Doulas y matronas: las dos caras del acompañamiento durante el embarazo
¿Necesita una mujer estar acompañada durante el embarazo y el parto? Hay consenso en la respuesta: sí, pero, ¿quién debe encargarse de esa labor? El Consejo General de Enfermería ha publicado un informe en el que pone en duda la labor de las Doulas, una figura de reciente creación en España. Se trata de una mujer que acompaña y asesora a otra y a su pareja durante el embarazo, el parto y los primeros meses de vida del bebé. Una labor reivindicada por las matronas, que son quienes, de manera oficial tienen la cualificación para ejercer esa función, pero no disponen del tiempo suficiente por la falta de personal en las instituciones hospitalarias.
En Navarra, a día de hoy, hay cuatro Doulas activas realizando estas labores de acompañamiento, aunque son doce las que forman la asociación Doulas de Navarra. Amaia Ariztegui es una de las que está en activo y reivindica su figura como una necesidad derivada de “lagunas” en el sistema público que, según su opinión, no ofrecen a la embaraza la atención que necesita. Incide en que las Doulas no son personal sanitario y ella no recomienda alejarse de los especialistas y las revisiones que se realizan en el sistema sanitario durante el embarazo. Ahora bien, ofrece otra información que, desde su perspectiva, no se ofrece desde los hospitales.
“Cuando están embarazadas, a nivel práctico traducimos la información médica de lo que puede ser un parto en un idioma comprensible para una persona que no sabe lo que significa qué es una episiotomía, por ejemplo. Información que no nos inventamos. Les damos fuentes desde por ejemplo el protocolo de cómo funciona el hospital donde van a dar a luz… ese tipo de información para que ellas estén mejor informadas”.
Reniegan del informe en que se les ha calificado de “secta” o de “canibalismo” por la recomendación de algunas Doulas de comerse la placenta después del parto. Cuestiones que, según Amaia, recomiendan también algunas matronas. En todo caso, el informe pretende “alertar” de esta figura, no sanitaria, que puede influir en las decisiones que tome la futura madre sobre, por ejemplo, cómo dar a luz, en casa o en el hospital.
Las matronas coinciden en muchos de los planteamientos que defienden las Doulas, como la necesidad de que la mujer reciba ese acompañamiento, o que el parto no debe estar tan medicalizado ya que es un proceso fisiológico y natural de la mujer. Ahora bien, es una labor que tradicionalmente ha recaído en la figura de la matrona y reivindican que deberían volver a ser ellas quienes la realizaran.
Más matronas en los hospitales
Carmen Mendive es la presidenta de la asociación navarra de matronas. Ellas reclaman, por ejemplo, que sea una matrona por mujer quien atienda el parto, y no una matrona para varias mujeres ni que un cambio de turno haga que el parto pase por las manos de varias profesionales. Una dedicación que consideran necesaria pero no pueden ofrecer por falta de medios en las instituciones públicas. Una reclamación que también realizan las Doulas y que utilizan como crítica hacia el parto hospitalario.
También consideran que son ellas, las matronas, las que tienen preparación para realizar ese acompañamiento “a la mujer en todo el proceso, en el físico, lo psíquico y en lo espiritual”, por lo que reclaman su autoridad y preparación para realizar las funciones que, en principio, realizan las Doulas.
El sindicato de enfermería SATSE también es crítico con las Doulas. El secretario general en Navarra, Alejandro Bernal, defiende la profesionalidad de las matronas, enfermeras que han cursado sus cuatro años de grado más dos años de especialidad, lo que hace, a su juicio, que sean el personal mejor preparado para asesorar y acompañar a la mujer embarazada. Reniega de las Doulas que asumen competencias propias del personal de enfermería sin tener formación sanitaria.
Otra crítica que llega desde las Doulas es la “infantilización de la mujer en los hospitales”. Aseguran que, una vez en el hospital, la mujer no toma sus propias decisiones: “el hospital no pregunta, actúa”, algo con lo que no están de acuerdo. Sin embargo, desde el colectivo de matronas defienden su actuación y aseguran que en los últimos años, los protocolos han ido cambiando hacia un parto natural y, por supuesto, respetando las decisiones de la mujer. Una distinta forma de ver una misma realidad en la que hay una coincidencia: es necesaria una mayor dedicación de las matronas, que únicamente se conseguiría con más personal para poder atender de forma individualizada cada parto.