Nueva vida para el edificio eclesiástico que saltó por los aires en el Madrid castizo hace ahora dos años y medio. El Ayuntamiento de Madrid acaba de sacar a información pública los planes de la Iglesia para el inmueble parroquial que explotó en la calle Toledo una mañana de enero de 2021, junto a La Paloma. Un suceso en el que fallecieron cuatro personas y causó gran conmoción en la ciudad.
La construcción sobre la que se asienta el Centro Parroquial La Paloma, de seis plantas, voló parcialmente por los aires en su zona alta, que tuvo que ser consolidada para evitar su derrumbe. Desde entonces este espacio se encuentra desalojado y sin uso. Ahora el Arzobispado apuesta por integrar mejor el edificio en el entorno, alineando su altura con la del resto de bloques de la zona. A cambio, podrá ensanchar la superficie de sus plantas, según los detalles del proyecto a los que ha tenido acceso Somos Madrid.
El plan especial expuesto propone modificar el volumen de la edificación aumentando el fondo, sin crecer en altura, para aprovechar al máximo la nueva edificabilidad a la que tiene derecho: 2.020,01 m2, un 20% más de los actuales debido a su carácter de edificio privado de carácter religioso. El volumen cambiará disminuyendo el fondo de la edificación actual en la planta baja y aumentando el fondo de la edificación actual entre las plantas primera a sexta.
El proyecto aprovechará para liberar parte del patio de conexión con la iglesia neomudéjar de la Virgen de La Paloma y San Pedro el Real, que data de 1912 y cuenta con un grado de protección singular. Con la futura reforma podrá verse mejor desde el interior. Además, adapta la construcción a la normativa de patios que establece el plan general, y la dota de accesibilidad. También mejora la protección contra incendios.
La construcción que explotó parcialmente y que será sustituida en su totalidad data del año 1986, según un proyecto del arquitecto Antonio Ábalos Culebras. En el suceso, provocado por una explosión de gas, desaparecieron la cubierta y la sexta planta, el casetón de escaleras y del ascensor, la zona superior de la medianera Sur y de las fachadas Este y Oeste, además de producirse numerosos daños en el interior del edificio.
Hasta la explosión, su uso era de centro parroquial y de residencias religiosas, con un servicio tanto a la Parroquia de la Virgen de la Paloma y San Pedro el Real como también a numerosas asociaciones y vecinos del barrio, que lo utilizaban como una especie de centro social. Por ese motivo el Ayuntamiento de Madrid ha decidido colaborar en la construcción del nuevo edificio ahora propuesto.
La reforma costará 4,4 millones de euros, según los cálculos del Arzobispado de Madrid, que aportará la mayoría de financiación para el proyecto. También aportará 500.000 euros la propia parroquia, a través de fondos propios y donaciones que ha recibido para la reconstrucción.
El Ayuntamiento de Madrid contribuirá con 1,3 millones de subvención, aprobados por todos los grupos políticos presentes en el nuevo consistorio hace unas semanas. En el caso de que fuera necesario, la Iglesia pedirá además un crédito.