Entre las 10 de la mañana y hasta bien entrada la noche, las calles de Malasaña fueron cambiando de aspecto a medida que las composiciones de cerca de un centenar de artistas aparecieron en las más de 100 persianas que habían sido cedidas por comercios del barrio para ser pintadas.
Durante toda la jornada, en el barrio se respiró un ambiente festivo, en el que las cámaras fotográficas de los curiosos disparaban decenas de fotos por minuto, el público se interesaba por el trabajo de los artistas y éstos se afanaban en conseguir un producto logrado.
Al final, Malasaña tuvo su prometida galería de arte al aire libre, arte urbano sobre lienzos de metal.
Comerciantes y vecinos
Comerciantes y vecinos
Entre los comerciantes, en general, satisfacción. Eran los artistas quienes elegían entre los cierres disponibles aquellos que querían pintar y lo que querían pintar. A algunos les gustó más la pintura que les cayó en suerte y a algunos menos. Por encima de esa lotería, su voluntad de participar en una propuesta comunal que les pedía pensar menos en su propia persiana y más en la contribución que ésta suponía al cambio de imagen del barrio. En cualquier caso, los trabajos más figurativos fueron los que más gustaron.
Los vecinos, representados por ACIBU, estuvieron apoyando la iniciativa desde primera hora del día. Desde luego que hubo también voces contrarias a la realización del evento pero, en verdad, fueron minoritarias.
Esforzados artistas
Esforzados artistas
El esfuerzo realizado por los artistas participantes en 'Persianas Libres Malasaña' merece un reconocimiento público en toda regla. A las horas de trabajo que emplearon en realizar las obras hay que añadirle el coste en material que les supuso. Aunque la mayoría de artistas venían del mundo del graffiti, también hubo pintores de caballete y estudio, estudiantes de Bellas Artes y diseñadores gráficos entre los participantes .
La jornada se desarrolló sin dinero de por medio, apelando a la generosidad de las partes implicadas. A la organización se nos reprochó no haber conseguido algún patrocinador que contribuyera a sufragar parte de los gastos de los artistas; quizá en una próxima ocasión logremos tener alguno.
(Vídeo D. Tesauro/A. Morán-lainformacion.com)
Errores y 'malos rollos'
Errores y 'malos rollos'
Tratar de mantener bajo control a todas horas un evento en el que tantas personas participaban a la vez no resultó ser tarea fácil. Hubo quien se equivocó y pintó alguna persiana para la que no tenía permiso, algunos trazos que se escaparon del estricto marco del cierre metálico al que debían ceñirse... Fallos que no debieron cometerse y por los que, si bien no podemos hacernos responsables, sí pedimos perdón.
El aspecto negativo de la jornada lo protagonizó un conocido graffitero ajeno totalmente a la iniciativa y claramente contrario a la misma. La víctima, el bar Free Way y las ocho persianas de este local, en la esquina de San Vicente Ferrer con Corredera Alta de San Pablo, que si bien nos habían sido cedidas no pudieron ser pintadas ante las amenazas de este individuo, quien plantó sin más unas letras con su firma en el local.
Los principales medios de comunicación del país se hicieron eco de esta iniciativa, al igual que las cadenas de radio y de televisión. Muchos de ellos se equivocaron al presentar la propuesta como un encuentro de graffiteros, pero lo realmente importante es que Malasaña fue noticia, por un día, por el arte que se desplegó en sus calles.
Las fotos de la jornada, en flickr
Mapa de los comercios que cedieron sus cierres a Persianas Libres. Puedes usarlo como guía si quieres visitar la Galería de Arte al Aire Libre del barrio...