En plena crisis del coronavirus, los agricultores y ganaderos se han convertido en el principal sustento de la población. Las imágenes de las colas en los supermercados y de las baldas vacías, asustaron a muchos que acudieron en masa a provisiones, muchas veces por encima de sus capacidades alimentarias. Ante semejante panorama, el sector primario lanza un mensaje de tranquilidad: “Estamos trabajando al mismo ritmo, mi día a día no ha cambiado”, cuenta a este periódico Iosu Estenaga, ganadero y agricultor en Espronceda, Navarra. Eso sí, están preocupados por las consecuencias económicas que va a generar el Covid-19. A medio plazo, pero también a corto. Teme que un cese en la actividad de la industria conservera pueda echar al traste el trabajo suyo y de muchos de sus compañeros de sector de todo un año. “Si en la cadena de producción de una conservera un trabajador da positivo, van a poner a todos en cuarentena, y a ver cómo damos salida a nuestros productos”, explica Iosu.
Especialmente temerosos por una posible situación de estas características están los agricultores que tienen plantaciones de espárragos, cuya campaña empieza ahora, y cruzan los dedos para que no se vea afectada por el Covid-19 ninguna de las líneas de procesado que tratan su producto, cuenta Iosu Estenaga. Por su parte, el presidente de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN), Félix Barian, confía en que, en caso de que se detectara algún positivo en una fábrica conservera, se tratara a la agroindustria como un sector de primera necesidad y se tomaran las medidas pertinentes para poder seguir con la producción.
El presidente de la UAGN sí está más temeroso ante la situación a la que ya se está enfrentando el sector primario de una bajada importante en la demanda de sus productos. Apenas unas semanas después de paralizar las calles de varias ciudades españolas con sus tractores denunciando los bajos precios por los que están vendiendo sus productos, los agricultores y ganaderos se enfrentan ahora a una bajada en la demanda por culpa del coronavirus. Más allá de las colas en los supermercados, el cese de la actividad hostelera con el cierre de bares y restaurantes, principales compradores de algunos productos como carne o vino ha provocado ya que trabajadores del agro se hayan visto afectados.
También preocupa en el sector agrario la situación económica que va a derivar de la crisis del coronavirus, que avecinan “va a suponer una bajada todavía mayor en los precios”, lamenta Iosu Estenaga. También temen que las ayudas de la PAC sufran otra merma por la necesidad de destinar fondos a otros sectores para paliar los efectos del Covid-19. Por ello también piden ser tratados como un sector primordial y que no se vean recortados, todavía más sus ingresos.
Voluntarios para desinfectar las calles
Aún con todas las dificultades, agricultores y ganaderos han arrimado el hombro como los que más en esta lucha contra el coronavirus y, además de no parar en su trabajo diario -“los animales no entienden de epidemias”, señala Iosu-, en Navarra y otras muchas comunidades autónomas, muchos agricultores han ofrecido su maquinaria para desinfectar las calles de varias localidades. En la Comunidad foral, la UAGN se ha ofrecido a todos los ayuntamientos y al Gobierno de Navarra, y en algunas ciudades como Tudela ya han desinfectado todas las calles.
“Entendemos que en situaciones como esta la responsabilidad social de los agricultores va más allá del suministro de alimentos”, señala a este periódico Félix Barian, que añade que ya han acordado con más municipios para ayudar a desinfectar sus calles. Una vez terminen con la lucha del coronavirus, indica, volverán a la “otra”, volverán a salir a las calles para seguir reivindicando precios justos.