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Reválidas para invalidar

Silvia Frutos

Murcia —

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Después de un intenso año en el que las y los españoles hemos ido dos veces a las urnas y donde hemos salido más de una vez a la calle para protestar contra los recortes en educación, vemos que el Partido Popular piensa seguir adelante con su LOMCE. Si por ellos fuera, ni la derogarían ni se pararían a repensarla, como parece que están intentando decirnos ahora a través de su pacto con Ciudadanos. Desde el Partido Popular consideran que una ley que sube las tasas universitarias dejando a cientos de estudiantes fuera del sistema educativo, que no mejora, sino que empeora la calidad educativa acortando las carreras, y que tiene a la práctica totalidad del profesorado, alumnado y AMPAS en su contra, es buena para nosotras y nosotros, el colectivo estudiantil del presente, futuros trabajadores del mañana. Es más, creen que el hecho de que los alumnos y alumnas deban realizar un solo examen para obtener un título de una etapa que ha costado años de estudio y trabajo, es motivador para ellos.

Estamos hablando de las famosas reválidas, una serie de exámenes que los alumnos de primaria, ESO y Bachillerato deberán realizar al final de cada etapa académica, que les obliga a jugarse todos los años de estudio a un solo examen, el cuál han de superar para obtener el título correspondiente. Da igual lo bien o mal que les haya ido durante el curso, o los progresos que hayan conseguido; sólo tienen uno o dos días para someterse a la prueba que determinará su futuro. En el caso de Bachillerato, la reválida servirá además como prueba de acceso a la Universidad, por lo que desaparece la hasta ahora vigente selectividad, con la cuál estaban satisfechos tanto alumnos como profesores. Esto implica que todas las personas que quieran acceder a la universidad tendrán que pasar por la reválida. Y por si esto fuera poco, además hay que aguantar la incertidumbre y la espera de no saber qué va a pasar. El curso ya ha comenzado, y las alumnas y alumnos de 2º de Bachillerato siguen sin saber cómo será exactamente la prueba a la que tendrán que enfrentarse en junio del próximo año para entrar a la universidad, lo cuál les hace estar nerviosos, preocupados, y esto hace bajar su rendimiento.

En mi caso, yo también tendré que examinarme en junio de 2017 de las reválidas para poder acceder a la carrera a la que siempre he querido estudiar, Medicina. Debido a la nota de corte tan elevada que existe para entrar a esta carrera, hay que tener una nota media muy alta para acceder, y también en los exámenes de acceso, cuya preparación se hace aún más difícil si no se sabe, ni siquiera, cómo serán. Hemos llegado a una situación insostenible, y las y los estudiantes tenemos derecho a saber ya cómo serán los exámenes de acceso. Esto no puede esperar más. No podemos seguir esperando a que estos señores, a quiénes claramente importamos poco, decidan qué hacer. ¿Qué pasa con nuestros sueños y aspiraciones? Nunca se había visto nada igual. Un curso entero, una generación entera nacida en el mismo año, está siendo ninguneada por la clase política de nuestro país. Necesitamos saber qué va a ser de nosotras y nosotros, de nuestro acceso a la Universidad. Necesitamos saber qué va a ser de nuestro futuro. La educación y las pruebas de acceso a la educación superior no deberían ser algo que se decide en pactos de gobierno que solo tienen como finalidad ocupar sillones y no pensar en el bien del colectivo estudiantil. Estamos hartas y hartos de que se nos ningunee, estamos hartas y hartos de que no haya un plan serio, desarrollado y trabajado mano a mano con la comunidad educativa (profesorado, AMPAS, asociaciones estudiantiles) que vele por el mantenimiento, gratuidad y calidad de esta educación pública que tanto nos ha costado construir para que ahora vengan esos señores de traje a desmontarla y a jugar con la incertidumbre de nuestro futuro.

Creo que los motivos para acabar con la LOMCE son más que evidentes. El PP tiene enfrente a toda la comunidad educativa, y no se puede aplicar una ley que cuenta con el rechazo de todos. No lo podemos permitir. Hay que seguir luchando para que esta ley se derogue de forma definitiva, y podamos tener una que sea realmente justa, que de estabilidad. Porque la educación es algo muy valioso que nos pertenece a todos, y no es una especie de juguete que pueda ser objeto de cambios constantes según le parezca al Gobierno de turno. Por todo ello, debemos reclamar una educación de calidad, con oportunidades para todos. Que no nos robe nuestro futuro y nuestros sueños un día malo en un examen.

*Silvia Frutos es integrante del Círculo Joven de Podemos RM.

Después de un intenso año en el que las y los españoles hemos ido dos veces a las urnas y donde hemos salido más de una vez a la calle para protestar contra los recortes en educación, vemos que el Partido Popular piensa seguir adelante con su LOMCE. Si por ellos fuera, ni la derogarían ni se pararían a repensarla, como parece que están intentando decirnos ahora a través de su pacto con Ciudadanos. Desde el Partido Popular consideran que una ley que sube las tasas universitarias dejando a cientos de estudiantes fuera del sistema educativo, que no mejora, sino que empeora la calidad educativa acortando las carreras, y que tiene a la práctica totalidad del profesorado, alumnado y AMPAS en su contra, es buena para nosotras y nosotros, el colectivo estudiantil del presente, futuros trabajadores del mañana. Es más, creen que el hecho de que los alumnos y alumnas deban realizar un solo examen para obtener un título de una etapa que ha costado años de estudio y trabajo, es motivador para ellos.

Estamos hablando de las famosas reválidas, una serie de exámenes que los alumnos de primaria, ESO y Bachillerato deberán realizar al final de cada etapa académica, que les obliga a jugarse todos los años de estudio a un solo examen, el cuál han de superar para obtener el título correspondiente. Da igual lo bien o mal que les haya ido durante el curso, o los progresos que hayan conseguido; sólo tienen uno o dos días para someterse a la prueba que determinará su futuro. En el caso de Bachillerato, la reválida servirá además como prueba de acceso a la Universidad, por lo que desaparece la hasta ahora vigente selectividad, con la cuál estaban satisfechos tanto alumnos como profesores. Esto implica que todas las personas que quieran acceder a la universidad tendrán que pasar por la reválida. Y por si esto fuera poco, además hay que aguantar la incertidumbre y la espera de no saber qué va a pasar. El curso ya ha comenzado, y las alumnas y alumnos de 2º de Bachillerato siguen sin saber cómo será exactamente la prueba a la que tendrán que enfrentarse en junio del próximo año para entrar a la universidad, lo cuál les hace estar nerviosos, preocupados, y esto hace bajar su rendimiento.