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Muerte de un periódico

10 de febrero de 2023 06:01 h

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Este lunes se cumplirán 40 años del cierre del diario Línea. Fundado en abril de 1939, su último número vio la luz el 13 de febrero de 1983. Aquel domingo, su portada daba cuenta de que, el día anterior, nevó en Murcia, así como que el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado había visitado la capital para inaugurar una céntrica avenida que lleva su nombre.

En sus casi 44 años de existencia, el diario Línea editó unos 13.600 ejemplares. La entrada de las tropas franquistas en marzo del 39 en la capital trajo consigo la incautación del periódico El Liberal, fundado en 1902 por Enrique Rivas Beltrán, un diario liberal y monárquico en sus orígenes hasta convertirse en un importante bastión del republicanismo en la provincia. A lo largo de su existencia, en sus páginas escribieron ilustres periodistas murcianos como Pedro Jara Carrillo, que lo llegó a dirigir, o José Martínez Tornel, que ejerció de columnista.

A mediados de la década de los sesenta, Línea era líder de la prensa murciana y llegó a tirar 35.000 ejemplares diarios. Sin embargo, a su cierre, apenas salían de su rotativa 3.500 periódicos. Aquel desfase en sus finanzas provocó su cierre definitivo y, a diferencia de otros diarios de la extinta cadena del Movimiento, luego rebautizada como Medios de Comunicación Social del Estado, nadie pujó por su cabecera. Su clausura estaba sentenciada.

Por su redacción pasaron algunas de las mejores plumas del oficio: Salvador Jiménez, Jaime Campmany, Luis Peñafiel, Carlos García Izquierdo, Ismael Galiana… O el fotógrafo Juan López y el dibujante Baldomero Ferrer. En su etapa postrera, coincidí con José Juan Cano Vera en la dirección; con Diego Vera, como redactor jefe, y otros destacados profesionales como Serafín Alonso, Luis Orche, Félix Alcaraz -que lo llegó a dirigir en sus últimos días-, Felipe Julián Hernández, Yolanda Manso, Isabel Zúñiga, Jesús Serrano, María José Gil, el fotógrafo Ángel Martínez Requiel… La sección de deportes la comandaba un impetuoso Juan Ignacio de Ibarra, que había sucedido a otros grandes de la especialidad como Manuel Carles o Antonio Montesinos, quienes habían fichado por el diario de la competencia: La Verdad. A Ibarra lo acompañarán jóvenes reporteros, como Antonio González Barnés o José Antonio Ruiz Vivo, entre otros, que luego seguirán su estela en las ondas, formando equipo en el Ibarraestadio de Radio Juventud.

La desaparición de Línea dejó huérfana a una parte de los lectores de la Región y, durante un quinquenio, un solo periódico autóctono en los quioscos hasta que en 1988 apareció La Opinión. Cierto que hubo otros intentos, pero nunca llegaron a fructificar. Yo me inicié en aquel diario en 1980, antes en un vetusto caserón de la calle Jara Carrillo y luego en un moderno edificio de la avenida de la Fama. Lo hice como corresponsal en mi pueblo, Alguazas, siendo aún estudiante, a mis escasos 18 años, una tarea por la que, en palabras de Luis María Anson, deberían pasar todos los periodistas en sus comienzos. Aprendí y disfruté mucho y solo ver mi firma en letra impresa ya me lo compensaba todo. Lo recuerdo ahora con agradecimiento y la nostalgia propia del tiempo transcurrido. Y lo añoro como aprendiz que fui allí del que sigue siendo, doy fe de ello, el mejor oficio del mundo, en expresión acuñada por aquel periodista universal y eterno que siempre será Gabriel García Márquez.

Este lunes se cumplirán 40 años del cierre del diario Línea. Fundado en abril de 1939, su último número vio la luz el 13 de febrero de 1983. Aquel domingo, su portada daba cuenta de que, el día anterior, nevó en Murcia, así como que el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado había visitado la capital para inaugurar una céntrica avenida que lleva su nombre.

En sus casi 44 años de existencia, el diario Línea editó unos 13.600 ejemplares. La entrada de las tropas franquistas en marzo del 39 en la capital trajo consigo la incautación del periódico El Liberal, fundado en 1902 por Enrique Rivas Beltrán, un diario liberal y monárquico en sus orígenes hasta convertirse en un importante bastión del republicanismo en la provincia. A lo largo de su existencia, en sus páginas escribieron ilustres periodistas murcianos como Pedro Jara Carrillo, que lo llegó a dirigir, o José Martínez Tornel, que ejerció de columnista.