Perros y gatos, pero también cobayas, hámsters, peces, pájaros, tortugas, hurones, ovejas, caballos... Muchos fueron los animales que ayer se acercaron hasta la iglesia de San Antón para recibir la bendición de su patrón en el número 63 de la calle Hortaleza, como manda la tradición.
Una bendición que, según muchos, garantiza la salud de sus mascotas durante todo un año y que, en algunos casos, hasta obra algún “milagro” como recuperar la salud de alguno de esos animales que en la anterior cita con San Antón estaban muy graves.
El padre Ángel, fundador de la ONG Mensajeros de la Paz y responsable de San Antón, iniciaba puntualmente las bendiciones acompañado de uno de los usuarios que reciben asistencia a diario en la iglesia de San Antón, que sostenía el recipiente con el agua bendita y el hisopo mientras otro voluntario repartía estampitas del santo y alguna medalla.
«San Antón, bendice a este animal y líbrale de todo mal» o «Yo te bendigo en el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y a tu dueño también» fueron algunas de las fórmulas elegidas para aplicar el agua bendita a las mascotas que esperaban pacientes sobre la alfombra roja frente a las puertas del templo.
El frío y los nervios han hecho a temblar a algunos, pero otros parecían encantados de sentir el agua sobre la piel y se resistían a dejar paso al siguiente animal de la numerosa cola, que en algunos momentos llegaba hasta la calle San Brígida.
A media mañana hacía acto de presencia la Banda Municipal, que como en años anteriores ponía banda sonora a la espera de la cola a ritmo de pasodoble y canciones antiguas que a más de uno le invitaban a mover la cadera. Poco después una Misa solemne para la que también tocaba hacer cola, como para hacerse con los tradicionales panecillos del Santo.
Ya por la tarde le tocaba el turno a las Vueltas de San Antón, un recorrido con los animales en torno a las calles del templo que, desde el año pasado, también procesiona con una imagen de San Antón, colocado sobre una estructura con ruedas de la que se encargan algunos de los usuarios y voluntarios de la iglesia de San Antón.
No faltaron a esa cita los perros de la ONCE y los de la Policía Nacional, la Guardia Civil y cuerpos de emergencias que presentan servicio a las personas, ni tampoco los caballos de la Policía Municipal y de la Guardia Real, a los que acompañaron muchos otros perros de personas anónimas.
A las 19:00 horas, nueva misa solemne presidida por el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que también participó de manera fugaz en las bendiciones de animales. «¡Padre Ángel! ¿Me bendice estas medallas?», le pedía una mujer de cierta edad al sacerdote, mientras un gran número de personas aprovecharon para hacerle fotografías como si fuera una estrella del fútbol o del cine.