La cantera del Atlético de Madrid que nació en Cuatro Caminos y el pequeño atléti “rojo” de Tetuán
Mucha gente cree que Tetuán es zona madridista por aquello de la cercanía del estadio Santiago Bernabeu. Sin embargo, hubo un tiempo en que el Atlético de Madrid fue “el club de Cuatro Caminos” por jugar en el Stadium Metropolitano, al final de la calle de Reina Victoria. El estadio se inauguró el 13 de mayo de 1923 y era propiedad de la Sociedad Metropolitana (la constructora que urbanizó la zona, relacionada también con el nacimiento del metro en Madrid) pero el entonces Athletic Club de Madrid lo alquilaba para jugar allí. Después de la guerra, el Estadio fue adquirido por el Patronato de Nuestra Señora de Loreto de los Huérfanos del Ejército del Aire, que lo vendió al Atlético en 1950. El 27 de marzo de 1966 el equipo rojiblanco jugó su último partido de liga en el Metropolitano, pero cuatro décadas de ver jugar al equipo en Cuatro Caminos dejaron una enorme masa atlética en el barrio que aún hoy se deja sentir.
Mucho antes de que los aficionados del Atleti llegaran con ambiente festivo al nuevo Metropolitano, y aún antes de las riadas de futboleros del Paseo de los Melancólicos, las mareas humanas caminaban los días de partido desde la estación de metro de los Cuatro Caminos hasta la mítica Gradona , grada norte del estadio construida aprovechando el desnivel del terreno (para revivir literariamente aquel ambiente se puede leer la magnífica novela Se llamaba Manuel, de Víctor Fernández Correas).
Lo anterior es bien conocido por los aficionados al fútbol, pero menos gente sabe que los inicios de la cantera del equipo rojiblanco se desarrollaron en buena medida en el barrio de Cuatro Caminos y bajo este mismo nombre.
El primer equipo adherido al entonces Atlético de Aviación (integración del equipo militar Aviación Nacional dentro del Athletic Club de Madrid tras la guerra y hasta 1947), fue el Imperio Football Club. Otro equipo que pronto se convirtió en hermano pequeño del Atleti fue el Club Deportivo Cuatro Caminos, equipo de la barriada que jugaba con franjas azules y blancas, y cuyo escudo remite irremediablemente a la escuadra colchonera.
El Cuatro Caminos, como se conocía popularmente, siendo como era club del área de influencia natural del Atlético, pronto dio jugadores del primer equipo. Tenemos constancia del traspaso de José Luis al Atleti en 1947 y de Callejo en el 51. Este último llegó a ser un hombre importante en el club y a jugar con la selección española. También era frecuente que ambos equipos se enfrentaran en partidos de pretemporada, bien en el Metropolitano, bien en Vallehermoso.
Gonzalo Muñumel Diez cuenta en sus memorias, Un niño en la guerra y posguerra, su paso por el Club Deportivo Cuatro Caminos en las temporadas 1950-51 y 51-52:
“El Club Deportivo Cuatro Caminos, filial del Atlético de Madrid, militaba en la categoría nacional de 3º división. La segunda temporada del equipo en esa categoría no fue buena. Sin embargo, mi rendimiento como medio fue brillante, lo que motivó a la directiva a solicitar mis servicios para la siguiente campaña […] Sin dudarlo, me acerqué a estampar la firma en las oficinas que el Atlético de Madrid tenía instaladas en el campo del Metropolitano”.
La cantera rojiblanca había empezado a formarse a principios de los años cincuenta y en los sesenta el Atlético de Madrid contaba con un par de clubes adheridos, el Millonarios y nuestro Cuatro Caminos, además de tres equipos juveniles.
Por esos mismos años, el Atlético firmó también un convenio de filiación temporal con la Agrupación Deportiva Rayo Vallecano, entonces en Tercera División. El Club había ganado la liga la temporada 50-51 y estaba en pleno crecimiento, por lo que necesitaba tejer una red de equipos que pudieran proveerlo de jugadores. La asociación se rompió durante la temporada 54-55, por la buena marcha del club rayista, que era aspirante a subir a Segunda División. Es en esta época, por cierto, cuando el Rayo Vallecano incluye en su camiseta, antes blanca, la franja roja a lo River Plate. La asociación de ambos clubes excluía la idea de que un equipo hermanado vistiera como el Real Madrid.
El destino del más modesto Cuatro Caminos, sin embargo, seguiría ligado a su hermano mayor durante los años sesenta. El Cuatro Caminos, que jugaba en Primera Regional y también tenía categorías inferiores, estaba presidido en esta época por el conde de Cheles, ex directivo rojiblanco.
A finales de la década, el Reyfra Atlético O.J.E (equipo patrocinado por la popular casa de radios de dicho nombre) sería absorbido por el Atlético, convirtiéndose en la semilla del Atlético Madrileño, y culminándose así el camino de formación de la cantera rojiblanca.
El Cuatro Caminos se fusionó hacia 1970 con el Vallehermoso, pasando a llamarse Vallehermoso-Cuatro Caminos (Primera Regional) y siguió vinculado al equipo rojiblanco. La última temporada en la que hemos encontrado noticias del club es la 80-81.
El otro Athletic que jugó en Tetuán
No es extraño que el equipo filial saliera, como dijimos al principio, del barrio donde estaba su casa y su masa social. Hacia 1930 el Atleti tenía otro campo en Reina Victoria llamado La Deportiva Metropolita y, aun cuando ya habían marchado al Manzanares, Vicente Calderón trasladó la sección de balonmano al Pabellón Polideportivo del colegio Buen Consejo en la temporada 68-69. Si Peiró era conocido como El Galgo de Cuatro Caminos era porque equipo y barriada estuvieron muy identificados entre sí; ambos eran uno para muchos de sus vecinos, por lo que la marcha al Manzanares levantó muchas críticas entre los atléticos en su momento.
Buscando en la hemeroteca y en el archivo, hemos encontrado el curioso rastro en el barrio de otro equipo, como mínimo, muy influido por el Atlético de Madrid: el Athletic de Tetuán (a veces citado como Athletic Deportivo de Tetuán o como Athletic Club de Tetuán), domiciliado en el vecino barrio de Tetuán de las Victorias (entonces Chamberí). Su domicilio social estaba en el número 49 de la Avenida de la Libertad (el nombre durante la República del tramo de Bravo Murillo en Tetuán de las Victorias). El Athletic de Tetuán tenía un escudo que era calcado al del Atleti, pero en lugar de la osa y el madroño, eso sí, su cuarterón lucía un sol emergiendo entre las nubes, lo que podría ser alegórico e indicativo de un equipo de sensibilidad social, como luego explicaremos.
Al filo de los años 30 encontramos al Athletic jugando contra otros equipos de barrio no federados en una bolsa deportiva en la que los equipos se retaban entre sí. Allí estaban el Unión Sporting de Bellas Vistas, el Europa, el F.C. Deportivo Bellas Vistas o el Quintanillas.
Llama la atención que en 1929 el equipo se reuniera en la Casa del Pueblo socialista de Tetuán, en la calle Garibaldi (actual de las Azucenas). En dicha reunión, Carlos Ubierna dio una conferencia sobre El deporte y la cultura física, según aparece reflejado en el periódico El Socialista. El extrarradio norte de Madrid era entonces una de las zonas más obreras de la capital y allí florecieron
El equipo jugaba, como otros de la barriada, en las fiestas locales. Encontramos a sus juveniles enfrentándose a la Deportiva Chamartín en las fiestas en honor a la Virgen de las Victorias en 1932, por ejemplo. Pero también lo hallamos participando del fútbol obrero, que floreció durante la Segunda República: contra la sociedad deportiva socialista Natura o participando de la fiesta de la Federación Cultural Deportiva Obrera, celebrada en el campo del Parral en 1934. Este año, el equipo jugó la final de su torneo regional contra el Republicano.
Aunque nada tiene que ver con este, cabe recordar que en 1922 se había fundado en Marruecos el Athletic Club Tetuán –hoy Mogreb Atlético Tetuán– que durante el Protectorado Español en Marruecos llegó a militar en Primera División. Este club rojiblanco también tiene una relación estrecha con el Atlético de Madrid aunque, que sepamos, no con los Cuatro Caminos.
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