Una nueva inyección económica desde las arcas públicas, en este caso cifrada en 40.000 euros, servirá para reforzar las programas de integración para las personas refugiadas y en proceso de acogida. Cruz Roja ha sido la entidad elegida para desarrollar un proyecto financiado por el Gobierno foral con el que se llevarán a cabo actividades de acompañamiento sociolaboral para estas personas, además de organizar campañas de sensibilización colectiva. El programa se va a llevar a cabo en las localidades de Pamplona, Estella, Tafalla y Tudela.
Los 40.000 euros que financian este proyecto se unen así a la partida presupuestaria de 200.000 euros que ya se emplea este año para los procesos de acogida de las personas que solicitan refugio, una partida que contó además con un refuerzo de otros 200.000 euros destinados a la atención de este colectivo en otros países europeos. Según han explicado el vicepresidente de Derechos Sociales, Miguel Laparra, como el coordinador de Cruz Roja en Navarra, Juanjo San Martín, en Navarra existen en la actualidad 110 plazas de acogida (60 de Cruz Roja y 50 de CEAR) que han sido ocupadas desde 2015 por 255 personas. De ellas, 180 unidades familiares residen en Navarra en la actualidad. Casi un 20% de estos hogares son de origen venezolano, un 15% proviene de Armenia, más de un 13% de Ucrania y algo más de un 8% es de origen sirio.
El vicepresidente Laparra ha señalado que España recibió el año pasado cerca de 20.000 solicitudes de entrada en el país por parte de personas refugiadas, de las que en torno a 1.000 han recibido una respuesta positiva. Aunque el país asumió este año el objetivo de acoger a 17.000 refugiados para septiembre, “la realidad queda tremendamente lejos”, ha lamentado Laparra, quien considera que la cifra de refugiados no alcanza ni el 10% del compromiso estatal.
Por esta razón, entre otras, el vicepresidente foral ha reiterado su apuesta por “cambiar el modelo de acogida estatal”. En su opinión, es necesario que las Comunidades Autónomas puedan tener más influencia en los procesos de acogida. Pero, mientras esto no sea posible, el campo en el que sí pueden actuar los gobiernos autonómicos es el del proceso de integración social de la población inmigrante.
En dicho propósito se enmarca el programa aprobado para Cruz Roja por 40.000 euros, con el que el Gobierno “asume un compromiso claro respecto a un problema que entendemos que es tremendamente importante a nivel global”, ha dicho Laparra.
El proyecto viene a completar el programa de acogida estatal, “que se queda corto para cumplir los objetivos que se pretenden”, y contempla actividades conjuntas para el colectivo de refugiados y actividades individuales con las personas que más lo necesiten. El programa aborda cuestiones como la adaptación al cambio, el empoderamiento y la toma de decisiones, se trabaja la autoestima, la corresponsabilidad y el autoconocimiento personal, entre otros temas.
San Martín ha querido destacar la importancia que reside en estos programas de acogida y acompañamiento para atender debidamente “las situaciones de angustia e incertidumbre” que padecen las personas refugiadas al llegar. “Con un presupuesto modesto se puede hacer mucho”, ha animado San Martín antes de explicar que el programa tiene previsto centrarse de forma concreta en potenciar las competencias personales de los beneficiarios.