Poco duró la alegría en el recientemente creado CSOT “La pluma”. Si el domingo tenían lugar el despliegue de pancartas reivindicativas y un pasacalles para darle la bienvenida a Chueca, en la mañana del lunes eran desalojados de manera ilegal y por la fuerza del número 5 de la calle Barbieri.
Según explican en un comunicado, en torno a las 8:00 horas de la mañana del 25 de julio quince personas forzaban «la puerta del edificio con una pala excavadora para entrar en el CSOT La Pluma a grito de “¡maricones de mierda, os vamos a matar a palos!”».
Una actitud agresiva que continuó en el interior, amenazándoles con «cizallas, barras de metal y puntales a modo de arma», con las que agredieron a las personas que estaban dentro y con las que llegaron a herir «a tres de ellas». Según su testimonio, la policía no procedió a la detención de ninguna de estas personas, que actuaban en nombre de la empresa “Desokupa”, a pesar de haber sido identificados como responsables de la agresión.
Asimismo, denuncian la manera de proceder de empresas como esa que, «contratadas por la propiedad, se dedican a realizar desahucios extrajudiciales. Desalojan violentamente mediante amenazas, coacción, intimidaciones y agresiones» y señalan que el desalojo de Barbieri 5 es una de las actuaciones «más violentas que los matones “desokupas” han hecho hasta la fecha».
Los dueños de Marco Aldani, detrás de este desalojo sin orden judicial
El edificio de la calle Barbieri número 5 en el que se ubicaba el CSOT “La Pluma” es propiedad de ZZ Inmobiliari Proxima, una de las empresas de la Fernández Luengo, propietarios también de las cadenas de peluquería Marco Aldany o Rizos, entre otras relacionadas con el mundo de la estética (peluquería, manicura, barberías), así como Arama Sport, en el ámbito de la gestión de gimnasios.
El edificio de Barbieri, 5 no es la única apuesta por las inversiones inmobiliarias de la familia. También les reportan ingresos negocios del ladrillo como Mi Casa Inn, Jenfab 2003 S.L. o la Residencia Universitaria Arti, dedicadas a la explotación y gestión de residencias de estudiantes.
Para el Centro Social Okupado Transfeminista “La Pluma” con este tipo de negocios «los que alimentan el puchero de la gentrificación, la especulación inmobiliaria y la turistificación que nos expulsan de nuestros barrios y ciudades» y consideran que “La Pluma” «sería una amenaza para este modelo neoliberal de ciudad» y para el «modelo de Orgullo LGTBIQ+ mercantilizado y centrado en el ocio y el consumo».
«En un barrio donde el espacio público se ha vendido a bares y terrazas queremos espacios para hacer política desde nuestras disidencias corporales, sexuales y de género, lugares para gozarnos, disfrutarnos y resistir frente a este sistema que pretende silenciarnos con violencia», concluyen.