Parece que el pasado lunes lo que más importaba en la estación madrileña de Chamartín-Clara Campoamor no era que, por fin, un AVE saliera con destino a Murcia, sino que el presidente del Gobierno subiera al tren antes que el rey. La verdad es que el proceder de Pedro Sánchez por el andén, acompañando al monarca, resultó un tanto sui generis. Es público y notorio que el emérito, según cuentan, hizo en su día mejores migas con Felipe González que con José María Aznar y que entre el sevillano y Juan Carlos existió mucha más química que con el madrileño. Por ello se suele acuñar la idea, quizá no suficientemente fundamentada, de que a la monarquía siempre le fue mejor con los socialistas que con los populares. Pero ni Sánchez es González, ni Felipe es su padre.
Volviendo al capítulo del andén, hay variadas y controvertidas explicaciones. Que Sánchez debió subir al vagón después de Felipe VI raya el sentido común, dejando a un lado, incluso, lo que pueda establecer o no el protocolo de la Casa Real. Pero habrá que reconocer que a algunos les vino muy bien este episodio para eclipsar lo importante; por ejemplo, que el AVE llegue a Murcia soterrado y no en superficie, como dejó patente en su discurso el propio Sánchez ante tan nutrido auditorio. Pocas veces en el PP han ido tan a regañadientes a una convocatoria, como algunas caras evidenciaban esa tarde en la terminal de la estación Murcia-El Carmen. Allí estuvieron también los representantes de la Plataforma Pro-Soterramiento, a pesar de que, días atrás, los votos del PP y Vox en el Ayuntamiento de la capital impidieran, de nuevo, asumir la propuesta para que esta reciba la medalla de oro de la ciudad.
Conviene no olvidar a Pedro Saura, exsecretario de Estado de Infraestructuras, quien en el andén de Chamartín recibió el efusivo saludo que le brindó Pedro Sánchez antes de subir al primer AVE para cubrir el trayecto Madrid-Murcia, y que ahora está al frente de Paradores Nacionales; él fue el artífice de que se reactivara este asunto cuando en 2018 llegó a su despacho del ministerio de Fomento que dirigiera José Luis Ábalos, tras prosperar la moción de censura a Mariano Rajoy.
Hay otro capítulo de esta historia, que es el que pasa por la difusión que los medios audiovisuales dieron al acto celebrado en la estación ferroviaria de Murcia-El Carmen, tras la llegada del AVE, con el rey, el presidente del Gobierno, la ministra de Transportes y los presidentes de la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana a bordo. Solo TVE, a través del Canal 24 horas, y Onda Regional, en un magnífico despliegue humano y técnico, lo transmitieron en directo. Causó sorpresa que la televisión autonómica murciana no lo hiciera, de lo que dejaron constancia numerosos usuarios en las redes sociales. Así, los discursos de la ministra, los presidentes de las dos comunidades mencionadas y del jefe del Ejecutivo estatal, llegaron a los ciudadanos de la Región de Murcia a través de los dos medios públicos antes citados y no a través de 7RM, cuyos responsables consideraron que la noticia ya tendría amplia cobertura en sus espacios informativos. Como periodista, entiendo que el acto se debió emitir en directo, y no solo por la web como se hizo. Así lo he trasladado personalmente a algún directivo de esa cadena al hablar sobre el asunto durante estos días, sin menoscabar el fundamento de la empresa y la profesionalidad de cuantos desempeñan su labor diaria en esa televisión de cobertura regional.
Y para finalizar, capítulo de ausencias: la del expresidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel, a quien se debe en gran parte, aunque algunos pretendan ahora soterrarlo, el trazado que hoy padecemos por Alicante y Cuenca, consecuencia de aquella cumbre de San Esteban de enero de 2001 que relaté en mi artículo anterior. Quizá no estaba el horno para bollos, pendiendo aún como pende sobre su cabeza la espada de Damocles en forma de procedimiento abreviado del caso Desaladora II. Y Diego Conesa, exdelegado del Gobierno y exsecretario general del PSRM-PSOE, quien apoyó el proyecto del soterramiento y contribuyó a apaciguar los ánimos en las vías, tras la criminalización que padecieron sus vecinos por anteriores responsables gubernativos. Para contraste, Conesa colgó este miércoles en sus redes sociales que ese día había viajado en AVE a Madrid “por trabajo”, acogiéndose al bono promocional de 19 euros. Ana Jiménez, la abuela de las vías, icono de aquellos días de perseverante lucha vecinal, aseguró el lunes que no entendía la ausencia de este hombre en el acto de inauguración por ser “uno de los principales apoyos que tuvimos”. Y es que hay muchas cosas en el universo infinito que escapan a la razón humana, como escribiera en una de sus obras, El príncipe de la niebla, aquel magnífico novelista que fue Carlos Ruiz Zafón.
Parece que el pasado lunes lo que más importaba en la estación madrileña de Chamartín-Clara Campoamor no era que, por fin, un AVE saliera con destino a Murcia, sino que el presidente del Gobierno subiera al tren antes que el rey. La verdad es que el proceder de Pedro Sánchez por el andén, acompañando al monarca, resultó un tanto sui generis. Es público y notorio que el emérito, según cuentan, hizo en su día mejores migas con Felipe González que con José María Aznar y que entre el sevillano y Juan Carlos existió mucha más química que con el madrileño. Por ello se suele acuñar la idea, quizá no suficientemente fundamentada, de que a la monarquía siempre le fue mejor con los socialistas que con los populares. Pero ni Sánchez es González, ni Felipe es su padre.
Volviendo al capítulo del andén, hay variadas y controvertidas explicaciones. Que Sánchez debió subir al vagón después de Felipe VI raya el sentido común, dejando a un lado, incluso, lo que pueda establecer o no el protocolo de la Casa Real. Pero habrá que reconocer que a algunos les vino muy bien este episodio para eclipsar lo importante; por ejemplo, que el AVE llegue a Murcia soterrado y no en superficie, como dejó patente en su discurso el propio Sánchez ante tan nutrido auditorio. Pocas veces en el PP han ido tan a regañadientes a una convocatoria, como algunas caras evidenciaban esa tarde en la terminal de la estación Murcia-El Carmen. Allí estuvieron también los representantes de la Plataforma Pro-Soterramiento, a pesar de que, días atrás, los votos del PP y Vox en el Ayuntamiento de la capital impidieran, de nuevo, asumir la propuesta para que esta reciba la medalla de oro de la ciudad.