La Comunidad, a través de la Consejería de Turismo y Cultura, ha financiado la restauración del Santísimo Cristo de la Buena Muerte de Lorca, una talla realizada por José Planes en 1945 y que cada Viernes Santo desfila a hombros de 88 portapasos de la Hermandad de Labradores de Lorca (Paso Azul).
La imagen ya recuperada ha presidido hoy la eucaristía celebrada en la iglesia de San Francisco, y a la que ha asistido la consejera de Turismo y Cultura, Miriam Guardiola. La responsable regional explicó que “la restauración de esta emblemática imagen se incluye en las actuaciones llevadas a cabo dentro del Plan Director para la Recuperación del Patrimonio Cultural de Lorca tras los seísmos ocurridos en 2011; un plan que se ha convertido en un ejemplo de buenas prácticas, de eficacia y de coordinación entre las diferentes administraciones”.
Los terremotos provocaron en esta talla diversos daños materiales, a consecuencia de golpes y colisiones de cascotes, que ya han sido solventados. La doctora Lucía Rueda, de la empresa Lorquimur, ha sido la encargada de realizar durante varios meses, y en la misma iglesia de San Francisco, estos trabajos financiados a través de la subvención de 12.489 euros concedida desde Cultura. La intervención ha estado en todo momento supervisada desde el Centro de Restauración de la Región de Murcia.
En este sentido, Guardiola recordó que “el Centro de Restauración regional es, desde hace años, un referente gracias a la calidad de sus instalaciones y a la profesionalidad de sus técnicos”. En esta ocasión, añadió, “se ha trabajado junto a Lorquimur para perfilar todos los detalles de una intervención que ha permitido que la talla del conocido como Cristo Yacente haya recuperado todo su esplendor y pueda ser admirada por los lorquinos y los miles de turistas que cada año visitan Lorca atraídos por una Semana Santa de gran belleza y originalidad declarada de Interés Turístico Internacional”.
Intervención
El Santísimo Cristo de la Buena Muerte (José Planes Peñalver, 1945) destaca por su calidad técnica y ha sido premiada en diversos certámenes de escultura religiosa. Perteneciente a la Hermandad de Labradores del Paso Azul de Lorca, la talla está vinculada con la más genuina tradición cristológica en cuanto a la representación iconográfica de uno de los pasajes más intensos de la Pasión.
La restauración realizada ha sido compleja, ya que se trataba de una obra muy intervenida, lo que dificultaba cualquier tratamiento posterior. En todo momento se ha tratado de no alterar en exceso el aspecto de la imagen, conservando incluso algunos de los retoques cromáticos realizados en restauraciones anteriores.
El tratamiento aplicado ha consistido en una limpieza físico-química que ha permitido retirar el estrato de suciedad superficial, un barniz ligeramente oxidado y repintes muy puntuales. Se han sellado todas las fisuras y grietas encontradas, y se han reparado las pequeñas pérdidas existentes en la superficie polícroma. Tras la reintegración cromática diferenciada de cada una de las lagunas se dio un barnizado final de protección de toda la obra, a fin de mejorar su conservación.