Si el AVE es importante, igual lo es el servicio de Cercanías para los potenciales cuatro millones de viajeros, la mayoría trabajadores y estudiantes. Este servicio está completamente desasistido y se va dejando `morir´ lentamente, con locomotoras diésel de más de 30 años y con una red que no tiene ni un solo kilómetro electrificado.
Las infraestructuras en la Región de Murcia son, a día de hoy, enormemente deficitarias en comparación con las que disponen las Comunidades Autónomas de nuestro entorno, lo que lastra nuestro crecimiento y ahonda las desigualdades.
Muchas de estas infraestructuras se vienen anunciando reiteradamente desde hace ya varias décadas y no terminan de hacerse realidad. La Región adolece en esta materia, como en otras, de una planificación de conjunto que, por una parte, nos conecte con el exterior mediante los diversos modos de transporte y, por otra, la vertebre interiormente para conseguir una ordenación del territorio que minimice las desigualdades entre sus habitantes.
En relación a la vertebración del territorio, un adecuado servicio de trenes Cercanías es imprescindible. La Región cuenta en la actualidad con un lamentable servicio, completamente desasistido y que se va dejando `morir´ lentamente.
La red ferroviaria regional no tiene ni un solo kilómetro electrificado y los trenes diésel que circulan por ella se dejaron de fabricar hace más de 30 años. Ha descendido el número de viajeros desde los 4 millones a los 2,5 debido al pésimo servicio y con escasa fiabilidad.
Además, la llegada del AVE a Murcia provocará la práctica desaparición de la línea con Alicante, pues en una segunda fase tras la puesta en servicio, la línea electrificada de ancho UIC finalizará en Albatera, debiendo realizar los correspondientes transbordos a trenes sobre ancho ibérico para llegar a Alicante. Conviene recordar que el AVE prevé 700.000 viajeros el primer año, frente a los potenciales 4 millones de viajeros del servicio de Cercanías, es decir, casi seis veces más de usuarios de este servicio, siendo además la mayoría trabajadores y estudiantes.
Por tanto, es urgente e imprescindible en primer lugar electrificar las líneas convencionales que vertebran la Región, lo que conllevaría la retirada automática de los viejos trenes diésel para sustituirlos por trenes eléctricos, con el consiguiente incremento en la fiabilidad, velocidad y comodidad, además de la eliminación del impacto ambiental relativo a la contaminación y el consumo de diésel. Por cierto, una línea AVE cuesta el doble que adaptar una línea convencional a los 200 km/h, que además permite combinar su uso con el transporte de mercancías.
Además de la electrificación de las vías convencionales se consideran muy importantes otras actuaciones, que sin ánimo de ser exhaustivo consistirían en: instaurar un servicio de Cercanías entre Murcia y Cartagena, municipios que cuentan con tres universidades y con una población de más de 650.000 habitantes; volver a ubicar la Jefatura de Renfe y Adif en la Región de Murcia, para que se tomen decisiones desde aquí, desde la Región, pues desapareció hace más de 20 años para trasladarla a Valencia; mantener los Cercanías con Alicante sin necesidad de realizar transbordos en Albatera una vez que entre en servicio el AVE; y mantener el servicio para viajeros -pues se quiere dejar sólo para mercancías- en la línea Murcia-Albacete por Cieza y Hellín, al tratarse de una línea de elevada rentabilidad social, abriendo al tráfico definitivamente la variante de Camarillas.
