El pasado lunes una vecina del barrio denunciaba en twitter el estado de dejadez y abandono en el que se encuentra desde hace semanas el acceso a la Oficina de Empleo situada en la Plaza Pablo Ruiz Picasso, dentro del complejo AZCA.
La situación de la oficina del paro es en sí misma un ejemplo extremo de inaccesibilidad. A saber, se encuentra en un primer piso del edificio Serantes y su acceso solo es posible a través de una concatenación de rampas con tramos largos y con mucha pendiente, o a través de una gran escalera que da a la parte trasera del edificio.
La situación se ha complicado con las obras del edificio que se está levantando al lado, que ha cerrado el acceso más directo desde el norte (para quienes llegan desde las entradas de General Perón o de la confluencia de Reina Mercedes y Orense, que es la única manera de no bajar a los viales de AZCA en la zona a través de una de las muchas escaleras grandes del complejo). Por otro lado, la valla que cierra perimetralmente el edificio en obras hace que entrar por las escaleras de la parte de detrás de la oficina sea una excursión, solo factible para las personas –las menos– que entran en AZCA desde el lado de la Castellana.
En resumen, para llegar a la oficina de empleo deberás acceder en la mayoría de las ocasiones por cuatro tramos de rampa. Pero, además, uno de estos está parcialmente ocupado por una valla metálica perteneciente a la obra, lugar donde se acumula la suciedad.
Este periódico ha podido comprobar que la rampa se encuentra en un estado de abandono importante, con numerosos vasos que lucen el nombre de la discoteca más cercana serigrafiados, restos de orín y papeles amarillos por el paso del tiempo. La suciedad convive, además, con algunos listones metálicos y otros restos del edificio en obras.
El diseño original de AZCA tiene valedores y detractores, pero desde luego su concepción de espacios en distintos niveles suponen un importante problema de accesibilidad. En la actualidad, se encuentra en un proceso de renovación que incluye la renovación de distintos edificios, la puesta al día de sus túneles y el ambicioso proyecto RENAZCA, que traerá una profunda reforma del recinto empresarial. Además, para terminar de complicar la ecuación urbanística, en AZCA conviven algunas áreas cuyo mantenimiento es público con otros en que corre a cuenta de manos privadas.