17 horas ingresado en Urgencias con camas cerradas en el hospital
La afluencia de pacientes a Urgencias los últimos días ha obligado al departamento de salud a abrir 15 camas del pabellón H4. Con el hospital abarrotado y sin camas libres, los pacientes que llegaron a Urgencias la noche del martes y fueron ingresados no pudieron ocupar una habitación en el hospital público. Ocho de ellos fueron derivados directamente a clínicas privadas, dos a San Miguel y seis a la Clínica Universidad de Navarra, y el resto permanecieron en las estancias de Urgencias, en su camilla, durante toda la noche. Mientras, las 15 camas que se habilitaron durante la mañana del miércoles, permanecían cerradas.
No es la primera vez que se produce esta situación. Desde diciembre, los trabajadores están denunciando la saturación del Complejo y el aumento en las derivaciones de pacientes que llegan a Urgencias y no disponen de cama para ser ingresados mientras, se quejan, en las plantas hay habitaciones y camas cerradas.
A primera hora de la mañana del miércoles, los trabajadores se encontraban con ocho pacientes en espera para recibir una habitación. Algunos de ellos habían llegado de madrugada, otros, la tarde anterior. Y es que la noche del martes fue especialmente caótica.
Desde última hora de la tarde no había habitaciones libres, lo que obligaba a derivar a todos los pacientes que acudieran a Urgencias y tuvieran que ser ingresados o bien, mantenerlos en espera hasta que una habitación quedara libre al día siguiente. Dos de esos enfermos han pasado toda la noche en una camilla en Urgencias, y a las 4 de la tarde del miércoles, todavía no tenían una habitación asignada. Más de 17 horas de espera desde que el médico dio la orden de ingreso hasta que los pacientes pudieron subir a planta.
Con la sala de observación llena, son los boxes en los que, habitualmente, se encuentran los pacientes que esperan alguna prueba o a ser vistos de nuevo por el médico, los que han acogido de forma improvisada a los ingresados, que han recibido el desayuno y la comida del hospital en el nuevo servicio unificado. Unas instalaciones con mejores tiempos de espera que antes, según el último informe del Gobierno, puesto en duda por la plantilla y los sindicatos.