Desde el poderío que otorga ser el primer fabricante mundial de automóviles, Toyota acostumbra a escuchar con cierta distancia las críticas que se le formulan de cuando en cuando, principalmente en lo que concierne a su retraso en el camino de la electrificación. Con idéntica suficiencia, el gigante japonés se limita a repetir un mismo mantra que básicamente consiste en afirmar que, en el camino de la descarbonización, seguirá utilizando todas las tecnologías a su disposición.
En un acto celebrado el pasado día 7 en el que participó el nuevo presidente y CEO de la compañía, Koji Sato, Toyota ha dado a conocer novedades en su política de gestión junto con algún otro detalle que ha despertado notable revuelo. Siempre desde el compromiso con su “enfoque de vías múltiples”, el vicepresidente ejecutivo, Hiroki Nakajima, ha anunciado por ejemplo que están trabajando en baterías para híbridos enchufables (PHEV) que les permitirán recorrer más de 200 kilómetros en modo eléctrico.
“Continuaremos adaptando la electrificación a las necesidades de los clientes y las regiones individuales aprovechando las fortalezas y características de cada tipo de vehículo”, ha señalado Nakajima antes de desgranar la estrategia de la marca en cada una de las tecnologías que tienen en cuenta. En el caso de los coches eléctricos puros, ha asegurado que ampliarán su gama actual lanzando 10 nuevos modelos para 2026, lo que se traducirá según sus cálculos en unas ventas de 1,5 millones de vehículos anuales.
Nakajima promete eléctricos completamente diferentes a los actuales, que duplicarán el rango de conducción mediante el uso de baterías cuya eficiencia será mucho mayor y que, al tiempo, contarán con diseños y rendimientos de conducción que se buscan más excitantes.
Volviendo a los híbridos enchufables, esas baterías más eficaces harán posible extender el alcance eléctrico por encima de los 200 km, afirma. De este modo, Toyota se propone reposicionar los PHEV como toda una alternativa a los coches 100% eléctricos. Nakajima los ve en el futuro, de hecho, como “el BEV práctico”, toda vez que proporcionarían una extensa autonomía para ciudad y desplazamientos de corto y medio radio sin renunciar a un motor de combustión que solventaría los viajes más largos. Y sin depender de los azares de la infraestructura de recarga.
La parte problemática de la cuestión es que, por mucha mejora de la eficiencia que se consiga, una autonomía tan dilatada hace pensar en baterías más grandes y, en consecuencia, en modelos más pesados, más caros y con más posibilidades de averiarse, que son algunos de los reproches que recibe habitualmente este tipo de vehículos. También podría ocurrir, en cambio, que un alcance eléctrico tan apetitoso convenciera a más de uno de la conveniencia de enchufar su coche a la corriente, algo que muchos no hacen y que supone -este sí- el gran mal que aqueja a los PHEV o, más bien, a sus usuarios.
Sobre los híbridos, la auténtica especialidad de Toyota desde que comercializó el primer Prius en 1997, Nakajima anuncia futuros productos de alta calidad y precios asequibles, “teniendo en cuenta las condiciones energéticas locales y la facilidad de uso para el cliente”, y se compromete además a ofrecer opciones “no solo para vehículos nuevos, sino también para los que ya están en el mercado”, que suman 20 veces el número de aquellos.
Por lo que se refiere a la pila de combustible de hidrógeno, Toyota pretende comenzar su producción en masa, primero, para vehículos comerciales y camiones medianos y, más adelante, para vehículos pesados.
Tarde, pero mejor que casi todos
A pesar de su larga experiencia en la fabricación de baterías y motores eléctricos para sus híbridos, Toyota se decidió más tarde que otros fabricantes a poner en el mercado modelos enchufables o plug-in. Eso sí, no puede negarse que, con semejante bagaje previo, acertó con ellos a la primera. El RAV4 Plug-in Hybrid, lanzado en nuestro país en el verano de 2021, es el mejor ejemplo de lo que decimos, así como seguramente el mejor híbrido recargable que haya pasado por nuestras manos, al menos en lo que afecta a la autonomía eléctrica real que puede obtenerse a sus mandos.
Aunque no pudimos llegar a los 75 kilómetros de alcance homologados en ciclo WLTP, sí nos acercamos mucho a esa cifra (unos 70), cosa que no puede afirmarse de muchos -la inmensa mayoría en realidad- de los modelos equipados con la misma tecnología. En el terreno de los registros oficiales, solo algunos modelos de Mercedes-Benz ganan en autonomía al RAV4, superando teóricamente los 100 km.
El último enchufable de Toyota del que hemos tenido noticia es el nuevo Prius, que en su quinta generación está a punto de llegar a varios mercados europeos entre los que no se cuenta España. El heredero del híbrido por excelencia prácticamente calca la autonomía eléctrica del RAV4 Plug-in Hybrid, con 69 km, y puede además incorporar un techo de paneles solares capaces de generar hasta ocho kilómetros de autonomía adicional en un día, y eventualmente cargar la batería si está aparcado bajo el sol muchas jornadas.