Desde las 7 de la mañana de este miércoles, numerosos efectivos de la Policía Nacional y de la Policía Municipal de Madrid procedieron, por orden judicial, al desalojo del edificio conocido como La Quimera, situado en la esquina de la plaza Nelson Mandela y la calle del Amparo.
En el inmueble donde había alrededor de 70 personas, incluidas tres mujeres y un menor de edad, se había detectado movimiento de consumo y venta de sustancias estupefacientes y era objeto de constantes denuncias por parte de los vecinos de la zona, cuya inseguridad creciente generaba quejas a diario.
El desalojo se llevó a cabo sin incidentes, pero según testigos presenciales, alrededor de las 9:30 horas la policía sacó del edificio a varios hombres esposados.
Aunque a media tarde solo se hablaban de dos detenidos, al final de la tarde la Policía Nacional ha elevado esta cifra a un total de 13 personas, según recoge Europa Press. De ellas, 9 están acusadas de un delito contra la salud pública por portar o vender droga, mientras que otras 4 han sido arrestadas por infracción a la Ley de Extranjería. Además, 63 personas fueron identificadas.
Tras décadas de desentenderse del inmueble, a instancia de la Policía la propiedad puso una denuncia para que se desalojara a las personas que habían okupado el interior del lugar. El edificio le ha sido devuelto al propietario y ahora pondrá vigilancia privada para evitar una posible nueva ocupación, aunque de momento la policía mantendrá día y noche su presencia en el inmueble.
Gran despliegue policial
En la operación, por parte de la Policía Nacional se han desplegado 200 efectivos entre agentes de Seguridad Ciudadana, Unidad de Intervención Policial (UIP), Unidad de Participación Ciudadana, Policía Científica, Judicial, Extranjería y agentes de la comisaría del distrito Centro.
De Policía Municipal participaron unos 80 agentes de las Unidades Integrales del Centro Norte y Centro Sur, Unidad Central de Seguridad y Unidad Canina.
Fuentes del distrito Centro informan a Somos Lavapiés que, junto a los efectivos policiales, se desplegó personal del Samur Social para atender a quienes vivían en el inmueble.
Sin embargo, esas mismas fuentes afirman que ninguno de los 70 desalojados han necesitado una alternativa habitacional, aunque algunos fueron calificados como “indigentes”.
“De las 70 personas, se han dirigido 7 a los profesionales del Samur Social, que les han atendido para valorar su situación. Finalmente, tenían alternativa de alojamiento y no han requerido plazas de emergencia. La Policía les ha informado también de los servicios sociales del distrito para que acudan en caso de necesidad”, informan desde el distrito.
En el punto de mira
La Quimera llevaba varios meses en el punto de mira de la Policía Nacional. El comisario jefe de Centro, Alberto Carba, explicaba el pasado mes de marzo a las asociaciones vecinales del distrito que su departamento estaba efectuando actuaciones para la erradicación del tráfico de drogas a su alrededor, ya que consideraba que este problema tenía uno de sus principales focos dentro del edificio. También indicó entonces que estudiaban ejecutar otro tipo de medidas, en un encuentro presidido por la delegada del Gobierno, Mercedes González.
Por otra parte, el último pleno de la Junta Municipal de Centro incluso se puso sobre la mesa la posible expropiación del edificio a propuesta de Más Madrid, grupo que, no obstante, pedía una intervención sociosanitaria y una solución habitacional para quienes viven en La Quimera antes de cualquier acción administrativa o policial.
El pasado mes de junio hubo una actuación coordinada de Policía Nacional, Policía Municipal y operarios de Sanidad del distrito Centro en La Quimera como consecuencia del incendio ocurrido en el edificio días antes. En ciertas partes interiores del inmueble se acumulaban distintos elementos abandonados, trastos y basura. Trabajadores municipales procedieron a retirar distintos objetos de su interior. En aquella ocasión ya algunos vecinos creyeron que se estaba efectuando el desalojo que, finalmente, se ha llevado a cabo esta mañana.
Un edificio olvidado
La Quimera se edificó en 1978, hace ya 44 años, y desde entonces no ha tenido un uso residencial legal: sus viviendas jamás han estado ni en el mercado del alquiler ni de la venta, habiéndose desentendido la propiedad del inmueble, al menos hasta el momento.
Según Europa Press, fue la Policía Municipal la que localizó al propietario y le convenció para denunciar la okupación.
Situado en la esquina de la plaza de Nelson Mandela con la calle del Amparo, el inmueble y sus aledaños son, en los últimos tiempos, la cara más visible de muchos de los problemas que los vecinos de esta parte del distrito vienen denunciando: inseguridad, ruido, suciedad...
Agentes locales y nacionales tenían personal fijo desde el mayo pasado en la zona (potenciado con 20 agentes más desde este septiembre), en contacto con los colectivos vecinales, con patrullajes permanentes y refuerzo policial.
Según denunciaba Más Madrid en el último pleno de la Junta Municipal de Centro, “desde hace dos años La Quimera se ha convertido en un auténtico agujero negro donde residen, en condiciones terribles, sin agua ni electricidad, unas 60 personas, algunas de ellas con patologías psiquiátricas y toxicomanías”, razón por la que instaron al Ayuntamiento a “hacerse cargo de lo que sucede en ese edificio y ponerle solución, bien sea obligando al propietario a poner esas viviendas en venta o en alquiler o bien iniciando un proceso de expropiación del inmueble por motivos de seguridad y salubridad (...) Esta situación no resulta agradable ni para quienes viven dentro ni para quienes viven fuera de La Quimera”.
Fuentes municipales aseguran que “gran parte de esa inseguridad de Lavapiés provenía de ese centro okupado, algunos de cuyos residentes traficaban con drogas en todo el barrio y se producían peleas”.
“Tolerancia 0 con la ocupación”
Tanto el alcalde de Madrid, Martínez Almeida, como el responsable del distrito Centro, José Fernández, se han felicitado por el desalojo, agradeciendo a la policía su actuación. Así, Almeida escribía en su cuenta de twitter: “Tolerancia 0 con la ocupación y con las molestias que causa a los vecinos”. Fernández, por su parte, ha dicho en la misma red social: “Desde el principio luchamos contra la ocupación, fue el compromiso de Almeida”.
La pasada semana, la portavoz municipal de Más Madrid, Rita Maestre, cargaba contra el alcalde de Madrid por el deterioro de Lavapiés y los problemas que sufren los vecinos de la zona y que afectan a su calidad de vida. Maestre acusó al primer edil de tener abandonado el barrio porque “no le interesa electoralmente”.