Un esqueleto arquitectónico junto al faro del Estacio: los vecinos de La Manga denuncian nuevas construcciones
En La Manga no se deja de construir. La Asociación de Vecinos de La Manga Norte ha reprochado al alcalde de San Javier, José Miguel Luengo (PP), que “siga concediendo licencias de construcción sin mejorar los servicios públicos”. Los vecinos de La Manga ven cómo cada día “aumenta la presión urbanística sin la mejora de las infraestructuras”.
Paulino Regadera, presidente de la Asociación de Vecinos de La Manga Norte, se cuestiona si se concedería en Cabo de Palos una licencia similar a la que ha obtenido el esqueleto de una nueva vivienda que se erige junto al Faro del Estacio del cordón litoral: “Nos indigna profundamente la construcción de otro edificio residencial más y, encima, pegado un lugar tan emblemático como el Faro de El Estacio. Los faros suelen estar aislados. El Ayuntamiento debería haber protegido la zona como un paraje natural icónico”.
La situación ha llegado “a tal extremo” que, desde la asociación, anuncian futuras movilizaciones por la “dejadez” del Ayuntamiento con los servicios e infraestructuras básicos.
Uno de los problemas que ha vuelto a ponerse de manifiesto en la temporada estival es la movilidad. “El mal estado de las aceras y de los carriles bici, y la falta de paseos se une a unas líneas de autobuses urbanos mal planificadas, que afectan negativamente al desplazamiento de residentes y visitantes”.
“Malos olores”
Otra preocupación que afecta a la comunidad es “la presencia continua de hedores provenientes del alcantarillado”. Los residentes informan de que estos olores se originan de tuberías de desagüe mal mantenidas que están distribuidas por toda la zona y también por tubos, a modo de farolas, que ventean las aguas fecales de la red de alcantarillado en medio de zonas habitadas.
Según el presidente de la asociación: “Este verano hemos vuelto a encontrar numerosos puntos en La Manga donde las tuberías de alcantarillado han reventado por el incremento del uso de la cadena. Estos puntos emiten olores tan intensos que hacen imposible disfrutar de un simple paseo”.
El turismo, una fuente decisiva de ingresos para la zona, también se ve afectado por la impresión negativa que estos olores dejan en los visitantes, creen en la asociación. “Este verano hemos podido ver a turistas que vienen a disfrutar de nuestras playas asqueados por un hedor desagradable. Esto daña de gravedad a la reputación de La Manga y del conjunto del Mar Menor como destino turístico”, explica Paulino Regadera.
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