Los llamados 'chinobirras' que surten de cerveza las noches de Malasa??ña han ampliado el horario de su negocio. Ya no se conforman con deambular a la caza de sedientos clientes cuando se pone el sol en casi cada rincón del barrio sino que ahora, al menos en la plaza del Dos de Mayo, han comenzado también a trabajarse las tardes.
El precio es el de siempre, a euro la lata. Sin embargo, lo que cambia es el perfil de quienes recurren a sus servicios y la carta, bastante más amplia que la nocturna. En lugar de los jóvenes noctámbulos de la madrugada, el negocio vespertino lo hacen en esencia entre los padres y madres que llevan a sus hijos pequeños a disfrutar de las zonas infantiles del Dos de Mayo. Por otra parte, a la tradicional oferta de cerveza se le une la posibilidad de los refrescos de naranja, limón y cola -estos últimos, incluso, en su variedad 'light' y sin cafeína-.
Con el calor que hace en verano en el barrio y la consumición media en cualquiera de las abarrotadas terrazas a tres euros hay que reconocer que el servicio está bien pensado y que existe nicho de negocio.
El proceso es bien conocido: el vendedor se acerca a los parques pregonando su mercancía y tras recibir el pedido se encamina al carrito de la compra que tiene aparcado en la misma plaza. Momentos después regresa con las consumiciones: “Tres latas, tres euros”.
“Nosotros no solemos comprarles -comenta una pareja de padres de los que a diario pisan con sus pequeños el Dos de Mayo- pero es que es un robo que te pidan 3,50 euros por una cerveza en cualquier terraza. Además, que no siempre te puedes quedar sentado en un sitio si, como nosotros, tenemos que cuidar y atender a los niños casi constantemente. Es cómodo que te vengan a ofrecer la bebida donde tú estás”.