Anna Fux, feminista decolonial y queer: “Las mujeres racializadas sostienen el funcionamiento de este país”
Anna Fux es una de las ponentes más jóvenes que se ha trasladado de Madrid a la Región de Murcia para participar en las jornadas que ha programado la Concejalía de Igualdad de Cartagena para el 8M. Fux es una artista visual y escritora de origen germano-filipino que ha colaborado en medios como Pikara Magazine, Afrofeminas, Hamaonline y ha impartido charlas sobre cultura asiática, asuntos LQTBIQ +, antirracismo y feminismo interseccional.
¿Qué temas aborda en las jornadas?
En la jornada del viernes hablaré sobre las violencias y discriminaciones hacia la mujer asiática, desde mi punto de vista personal, como mujer queer de ascendencia filipina. Consciente de todas las limitaciones que presenta hablar por una comunidad como persona individual.
¿Qué visión tiene acerca de la situación de las mujeres racializadas en nuestro país?
Como demografía, las mujeres racializadas representan uno de los colectivos que de forma más invisibilizada sostienen el funcionamiento de este país. Eso no es reconocido ni social, ni económicamente.
Como mujer de origen germano-filipino, ¿cuáles han sido los prejuicios con los que más frecuentemente se ha encontrado?
Me parece muy interesante esta pregunta porque los prejuicios hacia las personas alemanas parecen una realidad imposible de conectar con los prejuicios hacia las personas filipinas. Luego está el factor género: ¿Cómo es eso? ¿Caliente en la cama y muy puntual?
Nunca he sido leída, esto es, percibida, por cuestiones fenotípicas, como mujer alemana. Entonces los prejuicios que puedan tener sobre mi “alemanidad” solo se dan en el momento que informo de mi alemanidad. No ocurre lo mismo con los prejuicios sobre la mujer asiática. Digo asiática porque al ser mestiza soy leída como asiática, no siempre como filipina.
Hemos visto que ha impartido charlas sobre cultura asiática y asuntos LGTBQI+. ¿Cómo lo ha recibido el público?
Cuando el público es perteneciente a una o ambas comunidades, la recepción es muy emocional: las charlas son una posibilidad de dejar de ser minoría por un momento.
¿Considera que la comunidad LGTBIQ + tiene en cuenta la interculturalidad? ¿Cree que está siendo suficientemente visualizada?
La comunidad LGTBIQ+ mayoritaria en España es blanca y no sabría decir si tiene en cuenta la interculturalidad. Lo que sí puedo afirmar es que el racismo, como estructura que está presente en todos los sectores de la sociedad, puede y debe ser no solo visualizado, sino combatido.
¿Cómo ve el hecho de que a nivel social se relacione a los integrantes de la comunidad asiática con la venta en bazares? ¿Qué herramientas plantea para romper estos prejuicios?
Cuando hablamos de Asia, hablamos de 48 países, pero cuando hablamos de bazares, la asociación que se realiza, es con un único país y sus nacionales. Eso difumina no solo a personas asiáticas no-chinas que trabajan en bazares, sino también a personas chinas que no trabajan en bazares. Lo problemático no es constatar que, efectivamente, hay muchas personas chinas que se dedican a la venta en bazares, sino cuáles son los prejuicios acerca de ello. Y en cuanto a herramientas para romper con estos prejuicios, la educación antirracista es importante, pero solo un primer paso.
También hemos visto que ha publicado un fotolibro ¿Qué aspectos trata en él? ¿En qué se ha inspirado?
¡Sí! Publiqué mi primer fotolibro autoeditado, 'Same Same But Different' a principios de este año, gracias a mi residencia en el Centro de Residencias Artísticas de Matadero, Madrid.
El título hace referencia a las experiencias perennes pero no idénticas, que aun con cuarenta años de diferencia, comparto con mi tío filipino gay. Es un archivo fotográfico compartido, en el que podemos ver fotos de cuando mi tío migró a España en los años ochenta, junto con mis fotografías actuales de un Madrid LGBTQ+ y racializado.
Mis inspiraciones para el fotolibro han sido Marcel Pardo Ariza, artista visual de origen colombiano, también queer, el fotógrafo afroespañol Rubén H. Bermúdez y también, por su carácter epistolar, el libro En la Tierra somos fugazmente grandiosos del escritor y poeta queer estadounidense-vietnamita Ocean Vuong.
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