Los presupuestos regionales de 2022 son “un manual sobre cómo gobernar desde el sectarismo y la intransigencia”. La portavoz de Podemos en la Asamblea Regional, María Marín, ha calificado así el apartado de educación y cultura del proyecto de cuentas para el próximo año presentado por el Gobierno regional, que considera “la obra de una Consejera que ha convertido la Consejería de Educación en la Consejería de Inquisición”. Marín ha calificado los presupuestos de 2022 como “humillantes para la educación pública y aconfesional”.
Marín ha asegurado que desde Podemos comparten el aumento en las partidas para el incremento de plazas y la creación de nuevos ciclos y grados de Formación Profesional, aunque ha criticado que desde el Gobierno regional este aumento se dirija a “más conciertos privados y un modelo de formación dual low cost que da pie a muchos abusos contra los jóvenes estudiantes en prácticas, que no deberían ser mano de obra a coste cero ni suplantar las funciones que corresponden a los trabajadores”. En este sentido, la portavoz de Podemos ha exigido al Partido Popular que “cumpla con su palabra” y vote a favor de la nueva ley de Formación Profesional que ha presentado el Ministerio de Trabajo.
En cuanto a las inversiones concretas, Marín ha denunciado que los presupuestos de 2022 “congelan las partidas de los gastos de funcionamiento de los centros públicos de primaria y secundaria”, algo que se agudiza aún más en las 14 escuelas infantiles dependientes de la Consejería de Educación, “cuyos gastos de funcionamiento sufren un recorte de 65.000 euros, un 8,9%”. Mientras tanto la partida para los centros privados financiados con fondos públicos sube más de 8 millones de euros, un 3,6%. Este dato es “especialmente sangrante” si se tiene en cuenta que el Gobierno de España ha enviado a la Región de Murcia 40 millones de euros para crear 4.000 plazas de 0 a 3 años en centros públicos hasta 2025. Recursos que la Consejería amenazó con rechazar hasta el último momento “si no podían destinarlo a centros privados”. La “amenaza de boicotear estos fondos” traerá como consecuencia, según asegura Marín, “un retraso que va a hacer casi imposible que esas plazas estén disponibles el próximo curso”. La partida de los centros concertados, en cambio “y como viene siendo la norma”, sube casi 8 millones y medio de euros, lo que implica “humillar a la pública y favorecer a los centros privados financiados con cada vez más dinero público”.
Otra de las partidas recortadas que la diputada morada ha denunciado es la relativa a gastos en comedor escolar que pasa de 1.835.023 a 1.600.000. Las becas de comedor, por otra parte, se congelan “en poco más de 4 millones de euros y apenas cubrirán a 6.000 familias”, en una región en la que uno de cada tres niños “se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social según los informes de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza”. Marín ha criticado que desde la Consejería apuesten por complementar estas becas “con otros programas municipales y de organizaciones no gubernamentales”. “Para qué queremos becas, si siempre podemos recurrir a la caridad”, ha ironizado la portavoz de Podemos. También sufre el tijeretazo de la consejera de ultraderecha la partida del programa de libros compartidos, que se recorta en 200.000 euros “a pesar del compromiso del Gobierno regional de que todo el alumnado de enseñanzas obligatorias iba a contar por fin con todos los manuales de forma gratuita”. Marín ha asegurado que se trata además de “un flagrante incumplimiento” de la ley 2/2018 de gratuidad de los libros de texto de la Región de Murcia, haciendo que los libros “sean sólo para el que se los pueda pagar”. La diputada ha criticado que, mientras que deja sin ayudas a miles de familias, la máxima preocupación de Campuzano al respecto sea “purgar los libros de texto de cualquier contenido inclusivo”. También ha criticado que entre las prioridades de la consejera de extrema derecha también se encuentre “la censura total a la asignatura de Educación en Valores Cívicos y Éticos en primaria”, que sólo tendrá una hora y media en el último curso, mientras que Religión “cuenta con una hora y media en cada curso”, de primero a sexto, “las mismas que tienen Ciencias Naturales o Ciencias Sociales en quinto y sexto”, habiendo suprimido además la asignatura alternativa a quienes no quieran cursarla.
A propósito de la construcción de nuevas escuelas infantiles, la portavoz de Podemos se ha referido también a las inversiones reales de su Consejería para mejorar nuestros centros educativos. Mientras que el año pasado se presupuestaron 61 actuaciones en distintos centros, este año son 29, “menos de la mitad”. Casi la mitad de estas inversiones corresponden a partidas que se incluyeron en los presupuestos del año pasado y que no se han ejecutado, como la construcción del nuevo Instituto Valle Leyva en Alhama o de un pabellón de infantil en Pliego, la climatización de la Escuela de Arte en Murcia, del Instituto Poeta Julián Andúgar en Santomera, de los IES Miguel de Espinosa y Cascales en Murcia, y del conservatorio de Música, la sustitución de las cubiertas de amianto en el IES Aljada de Puente Tocinos, en el Arzobispo Lozano de Jumilla, en el Diego Tortosa de Cieza, en el Miguel de Cervantes de Murcia y en el Instituto Prado Mayor en Totana, o la inversión destinada al centro integrado de FP Hespérides de Cartagena. Inversiones que, tal y como denuncia Marín, “ya estaban en los presupuestos del año pasado y de las que nada se supo”.
En cuanto a los presupuestos relativos a la consejería de Cultura, la portavoz de Podemos ha denunciado que tan sólo se recogen “siete míseras actuaciones en el capítulo de inversiones reales” que suponen “poco más de un millón y medio de euros”. Marín ha criticado que el presupuesto de este año no lleve incluidas las partidas para la rehabilitación de los molinos de viento de la Región de Murcia, ni contemple el proyecto de las Fortalezas del Rey Lobo para rehabilitar el castillo de Monteagudo y el Castillejo, el Larache y el Castillo de Cabezo de Torres.
Por último, Marín ha anunciado que desde Podemos van a registrar enmienda para corregir estas agresiones al patrimonio cultural de la Región de Murcia y que dote de presupuesto a proyectos como la recuperación del Cine Central de Cartagena, la puesta en valor del santuario íbero de Santomera y los yacimientos argáricos de Totana, o la rehabilitación del castillo de Mula y “tantas otras joyas de nuestro patrimonio que deberían contar con la protección de un Gobierno regional, que no está haciendo su trabajo y está dejando que se pierda irremediablemente nuestra historia entre los escombros”.