Región de Murcia Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

No es fiesta, es muerte

En 2015 se registraron más de 16.000 festejos con animales en España, muchos de ellos llevados a cabo con una notoria crueldad según denunció Dignidad Animal. Si bien esta cifra se va reduciendo gracias a la a la movilización social, todavía se celebran muchos espectáculos caracterizados por su gran brutalidad y sufrimiento.

Junto con la presión ciudadana, la llegada de candidaturas del cambio a gobiernos locales ha contribuido al nuevo desarrollo normativo, avanzando en la protección de los Derechos de los Animales. Sin embargo, contamos todavía con legislación estatal y autonómica que ampara la celebración de eventos taurinos, reconociéndolos como fiestas culturales que, dicho sea de paso, sobreviven en parte gracias a subvenciones que reciben de las administraciones.

En este sentido, el Parlamento Europeo ya rechazó subvencionar la tauromaquia con fondos públicos. Este es un detalle importante porque la tauromaquia cada vez tiene menos aceptación entre la sociedad civil y lo que permite su supervivencia es en parte el dinero que recibe a través de subvenciones directas e indirectas.

Murcia no es ajena a la dinámica del resto del país, es decir, a los festejos de otra época que se empeñan en mantenerse argumentando una cuestión tradicional y cultural como si la cultura fuera algo estático y perenne. Pero también aquí, y a pesar de las resistencias y la casposidad de los dirigentes populares murcianos, el movimiento animalista está consiguiendo pequeños avances, como lo fue en el caso de Ceutí.

Recordemos que “la caza del marrano” no se ha celebrado este año porque tras múltiples denuncias de activistas y asociaciones, la consejera tomó partido para hacer cumplir la legislación que aún siendo de las más antiguas de España, recoge la prohibición de entregar animales vivos a modo de premio.

En ese municipio, en lugar del “tradicional” festejo se celebró la caza del marrano imaginario, en el que la gente se rebozaba en el barro mientras escuchaba por megafonía los sonidos característicos del animal. Del mismo modo, en otros lugares del país también se han sustituido festejos por ingeniosas actividades como los “boloencierros”. Pequeñas conquistas que se suman a otras como la prohibición de circos con animales salvajes en varios municipios.

Sin embargo, nos queda todavía mucho por hacer y desde luego esos cambios que necesitamos no vendrán de la mano de los gobiernos del PP, ni en el municipio ni en la Comunidad Autónoma, instalados en el cinismo absoluto como lo demuestra el hecho de que solo sacan su “espíritu animalista” en período electoral.

Contrastan así las promesas del actual presidente de la Comunidad sobre el sacrificio cero con que más de un año después, la ley sobre Bienestar Animal está parada en la Asamblea por los grupos de la oposición que intentan consensuar un borrador más ambicioso. Por otro lado, esto no debe sorprendernos pues Pedro Antonio Sánchez, conocido por su defensa de esta mal llamada fiesta nacional, fue el pregonero de la feria taurina enMurcia el año pasado y que una de sus propuestas brillantes en el Debate del Estado de la Región fue la constitución de una Mesa de la Tauromaquia. ¿Contradicciones? No, cinismo.

Hace un poco más de un año Cambiemos Murcia presentó en el Ayuntamiento una moción para que se destinara la subvención de la tauromaquia a la lucha contra la pobreza infantil, ya que la Región encabeza la lista con mayor número de menores en riesgo de exclusión social y pobreza infantil.

Esta propuesta provocó la furia de los reaccionarios y el apoyo de gente concienciada con la dramática situación social. La iniciativa llegó al Pleno y fue rechazada por Partido Popular y Ciudadanos, y la abstención cómplice del PSOE.

Más de doce meses después seguimos denunciando que este tipo de festejos reciban dinero público, directo e indirecto, cuando existen necesidades sociales que debieran ser la prioridad de gasto. Por ejemplo, este año una quincena de actos conforman el programa del ciclo de Feria y Toros: tres corrida de toros, un festejo de rejones y una novillada, clases prácticas con alumnos de las escuela taurinas, además de varios aperitivos taurinos en el Club Taurino de Murcia… todo esto patrocinado con dinero público de las murcianas y murcianos. Los colectivos animalistas se han movilizado y como ya hicieran el año pasado, habrá una concentración en el pregón taurino.

La gran sorpresa de este año será la performance que están preparando con objetivo de lograr una mayor sensibilización de lo que implica esta celebración: maltrato animal, sufrimiento, sangre y muerte.

Desde Cambiemos Murcia seguimos firmes en la defensa de otro modelo de festejos sin maltrato animal. Por eso, este martes estaremos junto al movimiento animalista diciendo alto y claro que la tortura no es cultura.

En 2015 se registraron más de 16.000 festejos con animales en España, muchos de ellos llevados a cabo con una notoria crueldad según denunció Dignidad Animal. Si bien esta cifra se va reduciendo gracias a la a la movilización social, todavía se celebran muchos espectáculos caracterizados por su gran brutalidad y sufrimiento.

Junto con la presión ciudadana, la llegada de candidaturas del cambio a gobiernos locales ha contribuido al nuevo desarrollo normativo, avanzando en la protección de los Derechos de los Animales. Sin embargo, contamos todavía con legislación estatal y autonómica que ampara la celebración de eventos taurinos, reconociéndolos como fiestas culturales que, dicho sea de paso, sobreviven en parte gracias a subvenciones que reciben de las administraciones.