Navarra alerta de que las enfermedades de transmisión sexual se han duplicado en la pandemia
El último informe epidemiológico de Salud Pública, que de forma semanal da cuenta de la evolución de los contagios de COVID-19, viene a advertir de un aumento en los casos diagnosticados de enfermedades de transmisión sexual. Mientras la pandemia remite, la endemia -problema sanitario permanente- de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) ha registrado un repunte en lo que llevamos de 2021 y los nuevos casos casi duplican a los registrados en años previos a crisis sanitaria. De hecho, los diagnósticos más recientes de enfermedades como el VIH, la gonococia, la sífilis, la chlamydia o el linfogranuloma venéreo aumentaron un 60% en el primer semestre de 2021 respecto al mismo periodo de 2020. Este incremento ha ido más allá al superar el 120% en comparación con 2017. Así, los últimos cuatro años y medio permiten consolidar la idea de una “tendencia, a largo plazo, lentamente ascendente y con algunos repuntes puntuales”, según explica Jesús Castilla, jefe de sección de enfermedades transmisibles y vacunaciones del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra.
En concreto, los seis primeros meses de 2021 se percibe un incremento de contagios de ITS con 509 nuevos diagnósticos, muy por delante del primer semestre de 2017 cuando fueron 231. En ese mismo periodo de 2020 la suma de nuevos casos fue de 317, mientras que llegaron a 365 en 2019 y a 314 en 2018. “Es una endemia. La hemos tenido siempre y va teniendo oscilaciones. Es decir, esto no tiene las características de una pandemia. Pero dentro de esas oscilaciones, cuando aumenta mucho, la gente se da por aludida y ella misma se tiene que corregir”, explica Castilla. Según aclara, las causas del comportamiento observado tiene dos vertientes. Por un lado, en los meses de confinamiento, cuando se detectaron apenas 59 contagios, “hay una laguna difícil de interpretar”. Entonces, asegura, pudo influir el infra diagnóstico por la mayor demora en las consultas al médico, la realización de menos analíticas en un sistema sanitario volcado con la COVID-19 y el aumento de las conductas de riesgo en las relaciones sexuales sin protección.
Todas estas causas tienen además un efecto multiplicador en los contagios provocado por la falta de diagnóstico a tiempo. “Todo se retroalimenta. El diagnóstico en las ITS es clave para la prevención, porque el que no se diagnostica está más tiempo contagiando y genera más casos”, abunda. El diagnóstico tardío, de hecho, puede tener graves consecuencias para la salud, advierte Castillo. Entre ellas se encuentra la posibilidad de generar una Enfermedad Inflamatoria Pélvica, infertilidad, o incluso neurosis o problemas cardiovasculares muchos años después de producirse el contagio. Esto último que puede suceder con la sífilis o el VIH.
De las infecciones reseñadas, la chlamydia es la enfermedad más frecuente –con 167 nuevos diagnósticos en el último trimestre de 2021-, seguida de la gonococia -53-. Para Castillo, todas las infecciones son objeto de preocupación ya que suelen ir juntas y no es raro, asegura, diagnosticar a una persona de distintas ITS. Con todo, Salud Pública en su informe destaca el aumento de contagios del linfogranuloma venéreo, con un total de 18 nuevos confirmados hasta la fecha. En total, en lo que llevamos de año, se han notificado un total de 11 infecciones de este tipo. Todos ellos se han detectado en hombres adultos jóvenes. “Es una tendencia. El patrón de afectación responde a hombres que tienen sexo con hombres. Antes era menos frecuente y ahora se detectan más casos”, señala.
Para Salud Pública es difícil determinar si las nuevas infecciones se agrupan en distintos brotes o focos de infección. No obstante, Castillo apunta que el repunte concreto de casos del linfogranuloma venéreo si es una “agrupación espacial de casos muy clara”, pese a no estar asociado a un brote. Según explica, por lo general existen conexiones entre los distintos contagios, por casos referidos a otros, o a veces, incluso, se detecta la existencia de círculos de varias personas afectadas donde sí se declara un brote.
La ausencia de educación sexual en pospandemia
“Hay una escapada absoluta. Yo hablo de la Sodoma y Gomorra pospandemia. Creo que la gente tenía muchas ganas de tener relaciones sexuales. Y esa necesidad o deseo no va acompañado de protección”. De esta manera tan clara lo percibe José Luís García, investigador y especialista en Sexología y Educación Sexual. Aclara que no sólo hay un repunte de ITS, también de abortos. “Vamos a seguir teniendo este problema, porque las causas que determinan ese incremento siguen sin resolverse. De manera que lo más probable es que sigamos teniendo un aumento de las infecciones sexuales”, augura.
Entre las causas que refiere García se encuentran las de tipo estructural. “Vivimos en una cultura que no ha considerado la sexualidad desde una perspectiva positiva. Siempre ocultando, prohibiendo, con silencio y una educación sexual muy moralizante.” Otra causa estructural más reciente, señala, responde a la “desidia absoluta acerca la educación sexual”. Una educación sexual, apunta, que ha de ser científica y profesional para capacitar a la sociedad en la toma de decisiones saludables. “Tampoco hay una cultura de la prevención. Nos pasó con el sida, con el aborto, con las infecciones sexuales y también con la COVID-19”.
No obstante, el experto advierte que lo más determinante es que “la educación sexual está en manos del porno violento”. “Esa pornografía con violencia es el referente educativo de la inmensa mayoría de nuestros jóvenes y de nuestros menores. Y el porno invisibiliza el condón, no existe”, abunda. De manera que, señala, la ignorancia, la falta de información y el porno como referencia generan conductas de riesgo e irresponsabilidad que, además, también se encuentran detrás de casos agresiones y abusos sexuales.
La solución para José Luís García es clara. “No hay manera de darle una respuesta profesional a la educación sexual. Ningún gobierno, sea de izquierdas o de derechas, ha elaborado una ley que garantice que todos los niños y todas las niñas españoles van a recibir una mínima educación sexual, como ocurre en Suecia y otros países europeos más avanzados”. Esta es, además, la clave de la prevención, según apunta el responsable de sección de enfermedades transmisibles del Instituto de Salud Pública, Jesús Castilla. “El nivel de infecciones de transmisión sexual que tenemos es el que la sociedad tolera y admite”, advierte para insistir en la importancia del diagnóstico precoz y de informar la pareja o parejas de padecer una infección para frenar esta otra curva de contagios.
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