Alberto Garre ha defendido la importancia de dotar a la Administración Pública de mecanismos y herramientas que pongan coto a la corrupción y ha reclamado una justicia ágil e independiente. Lo ha hecho en la apertura del curso de todas las Reales Academias y Academias Científicas y Culturales de la Región, que se celebró en el Museo Arqueológico de Murcia y que contó con la presencia del presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, y vocal de Consejo General del Poder Judicial, Fernando Grande Marlaska.
“Ante la corrupción, tolerancia cero, y ante los indicios y la investigación, resoluciones rápidas, eficientes y justas”, ha afirmado el presidente de la Región de Murcia, que sigue fiel a su discurso al respecto de que no se debe tolerar la corrupción, y de que no se debe hacer distinciones en la conveniencia de que ningún partido lleve imputados en sus listas electorales. Sin embargo, Alberto Garre deja a la conciencia personal el acto de dimitir cuando un cargo se encuentra imputado por la justicia.
Grande Marlaska fue el encargado de pronunciar el discurso inaugural bajo el título 'Ética pública, ética judicial: herramienta frente a la corrupción', y que posteriormente recibió la felicitación de Alberto Garre por profundizar en un asunto “tan interesante como oportuno y actual, que precisa de mentes claras y lúcidas para abordarlo”, como en su opinión, acababa de hacer el magistrado “desde el punto de vista judicial”.
El jefe del Ejecutivo regional aludió a la transparencia, a los códigos de buen gobierno y al fácil acceso a la información por parte de los ciudadanos, como mecanismos esenciales para “responder a una sociedad cada vez más crítica, exigente y responsable”. Para Garre, estas herramientas han de ir acompañadas de un comportamiento ético por parte de los responsables públicos, y también por parte de jueces y magistrados.
“Si queremos recuperar los valores que son esenciales como sociedad, necesitamos un código de conducta basado en la ejemplaridad, en la austeridad, la honradez, la integridad, la lealtad, la diligencia, la responsabilidad, el compromiso, la eficiencia y, sobre todo, un código basado en el respeto a los ciudadanos y a nuestro ordenamiento jurídico”, destacó el presidente.
Garre defendió que se trata de asuntos de suma transcendencia que el Gobierno regional está abordando desde los primeros momentos tras su toma de posesión, con iniciativas como la Ley de Transparencia, la limitación de mandatos del presidente a dos legislaturas o la Ley de Buen Gobierno y del Estatuto del Cargo Público.
Durante su intervención, el presidente Garre definió la corrupción como uno de los delitos “más abominables socialmente” que se producen cuando se deja a un lado la moralidad y los comportamientos éticos, para buscar el beneficio personal o el lucro. “Algunos olvidan que los políticos somos elegidos por los ciudadanos para mejorar su existencia, su bienestar, y defender así los intereses generales frente a los personales”, afirmó.
Se trata, a su juicio, de “conductas intolerables que el Estado de Derecho debe perseguir, juzgar y castigar, pero de una forma ágil, rápida y eficaz”. En este sentido, el jefe del Ejecutivo criticó “las larguísimas instrucciones de casos, cuyo esclarecimiento resulta fundamental para nuestra convivencia, y que se dilatan en el tiempo por falta de recursos en los juzgados y tribunales”. En opinión de Garre, la independencia judicial, una administración efectiva e imparcial de la justicia y la confianza de los ciudadanos en su sistema jurídico, “afianza la democracia y el Estado de Derecho”.