Más de 200 metros de cola para entrar en la tienda textil más grande de España. Es el aluvión de visitantes que ha originado en su primer fin de semana la apertura del Primark de Gran Vía, una tienda colosal que está atrayendo también una colosal cantidad de clientes.
Decenas de trabajadores de la cadena de ropa irlandesa montan vallas a lo largo de la Gran Vía, Mesoneros Romanos, Desengaño y la Travesía del Horno de la Mata, hasta Concepción Arenal, para facilitar el acceso ordenado de los cientos de personas que quieren ver el establecimiento situado en Gran Vía 32 (aquí, galería de fotos del interior del Primark Gran Vía), cuya estructura recupera el espacio original de los antiguos Grandes Almacenes Madrid-París. Su aforo máximo permitido es de 2.300 personas.
Los empleados de Primark también se organizan para permitir el paso a sus comercios vecinos a lo largo de la enorme cola de acceso, que el periódico Somos Malasaña ha recorrido y muestra en el vídeo que se reproduce sobre estas líneas, grabado este sábado a las 13.15 horas. El tránsito por las calles aledañas resulta complicado, tanto para peatones como para vehículos, por el gentío acumulado en la zona.
El primer día de apertura las colas se organizaron alrededor del propio edificio de Primark, por la calle Desengaño, donde no hay más comercios, pero la existencia de varias salidas de emergencia en sus traseras obligó a buscar alternativas. La inauguración ha coincidido con varios apagones de luz en Gran Vía 32.