El lugar que ocupó la primera fuente del Canal de Isabel II se despertó el pasado viernes con una estampa poco habitual: el agua que salía de sus surtidores era rosa, un color que llamó la atención de los que pasaban por la calle San Bernardo y que pudo se contemplado por bastantes vecinos al alimentarse este lugar de un circuito cerrado.
Nadie ha sabido explicar qué le dio este aspecto rosáceo a la fuente, ubicada en el cruce de San Bernardo con Alberto Aguilera (cuyo nombre es Glorieta de Ruiz Jiménez, un dato que muchos madrileños desconocen). Pero su efecto se disipó sin mucha dificultad: la mañana del domingo el agua era ya translúcida y lucía blanca al brotar de los surtidores.
San Bernardo cuenta con fuente desde el año 1858, cuando el Canal de Isabel II, con la propia reina al frente junto a su hijo Alfonso XII, inauguró el primer surtidor de esta compañía de aguas en Madrid. Para conmemorar el hecho, el Canal colocó en 2015 un monolito que se puede contemplar subiendo desde la calle San Bernardo, antes de llegar a la citada glorieta.