La firma automovilística Audi y la energética RWE, ambas alemanas, han puesto en marcha un proyecto piloto de segunda vida para las baterías de los vehículos eléctricos de la primera. La segunda acaba de abrir una instalación de almacenamiento de energía en Herdecke que utiliza baterías de iones de litio usadas procedentes de los modelos e-tron de Audi, que son enteramente eléctricos.
RWE AG ya ha construido una nave de 160 metros cuadrados para alojar los 60 módulos de baterías, que pesan unos 700 kilos, en el emplazamiento de su central hidroeléctrica en Herdecke, un municipio de Renania del Norte-Westfalia. La instalación de los sistemas de baterías finalizó en octubre y los componentes individuales se pusieron en marcha a partir de noviembre. La compañía con sede en Essen espera comenzar a comercializar la energía almacenada en este pack de baterías de segunda vida en estos días de principios de 2022, inicialmente para apoyar la red eléctrica como parte del mantenimiento de la frecuencia.
Con la ayuda de 60 sistemas de baterías, las nuevas instalaciones de almacenamiento en la planta ubicada en el lago Hengstey serán capaces de almacenar temporalmente alrededor de 4,5 megavatios hora de energía eléctrica.
Las baterías desechadas que la marca de los cuatro aros ha proporcionado para el proyecto proceden de los Audi e-tron que se han utilizado para las pruebas de desarrollo, que todavía conservan una capacidad residual de más del 80%. Esta circunstancia permite que estos dispositivos sean perfectos para su uso en estaciones de almacenamiento de energía.
Dependiendo de cómo se utilicen, estas baterías aún tienen hasta 10 años de vida útil restante. Además, son bastante más baratas que las nuevas. En eso consiste justamente su llamada segunda vida: las emisiones de carbono generadas durante la producción de esos sistemas de almacenamiento se contrarrestan de forma sostenible con esta doble utilización, primero en el vehículo y, posteriormente, como equipo de almacenamiento de electricidad.
“La movilidad neutra en carbono es la meta de Audi y estamos trabajando duro para lograr este ambicioso objetivo. Nuestro plan de lanzar más de 20 modelos totalmente eléctricos para 2025 es un paso importante en esta dirección. Pero nuestras aspiraciones van mucho más allá, por lo que estamos avanzando en el desarrollo de la movilidad sostenible mediante colaboraciones con socios de la industria energética”, ha declarado al respecto Oliver Hoffmann, responsable de Desarrollo Técnico de la marca.
“Esta asociación con RWE pretende demostrar las posibilidades que existen para hacer un uso respetuoso de los recursos recurriendo a las baterías de alto voltaje de segunda vida y su integración inteligente en la red eléctrica del futuro. Además, ya estamos pensando en el tiempo posterior a esta fase de utilización, intensificando nuestros esfuerzos para garantizar que las baterías se reciclen de forma eficaz”, ha añadido.
Tecnología de módulos interconectados
Además de surtir a la red eléctrica de la energía obtenida de las baterías recicladas, RWE se propone hacer pruebas de forma flexible con otros métodos de comercialización. “La capacidad de estos sistemas de almacenamiento desempeña un papel esencial en la revolución energética. Es necesario desarrollar tecnologías flexibles para compensar las fluctuaciones a corto plazo de las energías renovables y estabilizar la red, y los sistemas de almacenamiento en baterías son ideales para este fin”, explica Roger Miesen, CEO de RWE Generation SE.
“Junto con Audi, en Herdecke estamos probando cómo se comportan las baterías de alto voltaje procedentes de coches eléctricos al final de su vida útil para utilizarlas como estaciones de almacenamiento al conectarlas entre sí -continúa el directivo-. La experiencia adquirida en este proyecto nos ayudará a identificar las aplicaciones en las que podemos operar de forma más rentable estos sistemas de baterías”.
Los resultados del proyecto piloto en Herdecke ayudarán a la compañía energética a construir y explotar en el futuro instalaciones de almacenamiento más grandes basadas en baterías de vehículos eléctricos que utilizan una tecnología innovadora en la que los módulos se conectan en serie, lo que aumenta la tensión de funcionamiento y reduce los costes.