El Gobierno sigue sin saber cómo cumplir su compromiso de reducir las horas lectivas de religión en Navarra
El Gobierno de Barkos continúa sin tener claro cómo conseguir que las horas lectivas de religión se reduzcan en el sistema educativo navarro. Ha pasado más de un año desde que el Parlamento aprobase una moción de IU, a la que sólo se opuso la derecha, que instaba al Ejecutivo a modificar los decretos del currículo en la ESO y los de jornada y horario para reducir al mínimo legal la carga lectiva de la asignatura de religión. En los huecos que dejase la desaparición de estas clases, proponía IU, se podían incluir contenidos educativos de los que recoge el decreto foral de Salud Sexual y Reproductiva. Pero el Gobierno sigue sin saber cómo llevar a efecto este compromiso del cuatripartito. Y la propuesta que ha presentado en el Parlamento la consejera de Educación, María Solana, no ha satisfecho a IU. Solana considera que “es suficiente” con modificar dos órdenes forales y que no es necesario introducir cambios en el currículo. IU ha advertido que este planteamiento no aporta garantías, y que seguirá presionando para que la reducción de las horas de religión sea una realidad en esta legislatura.
La portavoz de la coalición de izquierdas, Marisa de Simón, ha pedido cuentas a Solana sobre sus gestiones después de más de un año de aprobada la citada moción. La consejera ha respondido que durante este tiempo el Gobierno ha estudiado “a fondo” las posibilidades legales para reducir las horas lectivas de religión y ha llegado a la conclusión de que “no es necesario acometer esas modificaciones” que reclamaba IU en su iniciativa. “No es lo mismo cambiar un decreto foral, que modificar una orden foral, que no viene acompañada de un dictamen del Consejo de Navarra”, se ha justificado la consejera.
El temor de su departamento a modificar el currículo básico de la ESO es que será preciso someter los cambios al parecer del máximo órgano consultivo de la Comunidad foral, y no tiene del todo claro que el informe que se emita sea positivo. De hecho, el Gobierno conoce el precedente de lo ocurrido en Extremadura, donde se cambió el currículo para reducir al mínimo legal las horas de enseñanza de religión y los cambios fueron declarados contrarios a derecho por el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura. Esta instancia judicial señaló que el marco en el que deben resolverse los cambios lectivos de religión es el Concordato entre España y el Vaticano de 1979. El propio parlamentario de Geroa Bai Patxi Leuza ya advirtió sobre estas dificultades hace un año, antes de aprobar la moción de IU con el resto del cuatripartito. “Este tema hay que enmarcarlo en un contexto más amplio de reforma constitucional o nuevos acuerdos entre la Iglesia y el Estado”, expuso.
Trece meses después, la consejera de Educación considera que modificar dos órdenes forales “sería suficiente”. Esta opción, ha dicho, se ha “contrastado a fondo con los letrados” y parece ser la mejor fórmula de evitar recursos o dictámenes jurídicos en contra. El inconveniente, ha reconocido Solana, es que tal vez la reducción de las horas de religión no sea de obligatoria aplicación en los centros concertados.
“Está clarísimo que lo que hay que modificar es el currículo básico, que es de obligado cumplimiento para todos los centros públicos y para todos los que están sostenidos con fondos públicos”, ha respondido por IU Marisa de Simón. “El Gobierno tiene la obligación de llevar a cabo esta medida”, ha advertido a la consejera, “vamos a insistir en que esos cambios normativos se produzcan”.