmente “por los trabajadores”.
Aunque sus hijos también han pasado por el colegio concertado, Ricardo indica que en el gimnasio nunca le preguntaron por ello y estaba abierto a cualquier persona. Es el caso de una pareja del barrio de Pueblo Nuevo, que dejó el de su zona para trasladarse a este por las mejores prestaciones. Al enterarse del cierre, del que llevaban oyendo “murmullos” desde enero a través de los medios de comunicación, se sienten decepcionados: “Sabe muy mal cuando te acostumbras a un sitio y de repente se acaba”.
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