elDiario.es refuerza su presencia en Navarra y estrena sede en la histórica Plaza del Castillo de Pamplona
elDiario.es, como periódico nativo digital de referencia en España y con amplia presencia en catorce comunidades autónomas, refuerza su presencia en Navarra. Después de ampliar su equipo de profesionales tanto en las áreas de redacción como de gestión, desde este mes de octubre la edición navarra -nacida en octubre de 2014- estrena una nueva sede en la emblemática Plaza del Castillo de Pamplona, un cruce de caminos en la ciudad. Se trata de un espacio de trabajo pero que estará abierto a la comunidad de lectores y personas socias.
elDiario.es/Navarra se instala en el portal 43 de la plaza, en un histórico edificio del siglo XIX entre el pasaje de la Jacoba y la belena de Iruña. La oficina dispone de dos entradas, una a cada lado del bloque, y que conservan algunos elementos ornamentales originales. Y es que se trata de un punto lleno de historia. Y no solamente por el elegante café Iruña que todavía opera junto al lugar y donde Ernest Hemingway escribía en un rincón. En ese 43, por ejemplo, nació una de las instituciones de referencia en Navarra, el Club Atlético Osasuna.
Se cuenta que “la casa nº 43 ocupa el ángulo noroccidental de la plaza, antigua casa de Garbalena cuya construcción comenzó en 1882, donde durante años funcionó el café Kutz. Sobre los soportales de medio punto, trazados al mismo tiempo que el inmueble, se alzan cuatro cuerpos de balcones, de ocho huecos, más un remate abuhardillado”. Fue precisamente en el Kutz, donde también se dejó ver Hemingway y ahora ya desaparecido, donde en 1920 se creó el club deportivo señero de Pamplona y de toda Navarra.
El Kutz tuvo en el Español y en La Marina sus precursores hasta que en 1912 abrió sus puertas de la mano de Luis Kutz. “Hemingway habitó su terraza en numerosas ocasiones, dejando constancia de ello en su libro ‘Muerte en la tarde’. José Luis Kutz, hijo del fundador de este café, rememoraba hace unos años sus recuerdos de las estancias del escritor norteamericano, destacando la imagen mítica que en los años cincuenta alcanzó este personaje entre sus compatriotas: le veneraban, casi se arrodillaban ante su presencia”, se puede leer en ‘La Guía de Hemingway’. Y se añade: “Tras el fallecimiento de don Luis Kutz el café pasó a manos de su esposa Elvira, quien con la ayuda de sus hijos María Luisa y José Luis, mantuvo abiertas sus puertas hasta el año 1961. Curiosamente entre los clientes del Kutz estuvo otro escritor que también llegaría a ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Se trata de Camilo José Cela, quien mantenía una buena amistad con José Luis Kutz, antiguos compañeros de estudios”.
En su momento, en el toldo del Kutz se leía “Pamplona-San Sebastián”. Ello se debe a Benito Kutz Scheidler, nacido en 1847 en Ulm, entonces ciudad del reino de Wurtemberg y, después de la unificación, actualmente en Alemania. Fue él quien se instaló en la capital de Gipuzkoa. “El apellido Kutz llegó a nuestra ciudad en 1867 con Benito, de oficio cervecero. Derribadas las murallas e iniciadas las obras del ensanche, San Sebastián se convirtió en reclamo, entre otras actividades, de las del sector servicios. Benito tendría conocimiento de las cualidades del agua de la zona, determinante en el producto final, así como del empuje de San Sebastián como reclamo turístico al alza. Ategorrieta fue el origen del primer establecimiento: Cervecería de Strasburgo y Fábrica de hielo. En la Exposición de Barcelona de 1888, Benito participó obteniendo Medalla de Plata por su cerveza”, informa el Ayuntamiento donostiarra.
Y sigue: “Los Kutz, guiados por las exigencias de una ciudad-balneario que tenía que competir con las mejores de Europa, abrieron establecimientos en el centro de la ciudad. Luis Kutz, hijo de Benito, tuvo al mismo tiempo establecimientos en la Avenida de la Libertad, San Martín 23, Urbieta 24 y en la Alameda del Boulevar-Garibay. El ‘Café Kutz' fue el café de la Bella Easo. La transformación del local fue motivo de artículos en prensa, tanto donostiarra como foránea. Destacaban el buen gusto del mobiliario y servicio de plata mate así como lo novedoso de los aparatos de esta industria y entre ellos la cámara frigorífica que sacaba la cerveza a 6 y 8 grados. Expendían tanto la cerveza de elaboración propia como la que les llegaba desde Múnich por vagones frigoríficos y también la Australiana. Fue conocido su Café Kutz de Pamplona, en la Plaza del Castillo. En 1915 se anunciaban conjuntamente el Café Kutz de San Sebastián y el de Pamplona. En Madrid abriría poco después, en Gran Vía 16, aquí, a finales de 1919, se publicita la naranjada Kutz”. Estas cervezas forman parte ahora del grupo multinacional Damm.
En el archivo de Navarra hay numerosas imágenes del lugar y de acontecimientos que tuvieron lugar allí. El 16 de julio de 1912, por ejemplo, se produjo una visita a caballo del entonces rey Alfonso XIII, con motivo de la cual se engalanaron balcones y fachadas. Esas fotografías antiguas dibujan un lugar de reunión social y encuentro de la sociedad pamplonesa de la época.
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