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¿Quién engañó a Teo 'Rabbit'?

En principio, parecía que “lo” del jueves en la Asamblea iba a confirmar la coherencia de Vox, la gran mentira de Cs y el engaño del PP, dispuesto a todo con tal de seguir subido al machito. Pero los acontecimientos posteriores demostraron que todos los tres componentes del frustrado trifachito murciano se sienten engañados por alguno o por más de uno de los que iban a ser sus socios de gobierno.

El resultado inmediato es que, tras “lo” –-y uso el artículo neutro por no repetir sainete, vodevil, esperpento, ridículo, navajeo, trilerismo, etc por tres veces–– del jueves, cualquier opción que agrupe a cualquiera de los tres sujetos políticos en aparente concordia no tendrá ninguna credibilidad.

Se lo venían ganando ellos solitos en las semanas precedentes y lo reconfirmaron el jueves por la noche y con el cúmulo de declaraciones del viernes con acusaciones cruzadas de engaños, líos, traiciones a lo acordado, desmentidos, contradesmentidos... Ridículo, en suma.

El más ofendido parece ser Teodorico el del güesesico, que se creía consagrado como un hábil negociador correveidile, duendecillo que todo lo arregla, y vio frustrada su ansia por colocarse una nueva medalla en la pechera, ínfula por la que se había desplazado expresamente a su tierra y demostrar lo mucho que se aprende en Madrid a la vera del padre.

Pero aquí y ahora las medallas las pone única y exclusivamente el paramilitar Gestoso, el poder no tan en la sombra de la “derecha dura” ––Alberto Castillo dixit –– y que con cuatro diputados arbitra, quita, pone ­­––pregunten en la presidencia asamblearia–– y, al final, decide. Y así, tenemos que el partido “filofascista” ––Alberto Castillo dixit––confirmó su coherencia por la vía estentórea de Gestoso, que es su auténtico líder regional: “Nos engañaron en Andalucía; una y no más, santotomás”.

Mientras tanto, los de Franco, quiero decir C’s, se debaten entre ellos por ver quién manda en qué y quién se da de besos y abrazos con quién. Situación interna que ya empezó a vislumbrarse cuando aquellas primarias chungas que organizaron para que doña Isabel de Alcantarilla, que no de Castilla, fuera la candidata a presidenta, y ahora ha explosionado públicamente con los líos que han montado en la Asamblea.

Tejemanejes han sido esos en intensa colaboración con el Partido podrido que tiene al “buen chaval” ––Rajoy dixit –– por mascarón de proa, aunque no se sabe si además de un pinganillo con Miami y otro con Madrid vía Cieza tiene quizá algún otro que sería el tercero.

Conocida la penosa situación interna en que se encuentra el Partido putrefactor ––que amenaza con llevarse por delante al heredero de Pedro Auditorio si no sigue en su sillón–, lo realmente intrigante es cómo han conseguido convencer a los “regeneracionistas” de Franco de que, sí mujer, que sí, que esto que hemos ensuciado hasta la médula durante 24 años lo limpiamos en un pis pas con vuestra ayuda y la de todos los que tenemos colocados en las administraciones, que ya veréis como colaboran. Increíble, pero cierto. Lo de convencer a Cs, digo.

Así que por mucho que los hacedores de actualidad vayan a continuar dándole vueltas a quién engañó a Teo Rabbit, el asunto no tiene solución a los ojos de cualquier ciudadano medianamente avisado: credibilidad, nula.

Al final, por más que Conesa no consiga superar su limitada apariencia de santo varón, no queda otra que remitirse a la limpieza democrática y a los usos y costumbres parlamentarios y admitir que, tras “lo” del jueves, y en vista de la credibilidad arduamente conseguida por los frustrados trifachitas, la única salida es encomendar la formación de Gobierno al cabeza de la lista más votada. Podemos no hará un renuncio. A ver qué hacen los de Franco. Sin más estupideces ni cambalaches. Vale.

En principio, parecía que “lo” del jueves en la Asamblea iba a confirmar la coherencia de Vox, la gran mentira de Cs y el engaño del PP, dispuesto a todo con tal de seguir subido al machito. Pero los acontecimientos posteriores demostraron que todos los tres componentes del frustrado trifachito murciano se sienten engañados por alguno o por más de uno de los que iban a ser sus socios de gobierno.

El resultado inmediato es que, tras “lo” –-y uso el artículo neutro por no repetir sainete, vodevil, esperpento, ridículo, navajeo, trilerismo, etc por tres veces–– del jueves, cualquier opción que agrupe a cualquiera de los tres sujetos políticos en aparente concordia no tendrá ninguna credibilidad.