Magdalena Sánchez Blesa, poeta: “He sido la misma mujer, incluso cuando no me reconocía físicamente”

“Jamás una huida por muchos que sean”: es un verso de la poeta Magdalena Sánchez Blesa que una lectora de Castellón se ha tatuado en el brazo. Los vídeos de Sánchez Blesa leyendo sus poemas se han hecho virales en redes sociales. En ellos recuerda a su madre, da `Instrucciones a sus hijos´, rememora a sus profesores de la escuela. También comparte con sus seguidores de Facebook las experiencias que el cáncer de mama le ha hecho atravesar. De las redes ha dado el salto al mundo real y cada vez se prodiga en más ciudades para presentar sus libros.

Actriz y productora del filme basado en el restaurante familiar que tiene con su marido, `Las aventuras de Moriana´, la poeta alhameña es una mujer luchadora y expresiva, casi una heroína que insufla aliento a los demás. Sánchez Blesa responde a este cuestionario por correo electrónico.

¿Desde cuándo escribes poesía?

Desde los ocho años, momento en que perdí repentinamente a mi padre, y sólo encontré en la tinta de un bolígrafo la manera de drenar tanta pena y ausencia.

Eres actriz, poeta y cocinera en Nuevo Paraje Moriana: ¿qué te parece más difícil?

Ninguna de las tres cosas es fácil, pero creo que escribir poesía es la más complicada. Por años que viviera no terminaría de aprender el oficio.

Los vídeos con los poemas de tu libro `Instrucciones a mis hijos´ están teniendo mucha repercusión en redes sociales, hasta el punto de que estás viajando a muchas ciudades a presentarlo. ¿Por qué crees que está sucediendo?

Mi poesía tiene una característica muy importante: la entiende todo el mundo. La escribo para gente con mucha cultura y para gente que ha tenido menos oportunidades. Siempre cuento la historia de los demás, por eso muchos se ven identificados.

¿Qué se nos olvida o nos incomoda contar a nuestros hijos?

Que la vida es difícil. Queremos que no pasen por donde hemos pasado nosotros e intentamos apartarlos de la vida real, y el día que se suelten de nuestra mano porque les toca andar solos, el suelo se tambalea bajo sus pies.

En tu caso, ¿cómo les has contado el cáncer de mama que has padecido?

Los senté, y con mucha tranquilidad les dije que nos tocaba pasar una temporada difícil, en la que íbamos a aprender muchas cosas que nos harían más fuertes. Les dije que no se asustaran pase lo que pase y han sido un ejemplo de fortaleza.

La enfermedad reformula de forma radical muchas veces la visión de la vida y la relación con los demás: ¿en qué ha cambiado la tuya?

Tengo mucha menos prisa ahora. Quiero detenerme en cada momento y en cada detalle como si fuera un acontecimiento maravilloso y mágico.

¿Hay que `luchar´ contra el cáncer como una batalla o deberíamos afrontarlo de otro modo?

Desde que te dan la noticia tienes dos opciones: ocultarlo y deprimirte, o reaccionar. La lucha siempre desgasta, pero, ¿qué es la vida sino una briega constante? Hay que resistir con entereza los embates. Siempre luchar.

¿Te ha cuestionado tu feminidad el haber tenido un cáncer de pecho?

Mi femineidad está muy por encima de un cáncer de mama. He sido la misma mujer, incluso cuando no me reconocía físicamente.

En nuestra sociedad occidental vivimos muy de espaldas a la enfermedad y la muerte. ¿Habría que ponerlas más en primer plano y convivir con ellas de otro modo?

Hay que vivir aceptando que esas son las reglas del juego. A todos nos da pena dejar este mundo tan hermoso, pero hay que dejar paso a los que vienen, y haber disfrutado mucho de nuestro ciclo.

¿Qué le dirías a otras mujeres que han atravesado la misma enfermedad y que psicológicamente no han sabido aceptarla?

Que no aceptar esta enfermedad es perderte parte de la vida. Hasta el último suspiro, que la vida no pierda su nombre.