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El apoyo del PSN a UPN en varias alcaldías navarras agrieta las relaciones con EH Bildu para investir a Chivite

La presidenta de Navarra y candidata a la reelección por el PSN, María Chivite, y el parlamentario socialista Ramón Alzórriz.

Rodrigo Saiz

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El PSN cumplió este pasado sábado con su máxima de no acordar ningún gobierno con EH Bildu y dejó en manos de UPN varias alcaldías en las que su apoyo era necesario para que la izquierda abertzale desalojase a la derecha. Esta maniobra ha agrietado la relación de los socialistas con EH Bildu, formación de la que María Chivite necesita su apoyo para ser investida de nuevo presidenta de Navarra.

El 28 de mayo Javier Esparza, de UPN, ganó las elecciones forales, pero al igual que sucedió en 2019, María Chivite es la candidata que cuenta con más apoyos para ser presidenta. De hecho, ya ha iniciado una ronda de contactos, con sus primeros desencuentros, con los que han sido la pasada legislatura sus socios de Gobierno: Geroa Bai (Socialverdes y PNV) y Contigo/Zurekin (Podemos, Izquierda Unida, Batzarre, Equo y Alianza Verde). Pero la suma de los tres partidos es insuficiente, suman 21 escaños (11 del PSN, 7 de Geroa Bai y tres de Contigo/Zurekin) del total de 50. Por ello, al igual que ocurrió en 2019, necesitará de al menos la abstención de EH Bildu, que ha crecido en representación y ya es tercera fuerza con 9 parlamentarios.

Es en este contexto en el que EH Bildu, con quien a diferencia de hace cuatros años los socialistas sí han mantenido una reunión aunque dejaron claro que no pactarían un Ejecutivo, reclamó al PSN su apoyo para la conformación de “mayorías progresistas” en aquellos ayuntamientos en los que EH Bildu había sido segunda fuerza por detrás de UPN. Pero el PSN no accedió diferenciando en todo momento la negociación para el Gobierno de Navarra con la de los Ayuntamientos. “No sabemos qué va a hacer EH Bildu, sabemos lo que ha dicho de que sus votos van a servir para que las derechas no gobiernen donde tienen posibilidad”, apuntaba la semana pasada el secretario de organización de los socialistas navarros, Ramón Alzórriz.

Así, el sábado UPN se hizo con las alcaldías de Pamplona, Estella y Valle de Egües merced al veto del PSN a EH Bildu, comprometiendo el entente que ambas formaciones han mantenido los últimos cuatro años con acuerdos continuos en el Parlamento foral, incluidos cuatro acuerdos de presupuestos. “Sobre la base de la exclusión, sobre la base de los vetos, no se puede construir nada, y mucho menos se puede construir algo que quiera ser progresista”, se resignaba el sábado el candidato de EH Bildu a la Alcaldía de Pamplona, Joseba Asiron, quien aseguró que, pese a ser “instituciones y contextos diferentes”, el veto de los socialistas “no es un buen comienzo” en el proceso de reflexión que hará la coalición abertzale sobre su postura en la investidura de Chivite.

Más tajante fue hace unas semanas el coordinador nacional de EH Bildu, Arnaldo Otegi: “Tú no le puedes decir a la gente 'yo llevo cuatro años aprobando los presupuestos con EH Bildu, llevo haciendo acuerdos con EH Bildu, pero ahora no me gusta nada EH Bildu', porque no es creíble”. Porque al revés sí ha funcionado, como es el caso de Viana, localidad en la que el PSN ha logrado mantenerse en la Alcaldía con el apoyo de EH Bildu, indispensable para que UPN no se la arrebatase.

El PSN también apoyó a UPN en Castejón, pero en este caso para evitar un Gobierno municipal de Contigo/Zurekin, socio de los socialistas en el Ejecutivo foral. La decisión de los dos concejales del PSN no fue avalada sin embargo por la dirección del partido, cuya directriz apoyar gobiernos progresistas de Geroa Bai y Contigo/Zurekin allí donde los número salieran. El PSN ya ha anunciado que ha abierto un expediente de expulsión a sus dos ediles.

Quien también va a expulsar del partido a varios concejales es UPN. En este caso en Puente la Reina, donde tres de los cuatro ediles regionalistas votaron a favor de la candidata de EH Bildu pese a que sus votos no eran necesarios ya que la coalición abertzale tenía la mayoría absoluta. La cabeza de lista, que junto con otro concejal, ya ha presentado su dimisión y baja del partido, ha señalado que el voto favorable a EH Bildu fue un gesto de “concordia” para mostrar su “compromiso para trabajar por el pueblo”.

Nuevas reuniones con Geroa Bai y Contigo/Zurekin

Mientras, Chivite tratará esta semana de limar asperezas con Geroa Bai, socio principal de su Gobierno la pasada legislatura, y que la semana pasada le dio plantón en una reunión a la que habían sido citados junto con el otro socio, Contigo/Zurekin, dando por rotas las negociaciones. La coalición liderada por la expresidenta Uxue Barkos aseguró que los socialistas incumplieron su compromiso de reunirse previamente con ellos en un encuentro bilateral para negociar una serie de cuestiones previas y señalaron que la confianza con sus socios había quedado “mermada”.

Con todo, el viernes las dos partes cumplieron el acuerdo que habían alcanzado antes del desencuentro y nombraron presidente del Parlamento a Unai Hualde, el presidente del PNV navarro, y propuesto por Geroa Bai. Chivite ha asegurado este lunes que los socialistas fueron “generosos” con ese pacto y se mostró confiada en “seguir avanzando” en la negociación del Gobierno.

Para ello, el PSN ya ha emplazado a Geroa Bai y Contigo/Zurekin a una reunión a tres en la que se comenzará a abordar el contenido del acuerdo programático. Desde la coalición de PNV y Socialverdes puntualizaron la semana pasada sin embrago que tan solo acudirán a reuniones a tres si previamente mantienen un encuentro bilateral con los socialistas.

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