A partir del 6 de julio de 2022, todos los vehículos de nueva fabricación deben incorporar de serie ocho nuevos sistemas de ayuda a la conducción, conocidos como ADAS, según el acuerdo alcanzado por el Parlamento Europeo. El alto organismo tiene previsto ir aumentando progresivamente el número de estos dispositivos al objeto de reducir al mínimo los accidentes de tráfico y sus consecuencias. Los aprobados en esta ocasión son:
1. Asistente de velocidad inteligente. Este sistema adapta la velocidad máxima del coche a las limitaciones vigentes en cada tramo de la carretera de manera autónoma, impidiendo que el conductor acelere más allá de lo establecido. Sin embargo, si es necesario, este puede desactivar el asistente mediante un botón o pisando el pedal del acelerador con más fuerza.
2. Cámara trasera con detección de tráfico cruzado. Presente en buena parte de los modelos actuales, la cámara de visión posterior permite realizar maniobras de marcha atrás con mayor seguridad, ya que detecta los elementos que quedan en un ángulo muerto en los espejos retrovisores y hace más fácil que el conductor reaccione rápidamente ante la irrupción de un objeto en movimiento. Por su parte, el asistente de tráfico cruzado trasero alerta al usuario, ante la falta de visibilidad, de que se aproxima un vehículo por los laterales.
3. Alerta de cambio involuntario de carril. Este dispositivo avisa al conductor de que está perdiendo la trayectoria del coche y se está saliendo del carril, ya sea en autopista, autovía o carretera. En caso de necesidad, emite una serie de alertas luminosas, acústicas o incluso hápticas, es decir, con vibraciones sobre el volante o el asiento. La evolución de esta tecnología es el sistema LKA (Lane Keeping Aid) o LKAS (Lane Keeping Assist System), un sistema activo de mantenimiento de carril que es capaz de mover el volante ante la posibilidad de que el vehículo se salga de la trayectoria.
4. Detector de fatiga y somnolencia. En este caso se lanza una señal luminosa en el cuadro de la instrumentación que avisa al conductor de que ha superado sin detenerse el tiempo máximo de conducción recomendado. A este le sigue otro mensaje anunciando que debe realizar una parada para descansar. La evolución de este sistema permite monitorizar al conductor con el fin de analizar sus reacciones: si detecta variaciones en la conducción respecto a un patrón de normalidad, le alertará para que realice una parada.
5. Sistema de frenada de emergencia. Este dispositivo activa automáticamente el freno cuando detecta una situación de peligro, para reducir el riesgo de colisión por alcance o en curva y mitigar así sus consecuencias. En primer lugar, cuando el conductor realiza una frenada fuerte, el sistema detecta si se está pisando el pedal de freno con la intensidad adecuada en referencia al umbral establecido. Si no es así, él se encarga de frenar a la intensidad máxima posible hasta que se levanta el pie del pedal.
6. Preinstalación de alcoholímetro. La Unión Europea solo obligará en 2022 a tener la preinstalación de este sistema en todos los coches nuevos para facilitar la implementación de un alcoholímetro con bloqueo. La instalación efectiva dependerá de la legislación de cada país. No obstante, esta tecnología es capaz de informar al conductor sobre su grado de alcoholemia y sobre si está en condiciones plenas para ponerse al volante. Asimismo, impide que el usuario arranque el vehículo si supera la tasa máxima de alcohol establecida.
7. Caja negra. Al estilo de las que ya montan los aviones desde hace décadas, las cajas negras tienen como objetivo recopilar información, tanto del vehículo como de sus ocupantes, registrando y almacenando los datos para poder conocer lo que ha ocurrido antes, durante y después de un siniestro. En caso de accidente, el dispositivo grabará todos los datos durante los 30 segundos previos al siniestro y los cinco posteriores. Cabe subrayar que la información recopilada es anónima y no trata de buscar culpables, sino únicamente de analizar las causas e incentivar a mejorar la conducción.
8. Alerta de cinturón en las plazas traseras. Este sistema determina si una plaza está ocupada mediante un sensor de carga, y mediante otro sensor situado en la hebilla del cinturón comprueba que este se encuentra bien abrochado. De esta manera, el conductor controlará que todos los pasajeros, y no solo los de los asientos delanteros, se hayan puesto el cinturón de seguridad correctamente.