El Skoda Kodiaq es el primer SUV de verdad en la historia de Skoda. Apenas lleva un año en el mercado y ya no está solo, puesto que la marca checa acaba de lanzar un modelo más compacto, el Karoq. Si éste se posiciona como alternativa a los Nissan Qashqai y Seat Ateca, aquél se sitúa en una dimensión superior: la de los todocaminos de más de 4,60 metros y siete plazas, como los Nissan X-Trail, Peugeot 5008, Mitsubishi Outlander o Volkswagen Tiguan Allspace.
Como ocurrió en 1996 con la llegada del Skoda Octavia, primer coche de la marca fabricado bajo el paraguas de Volkswagen, la firma checa se vale de las sinergias de grupo para el desarrollo del Kodiaq. Eso sí, 20 años después, el mercado demanda otro tipo de carrocerías y Skoda ha actuado en consecuencia: lanzar un coche familiar, con un elevado confort de marcha y una tecnología de primer nivel, pero en formato SUV.
¿Es el Kodiaq un Octavia elevado? Simplificándolo mucho, se podría decir que sí. Ambos derivan de la misma plataforma, compartiendo mecánicas y transmisiones; miden exactamente lo mismo de largo (4,7 metros); y por dentro el salpicadero y el cuadro de instrumentos son calcados y la capacidad de carga de pasajeros y objetivos es muy superior a la de sus alternativas.
De serie, el Kodiaq habilita un espacio para cinco ocupantes y un maletero de 650 litros. Con la configuración de siete plazas, por la que habrá que pagar 850 euros más, se reduce a un volumen de entre 270 y 560 l. La fila central está compuesta por dos mitades asimétricas, con el respaldo reclinable y la banqueta corredera, pudiendo modular el espacio disponible en función de la ocupación de una y otra hilera.
Además de un vehículo grande y espacioso, el Skoda Kodiaq es un coche bien construido. Se aprecia en los materiales empleados y en los ajustes entre piezas, pero sobre todo una vez que se inicia la marcha: los ingenieros han hecho un trabajo de insonorización impecable y han puesto a punto las suspensiones primando el confort de marcha de los pasajeros.
Hay dos aliados más para acentuar el carácter rutero del Kodiaq. En primer lugar, un control dinámico del chasis (DCC, en inglés, Dynamic Chassis Control) que en su configuración más amable (modo Confort de los cinco posibles) todavía hace más suave y progresivo el tarado de la amortiguación. Y, en segundo término, el cambio automático de doble embrague (DSG), de seis marchas para el motor de gasolina de acceso y de siete para el resto. Destaca por lo silencioso y rápido que actúa, salvo por los tirones de la primera velocidad y la marcha atrás.
El Skoda Kodiaq cuenta con versiones de tracción delantera y 4x4. Estas últimas tienen una tracción total conectable automáticamente, esto es, que mediante un embrague multidisco se acoplan las ruedas traseras si la electrónica detecta pérdida de adherencia de las delanteras. Además, el selector de modos de conducción cuenta con un setting específico, Snow, pensado para rodar por superficies deslizantes como el hielo. Cuando se activa, además de reajustar distintos parámetros, activa el control de descenso de pendientes.
En ningún caso, el Kodiaq puede ser considerado un todoterreno, o un vehículo cualificado para un uso off road continuado. Más bien, se trata de un SUV cuyo desempeño es bueno en caminos sin grandes complicaciones y que pasará la mayor parte del tiempo rodando por asfalto.
Las motorizaciones del Skoda Kodiaq pueden ser gasolina (de 125, 150 o 180 caballos) o diésel (150 o 190 CV). Lógicamente en un vehículo de este tamaño y peso, y siempre pensando en el consumo de carburante, parece más razonable decantarse por el gasóleo. Sin embargo, el gasolina intermedio, de 1.4 litros de cilindrada y 150 CV, cuenta con un sistema de desconexión automática de cilindros, pudiendo ser una buena alternativa por el equilibrio entre prestaciones, consumo y suavidad.
Con un precio que parte de los 25.700 euros, la gama crece hasta el acabado más alto, denominado Style, con equipamientos de serie como los faros de LED adaptativos, el acceso y puesta en marcha sin llave, el climatizador, el equipo de audio con navegador y pantalla de 8 pulgadas, o la cámara trasera.
Opcionalmente, el listado de tecnologías puede ser infinito y subir de manera considerable la factura final del Kodiaq. Tecnologías como el asistente de aparcamiento con cámara de 360 grados, el control de crucero activo, el control del ángulo muerto, el cambio de luces automático, el portón trasero de apertura manos libres, los asientos eléctricos o el techo de cristal, ponen la sofisticación a un modelo.